jueves, 25 de diciembre de 2008

Raquel Gamus: A diez años de Hugo Chávez: Una visión ideológica versus una política exterior de Estado.

Introducción.


Escenarios que favorecen la elección presidencial de Hugo Chávez
La elección de Hugo Chávez a la presidencia en 1999 se vio favorecida por el desencanto existente en Venezuela hacia la democracia de partidos, aunado a los temores sobre las posibles implicaciones que las medidas exigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), de difícil aceptación para los países latinoamericanos de tradición estatista; dificultad exacerbada en un país con un tradicional carácter rentista y clientelar de su sistema político como el venezolano.
El hecho de que el Consenso de Washington haya sido la representación del Nuevo Orden Internacional basado en una globalización económica cuyas condiciones fungieron como camisas de fuerza, asociado a la democracia representativa como su expresión política, aceleró el rechazo a este sistema que venía generando cada vez mas desencanto y frustración, al no haber resuelto los históricos problemas socio-económicos que arrastraban los pueblos latinoamericanos.
Al explicar el auge logrado por la propuesta de Chávez, Juan Carlos Rey (2005:20) hace consideraciones sobre el avasallante poder homogeneizador y reconstructor de la globalización, que no sólo contribuyó a encasillar a los gobiernos que se vieron forzados a abrazar sus propuestas- de lo cual no escaparon los gobiernos de Pérez y Caldera- lo que considera reforzó la tendencia a vigorizar, como contrapartida, las herencias, las tradiciones seculares, el poderío simbólico de fuerzas colectivas que se decantan cada día cobrando formas inusitadas como pueden serlo los mitos políticos.
Cabeza visible del golpe de Estado contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez en febrero de 2002, una vez sobreseído por el gobierno de Rafael Caldera en 1994, Hugo Chávez supo captar este ambiente favorecedor para su proyecto y decidió acudir a la vía electoral con argumentos similares a los que sirvieron de aliento a la intentona golpista. La descalificación de los cuarenta años de democracia venezolana y de las bases que la sustentaron, con su particular tono agresivo y confrontador, le sirvieron para capitalizar el alto nivel de rechazo a este sistema que parecía insustituible después de cuarenta
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años; desgaste al cual contribuyeron la incapacidad de los sectores dirigentes para imponer los correctivos que reclamaba el país, así como vastos sectores políticos , sociales y comunicacionales que hicieron de la anti-política su bandera, sin prever los graves riesgos que acarrearían.
El firme rechazo al agravamiento de las asimetrías y exclusiones, producidas por la agenda neoliberal de la globalización, condujo a la activación de los movimientos antiglobalizadores, que se propusieron contrapesar el liderazgo unipolar de los Estados Unidos; bloque dentro del cual se agruparon gobiernos, movimientos sociales de distinta naturaleza, al igual que sectores islamistas fanáticos con expresiones de violencia y terrorismo, cuya expresión más significativa ha sido el ataque a las Torres Gemelas en septiembre de 2001, momento a partir del cual la atención del gobierno de George W. Bush quedó atrapada en su obsesiva preocupación por el narcotráfico y el terrorismo, que lo llevó a abandonar a sus seguros aliados latinoamericanos, con lo que Estados Unidos perdió importantes espacios de influencia, aprovechados por el presidente Hugo Chávez, identificado con el bloque antiglobalizador con intenciones de liderizarlo.
- La constituyente. Legitimación de un nuevo proyecto político bolivariano.
La gran popularidad alcanzada en su elección como presidente en 1998, animó al recién electo presidente Chávez a convocar una constituyente que le permitiera sentar las bases de un nuevo modelo político. La decisión de diferenciar sustancialmente el modelo político de la democracia representativa desarrollada en Venezuela entre 1958 y 1998, constituyó desde los inicios de su gobierno una prioridad. En ese sentido resulta ilustrativo lo afirmado por él con motivo de la redacción de la nueva Constitución:∗
"En verdad, clamo porque rompamos el esquema clásico de la democracia liberal de los tres poderes. Eso no tiene por qué ser así para siempre... El objetivo tiene que ir más allá y por eso aquí hablamos de la democracia participativa y protagónica como un solo concepto. El protagonismo popular es un concepto bolivariano, democrático y eminentemente revolucionario, y se acerca a los mecanismos de una democracia que hoy no puede ser, lo entendemos, exacta y absolutamente directa, pero que si tiene que ser protagónica..."
