lunes, 27 de julio de 2009

Pocos héroes clásicos se equiparan a Mel Zelaya.



Ibsen Martinez

Miro hacia atrás en la historia de nuestra bicentenaria América Latina y, en verdad, salvo Tin Tan en sus mejores momentos — que no todos lo fueron —, no alcanzo a ver a nadie de tan hilarante estatura, no digamos ya moral, sino estatura a secas. Acaso el profesor Jirafales se le acerque, pero Jirafales, aunque sombrerudo como Zelaya, era un apocado; un “vencido la vida”, como diría el gran Eca De Queiroz.

Como hace ya mucho tiempo desistí de hacerme el analista político internacional, me quedo con comentar a mi sabor lo meramente visible, me quedo con la fenomenología de este nuevo tipo de caudillo latinoamericano: el que mata gigantes, como todo heroico caudillo, sólo que Zelaya persevera en tratar de desalojar a los golpistas hondureños matándolos de risa. Y con ellos, al resto del continente.

La imagen de Zelaya a bordo de un todoterreno, acompañado de Nicolás Maduro — como si hacerse acompañar de Maduro fuese garantía de no se sabe bien qué —, rumbo a la frontera hondureña, ni más ni menos que si se tratara del Mariscal Erwin Rommel, el Zorro del Desierto, tocado con un Stetson vaquero, ya prometía sabrosos momento de solaz y esparcimiento desde que la vimos en la televisión satelital.

Que un caudillo desterrado regrese a su tierra natal, al seno de los suyos, es una de las instancias impepinables de todo cantar de gesta, y esto ha sido así desde el Gilgamesh hasta el Mio Cid, pasando por la Canción de Rolando. Cualquier Vladimir Propp lo sabe, cualquier Joseph Campbell te lo explicaría: el héroe debe desatender los hados y emprender un viaje tan valedero como imprudente— un viaje descabellado, como el de Jasón y los argonautas— , bajar a los infiernos y, purificado ya, puesto finalmente en el trance de cruzar el puente colgante que salva el abismo, debe luchar a brazo partido con el adversario que puede llamarse Gorgona o Darth Vader. Sólo así le será dado regresar y, con un poco de suerte, también besar a la chica.

Se entiende que haya versiones del mito, claro. Ahí tiene usted el de Odiseo, por algunos llamado Ulises. Luego de una larga peripecia naval, secuela de la guerra de Troya, Odiseo regresa a su isla natal, sigiloso y disfrazado. No existía CNN en tiempos de la guerra de Troya, pero esto último esta muy bien averigüado: Odiseo regresa Itaca agachadito, calladiiiiito y haciéndose el pendejo, justo a tiempo de sorprender a la bola de rascabuchadores que quisieran llevarse a la dulce Penélope a la cama. Y entonces, con una pequeña ayuda de su hijo, “los quiebra” a todos, uno por uno. A eso llamo yo un regreso. Así ya pueden aparecer los créditos finales de la película.

No hay sino que ver el modo en que este avatar del mito de héroe desterrado que regresa con denuedo a su tierra se deja ver en la llamada Campaña Admirable, empresa militar con la que Bolívar, después de haber dado la cómica al perder la plaza de Puerto Cabello y tras haber entregado a su superior inmediato, el pagapeos Francisco de Miranda, a las fuerzas realistas, tuvo la suficiente vergüenza para juntar un puñado de arrojados e invadir Venezuela desde la Nueva Granada, en 1813. Claro, menos de un año después volvía a dar la cómica cuando Boves le metió nueve ceros a la causa patriota, pero ese no es mi punto esta mañana. Mi punto es que si te dan un golpe y te echan y prometes regresar— como el general MacArthur, a la caída de Corregidor ante los japoneses —, caramba, lo que queda es regresar y poner dos pares de timables en el empeño.

Fidel Castro, personaje que no me simpatiza en absoluto, fue, al menos en esto de los regresos improbables y triunfales, un ejemplo cabal de lo que el “imaginario” de los pueblos espera de un caudillo: regresó en un yate mal equipado, su guerrilla fue acribillada con el agua todavía a la cintura, pero alcanzó a encaramarse en la Sierra Maestra y lo demás es historia.

Pero el Método Zelaya ha derrotado por completo toda prescripción de la mitología del héroe hasta ahora compartida por los expertos. Zelaya regresa, pero no invade; Zelaya viene de frente, por la Carretera Panamericana.

Y he aquí la variante que Zelaya introduce en el mito: el regreso por cuotas, el regreso pasándole por delante al portero. Más que caudillo popular que intenta una invasión en el yate “Granma”, Zelaya enmascara su designio de volver al poder con procederes acaso más astutos, más dignos de Odiseo, “el fecundo en ardides”. Para decirlo todo: con ardides dignos de un tipo que impertérritamente intenta colearse en una parrillada del Club Los Cortijos.

Sólo que, a diferencia de Odiseo o de Castro, a la Zelaya le piden la cédula y se devuelve, según él, porque su vida peligra. Ciertamente, la vida de los caudillos populares, de los caudillos superarrechamente antimperialistas siempre está en peligro: es su segunda naturaleza; su condición esencial.

No se piense, sin embargo, que soy de quienes le mezquinan a Zelaya valor personal. Si hiciese falta una sola muestra del arrojo de Zelaya ella está en dejarse “manayear” por