∗ Ver Gaceta Constituyente (Diario de Debates). Agosto- Septiembre 1999:, p.13.
República de Venezuela. Asamblea Nacional Constituyente.
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Propuesta de democracia participativa que es recogida en el preámbulo de la nueva Constitución aprobada en 1999, donde se expresa:
"... el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado que ... consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la seguridad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad".
En estos cambios introducidos en el la Constitución de 1999, no sólo se sustituye la identificación con la democracia representativa, sino el destacado papel otorgado a los partidos políticos como instrumentos de ejercicio de la representación política enunciados en la Carta Magna de 1961.
Es importante advertir que la introducción del concepto de refundación de la república en la Constitución de 1999, ha servido de instrumento para la discrecionalidad en los excesos contra las bases democrático- liberales del país; a lo que une la indefinición del concepto de democracia participativa que de acuerdo al criterio de José Enrique Molina (2003:183,184) luce solo instrumental; a la cual se acude solo para neutralizar los mecanismos de la democracia representativa y avalar el hiperpresidencialismo, cuando se cuenta con el apoyo popular suficiente; o de lo contrario para bloquear los canales de consulta popular.
El bolivarianismo es convertido en la base del el nuevo proyecto político, al punto de conducir al cambio del nombre del país por el de República Bolivariana de Venezuela.∗ Juan Carlos Rey (2005:2,3) sostiene que Chávez prefirió atribuir falsamente a Simón Bolívar la autoría del repudio a la democracia representativa, que se incorpora desde el principio a la amalgama ideológica chavista, de manera que tal idea fuese aceptable para el pueblo; idea que ha sido utilizada para legitimar el rechazo a la democracia representativa y propugnar una pretendida democracia popular bolivariana a
∗ Muchos otros autores han escrito sobre el bolivarianismo del régimen chavista, destacan: Manuel Caballero, Germán Carrera Damas, Mará Elena González de Lucca, Elías Pino.
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través de la cual se realizaría el modelo de democracia participativa y protagónica que defiende la nueva Constitución.
Un nuevo proyecto internacional.
Desde el inicio del gobierno de Hugo Chávez en 1999 hasta nuestros días, el proyecto político venezolano, expresado en su política exterior, presentó una nueva visión ideológica, caracterizada por la misma vaguedad del proyecto nacional∗ como fundamento de su confrontación con la democracia representativa o democracia liberal- simplificada en el término "puntofijista" para facilitar su rechazo- a ser sustituida por una indefinida propuesta de democracia participativa.
La decisión del presidente Chávez de implantar un sistema anticapitalista y antiglobalizador confrontado con el imperialismo norteamericano, dio inicio a una nueva etapa en la política exterior venezolana, al introducir un cambio radical en la percepción occidental que prevaleció con matices desde el gobierno de Isaías Medina Angarita hasta el segundo gobierno de Rafael Caldera (1941-1998), en la cual la solución de las desavenencias con las tendencias regionales se propuso en términos de conciliación y consenso; para introducir una concepción que prioriza la diferenciación con las tendencias hemisféricas en general y con el consenso continental en particular, distinguida fundamentalmente por un carácter de confrontación con el capitalismo y la globalización propias de occidente, matizado ante circunstancias del régimen interno.( Gamus: 2004: 4)
Es oportuno insertar una breve consideración sobre la distorsión de la política exterior que debería ser expresión del interés nacional del Estado, ausente en el gobierno de Hugo Chávez, quien la ha confundido con los intereses de su gobierno, de carácter marcadamente personalista, con lo que la visión exterior se reduce a la perspectiva del presidente ( El Estado soy yo).
Elocuente es el discurso pronunciado por Chávez en el Fuerte Tiuna, el 12 y 13 de noviembre de 2004, cuando redimensiona las alianzas regionales, al definir unos ejes internacionales que dividen al Continente entre los países del Eje Bolívar:- Caracas-
∗ José Enrique Molina (2005:181) sostiene que la indefinición del proyecto bolivariano es intencional, dada la cantidad de movimientos que confluyen, la amplitud de la coalición y la manera gradual en que se ha ido planteando la confrontación política.
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Brasilia- Buenos Aires, que podrían sen entendidos como el eje del Bien, y los países del Eje Monroísta: -Bogotá- Quito- Lima- La Paz- Santiago de Chile (dominado por el Pentágono), que vendría a constituir el eje del mal. Distribución arbitraria que revive la vieja contraposición entre una visión panamericanista impulsada por Bolívar y la visión del dominio norteamericano proveniente de Monroe.
Después del triunfo en el referéndum revocatorio de 2004 se oficializaron propuestas mas radicales como las contenidas en las líneas generales del Plan de Desarrollo económico y social de la Nación 2007-2013, donde se expone como objetivo fundamental de política exterior la construcción de nuevas alianzas estratégicas que permitan la formación y fortalecimiento de un eje antiestadounidense a través del liderazgo de Venezuela a través de la promoción de líderes y movimientos radicales fundamentados en el bolivarianiso y/ o el socialismo del S. XXI.
Deseo aclarar que dada la variedad de temas que se incluyen en política exterior, en especial en la del gobierno de Hugo Chávez con una agenda hiperactiva y cambiante; me referiré de manera general a los aspectos que encuentro más resaltantes.Antes estimo de interés exponer algunos rasgos que caracterizan su diplomacia:
1.- Presidencialista- personalista correspondiente a un proyecto en el que Hugo Chávez como jefe de Estado, representa al gobierno revolucionario, al Estado y el Interés nacional, lo que conduce a una diplomacia directa para la consolidación de las relaciones internacionales y requiere de:
- Improvisación de acuerdo a las percepciones del líder del proceso.
- Falta de institucionalidad y profesionalismo en la Cancillería.
2.-Aspiraciones de liderazgo antiglobalizador mundial con énfasis regional, orientado a disputar el liderazgo del gobierno de George Bush/ Estados Unidos, apoyado en el uso discrecional de los recursos provenientes del petróleo para granjearse aliados y neutralizar oposiciones. Lo que permite hablar de un populismo internacional.
3.- Ambivalente y acomodaticia postura democrática orientada a la obtención de legitimación y reconocimiento
4.- Uso del petróleo como arma política para la compra de solidaridades e incondicionalidades.
5.- Retórica conflictiva y agresiva: en especial con Estados Unidos y con todo aquel gobernante que ponga en duda la impunidad de su liderazgo.
6.-Trasgresión de protocolos diplomáticos como expresión de su disposición a hacer aceptar su voluntad de arremeter contra todo lo instituido.
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Agrego la consideración de que dadas sus características narcisistas y megalománicas, que lo estimulan a rechazar airadamente cualquier realidad que se distancie de sus planes y deseos, se hace indispensable completar el análisis político con un diagnóstico de las implicaciones que estos rasgos de personalidad implican para la conducción del país.
Las ambivalencias del gobierno de Hugo Chávez ante la democracia regional.
Desde los inicios del gobierno del presidente Chávez, se desarrolló una activa política exterior basada en la promoción de la democracia participativa, cuyo contenido discrepa con la posición de los gobiernos venezolanos del período 1958-1998, que ocuparon un lugar relevante en su defensa y promoción; divergencia que fue transferida al ámbito continental en distintos escenarios interamericanos y en especial en la OEA; contrastante con el consenso regional en torno a la democracia representativa institucionalizada desde los años noventa como prioridad política continental.
Parto del supuesto de que la fluctuante adhesión del gobierno de Hugo Chávez a la democracia representativa responde a una adecuación circunstancial, derivada del soporte que ha representado para su estabilidad política, así como de la compresión del mínimo consenso necesario para la convivencia regional y su legitimación internacional.
En la XXIX Asamblea General de la OEA celebrada en Guatemala en junio de 1999, el entonces canciller José Vicente Rangel criticó la acepción estrictamente apegada a lo electoral que había tenido en América Latina la democracia representativa, restringida a los requisitos mínimos del estado de derecho; sin tener en cuenta que escasas veces estas democracias han cumplido con sus responsabilidades sociales, a la vez que no habían promovido o facilitado la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones. (Ver Rangel: 1999).
Demostrativa fue la posición sostenida por la representación venezolana en la reunión de Québec en abril de 2001, al suscribir la Carta Democrática Interamericana con reservas motivadas por la solicitud de inclusión de la propuesta de democracia participativa, posición que varió en el vigésimo octavo periodo extraordinario de sesiones efectuado en Lima el 11 de septiembre de 2001 el mismo día del ataque a las Torres Gemelas, cuando se apoyó sin condiciones el texto de la Carta, seguramente como comprensión de lo inoportunidad de exponer reservas en momentos especialmente difíciles para el mundo y la democracia occidental.
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Como expresión de su desdén con la democracia, ante los ataques golpistas sufridos por los gobiernos democráticos de Perú y Ecuador en el año 2000, se evadió una respuesta de condena para respaldar la autodeterminación de los pueblos y las decisiones que soberanamente adopten el pueblo y las instituciones de esos países y de la región; conducta que se compagina con la falta de compromiso con los valores democráticos y explica la ambigüedad ante los golpes de Estado contra gobiernos democráticos que se ensalzan mientras se condena el de abril de 2002, destacados por José Enrique Molina ( 2005: 183,184); posición opuesta a la enfática e intervencionista posición sostenida por el presidente Chávez ante las dificultades vividas por el gobierno de Evo Morales y otros gobiernos amigos de la región hacia lo cual volveremos más adelante.
De igual manera, cuando ha sido favorecido por el voto popular, punto de partida de la democracia liberal que rechaza, o por decisiones de la OEA ante dificultades vividas por su gobierno- en especial las de abril de 2002- ha acogido con beneplácito sus resoluciones; no así cuando se presentan circunstancias críticas como por ejemplo, los comentarios del entonces Secretario General de la OEA César Gaviria, ante el informe presentado de la mesa de negociaciones que encabezaba; o las observaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos acerca de las graves limitaciones del régimen democrático venezolano, que fueron recibidas desprecio e insultos por parte del presidente Chávez y sus seguidores, al igual que el informe presentado por Fernando Jaramillo, como jefe de la Misión Electoral de la OEA ante el Referéndum Revocatorio, que adicionalmente condujo a su salida del país y su sustitución en la misión que desempeñaba.
El discrecional uso del petróleo al cual hemos aludido, ha favorecido una neutralización de la OEA ante las distintas violaciones de los principios pautados en la Carta Democrática y principios generales aprobados por la organización, en parte por la escasa disposición de los países integrantes que se han favorecido -o que aspiran favorecerse- de los favores del presidente venezolano y en otra buena parte, por la escasa disposición del Secretario General Insulza de hacerlos cumplir, lo que apunta hacia una desinstitucionalización regional.
Multipolaridad:
El Multilateralismo propiciado por el presidente Chávez, como gran parte de los objetivos de su proyecto internacional, se apoya en contenidos ideológicos de corte
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antioccidental que tienden a reforzar la bipolaridad debido a su confrontación ideológica frente al imperio.
Inserto dentro de una retórica conflictiva de creciente tensión política con los Estados Unidos, incrementada después del triunfo electoral de agosto de 2004, este multilateralismo está sustentado en nuevas alianzas, orientadas por el objetivo de socavar las bases de la dependencia del imperialismo y adicionalmente de constituirse en una referencia antiimperialista regional y mundial.
La formulación de una política exterior correspondiente a este nuevo proyecto ha sido objetivo prioritario, debido a la firme intención de ejercer un liderazgo apoyado en los enormes ingresos petroleros, que han sustituido el uso del petróleo como arma de cooperación, por un arma imperial para la defensa de un régimen y la expansión de una ideología o en su defecto, para obtener los apoyos o al menos el silencio de los países del continente, especialmente favorecido por la ausencia de la cooperación de los Estados Unidos, considerado su principal adversario, al que pretende sustituir como opción ideológica y política.
'Fortalezcamos la soberanía en la integración multipolar' es el nombre del capítulo del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2007 en el que se encuentran los lineamientos de la política exterior del actual gobierno. Los objetivos oficiales son: impulsar la democratización de la sociedad internacional, promover la integración latinoamericana y caribeña, robustecer la cooperación sur-sur y fortalecer el posicionamiento de Venezuela en la economía internacional
La diplomacia petrolera estado sustentada en los elevados precios de la materia prima, que ha tenido una excesiva inclinación al uso del petróleo mas que como instrumento de cooperación, como arma política con fines de expansión y control, entendida en términos de premios y castigos , así como para facilitar la trasgresión de normativas internacionales. Para ello, Se han creado organismos de integración energética∗ como Petroandina, Petrosur Petrocaribe∗* y Petroamérica, ésta última concebida por el Presidente venezolano como una especie de 'OPEP' latinoamericana.
∗ Para mas detalles sobres estas organizaciones de integración petrolera ver Arellano: 2008:3
∗* Oscar Arias, presidente de Costa Rica, quien ha sido un aliado de las políticas liberales de EEUU, expresó en una reciente reunión en la Comunidad Europea, que "la cooperación que está dando Venezuela a los países de América Latina y el Caribe es por lo menos unas cuatro o cinco veces más elevada que la que da Estados Unidos". El presidente Arias solicitó la incorporación de Costa Rica a Petrocaribe.
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Doble agenda de relaciones: con los Estados y con los movimientos antiglobalizadores.∗
La necesidad de coexistir con el consenso democrático en defensa de los gobiernos electos y con el combate al terrorismo, ha llevado al presidente Chávez a una doble agenda de relaciones : la oficial mantenida con los gobiernos de la región, que se ha propuesto alimentar una vez comprendida la utilidad que pueden prestar en el reconocimiento internacional y la cada vez menos oculta mantenida con los grupos disidentes con los cuales impulsaría la revolución continental, cuya relación se ha empeñado hasta ahora en negar
1.- Estado-Estado (con frecuencia con agendas ocultas), tiene distintas vertientes de acuerdo a los objetivos de la relación
- La dirigida a romper el monopolio tecnológico y armamentista de los Estados Unidos, en la cuales se ubican las alianzas con China, India y otros países que no están confrontados con los Estados Unidos.
-La alianza con países que por distintas razones están confrontados con los Estados Unidos, muchos de ellos petroleros, como el extinto régimen iraquí, Libia, Siria, Corea del Norte, Qatar, Bielorrusia, Zimbabwe.
- La de identificación ideológica antiimperialista, en la cual Irán ocupa un lugar especial y por la abierta disposición de su presidente Mahmud Ahmadineyad de oponerse por cualquier medio a occidente, así como a transgredir abiertamente los acuerdos y normas aprobados por organismos internacionales.
. Además de algunos asesoramientos técnicos, lado visible de esta nueva alianza, mantiene una agenda oculta en la radicalización y entrenamiento de grupos armados dentro de Venezuela para la defensa de la Revolución.
- Las relaciones con Rusia: Centradas en convenios de cooperación técnico-militar de ruptura del dominio unipolar de Estados Unidos en materia de tecnología y armamentos, ha producido alarma justificada por la caducidad de los equipos comprados, así como por la exagerada inclinación armamentista. Preocupación que
∗ Ver Lourdes Cobo : 2008:5
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ha aumentado con la invitación del presidente Chávez a tropas militares rusas a realizar ejercicios en el Mar Caribe cercanas a Venezuela para fin de reforzar los lazos de amistad y cooperación, con lo que se corre el peligro de involucrar a la región en el reanudado conflicto de poder entre Estados Unidos y Rusia, que amenaza con reeditar la guerra fría. Delicada decisión que ha sido recibida con indiferencia por los países de la región y la OEA.
- Un bloque prioritario basado en la afinidad ideológica y política, constituido por los países de la región con los cuales coincide: Cuba. Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
- Los países favorecidos por los ingresos petroleros con distintos grados de acercamiento: Brasil, Argentina, Paraguay, Chile , Uruguay Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guayana, Haití, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela y recientemente Costa Rica.
2.- Línea paralela con organizaciones sociales alternativas, sectores o alcaldes de oposición en países de gobiernos no incondicionales o no afines.
Lourdes Cobo (2008:7) describe una activa política exterior a través de la que denomina "diplomacia social", que busca estimular la aparición de movimientos y gobiernes afines en Latinoamérica y El Caribe mediante la construcción de una red de apoyo político a través de programas sociales en materia de salud, educación y deportes entre otros.
A partir del referéndum revocatorio, acota, la cancillería venezolana se ha ocupado de instrumentar la radicalización internacional del proceso, a esto se dedican embajadores y otros diplomáticos incondicionales.
Integración bolivariana:
Félix Arellano (2008:2) señala que la estrategia política bolivariana ha asignado a la política internacional y a la integración un papel privilegiado, no para fortalecer los procesos existentes sino por el contrario, para crear una nueva estructura internacional correspondiente a los intereses del proceso bolivariano.
Orientada por objetivos altruistas como los de erradicar la pobreza de las mayorías, enfrentar desigualdades y asimetrías, superar el intercambio desigual y las
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condiciones inequitativas de las relaciones internacionales; en la práctica condiciona lo ideológico como elemento fundacional que mas que integrar, desintegra.
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ALBA versus ALCA.
Desde la cumbre de Québec el presidente Hugo Chávez hizo objeciones al Área de Libre Comercio de Las Américas (ALCA) y firmó la declaración con reservas, al dejar constancia de que Venezuela no podría comprometerse a cumplir su vigencia para el año 2005, propuesta que sería sometida a un referéndum.
A la concepción estratégica de la integración hemisférica plasmada en el proyecto ALCA y los TLC y demás acuerdos bilaterales suscritos entre Estados Unidos y países latinoamericanos, el presidente Chávez opuso el ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América), lanzada en La Habana en diciembre de 2004 que sustituye la cooperación por el financiamiento directo a cambio de incondicionalidades, sacrificando la posibilidad de intercambio y las necesidades del pueblo venezolano∗ .
Los países integrantes son: Cuba Bolivia, Nicaragua Haití y recientemente Honduras∗,
Abandono de la CAN y solicitud de ingreso al Mercosur.
En marzo de 2006 se concreta el retiro de la Corporación Andina de Naciones sobre la cual Hugo Chávez venía manifestando insatisfacciones acordes con su nuevo modelo de integración, guiado por condicionamientos ideológicos más políticos que económicos, que explican el cambio en el énfasis de las prioridades, lo que condujo a este retiro inconsulto; decisión que de acuerdo a empresarios venezolanos y analistas, no solo afecta la tradicional participación integracionista de Venezuela, sino que tendrá un balance negativo en términos de generación de empleo y bienestar, teniendo en cuenta que la industria petrolera no es la que genera más empleo en el país, sino la agroindustria, la metalmecánica, las empresas siderúrgica, automotriz, textil; sectores que son los que más exportan hacia el mercado andino.
∗ De acuerdo con las cifras que maneja el Centro de Investigaciones Económicas (Cieca) desde su fundación hasta septiembre de 2008, el gobierno de Chávez ha destinado para los países que integran la alianza la suma de 32.952 millones de dólares. Lo que representa el 23,51 % de los ingresos fiscales de Venezuela.
∗ Bajo el liderazgo de Manuel Zelaya, emblemático por sus diferencias ideológicas con respecto a Hugo Chávez, posición desde la que había promovido la alianza económica con EEUU, pero dadas las dificultades económicas, comunes en los países de Centroamérica, entre otras cosas por los altos costos de los combustibles, encontró en el ALBA una tabla de salvación.
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Al perder mercado, se generaría el cierre de empresas, lo que agravaría el problema del desempleo y de la informalidad, además de que se estimularía el contrabando. La destrucción de la industria nacional acarrea consecuencias no solo para los empresarios sino también para la población venezolana por el encarecimiento e inflación de los productos del Pacto Andino.∗
La pertenencia al Pacto Andino se ha tratado de reemplazar por un ingreso aún no concretado al Mercosur, considerado inconveniente por no ofrecer ventajas competitivas a la producción nacional. Acorde con la concepción de la Integración de su proyecto internacional, el presidente venezolano no ha manifestado el mismo interés en los temas económicos de la alianza, que por los políticos y militares, temas que desvían los objetivos de la Unión, aprobados por los presidentes de los países integrantes, que aún así ven con buenos ojos- no así todos sus parlamentos- el ingreso de Venezuela, por las grandes ventajas que acarrearía, debido a su capacidad económica para la de importación de sus productos.
Adicionalmente el presidente venezolano ha manifestado interés por otros escenarios regionales en los cuales aspira un nuevo y más cómo espacio de liderazgo, fuera de claras normativas establecidas como las del Pacto Andino; uno de ellos es el de la Comunidad Suramericana de Naciones, ahora UNASUR.
Breve acercamiento a escenarios futuros:
El acceso de Obama a la presidencia de los Estados Unidos y la expectativa de que comprenda la necesidad de un acercamiento a América Latina sobre nuevas bases de cooperación; la desaparición del escenario político del presidente Bush , emblema del rechazo a occidente, y más concretamente a la globalización y el imperialismo norteamericano; la reacción de condena a las actitudes anti-democráticas del presidente venezolano, expresada en la reciente resolución del Parlamento Europeo contra las inhabilitaciones de políticos venezolanos, la expulsión del país de José Miguel Vivancos de HRW y el asesinato del líder estudiantil del partido COPEI, Julio Soto; el desprestigio de su imagen resultado del juicio del maletín, y en especial la caída abrupta de los precios del petróleo que le restaría posibilidades de influencia y manipulación de otros gobiernos; presagian importantes efectos en un debilitamiento del liderazgo de Hugo Chávez tanto en el plano interno como en el internacional.

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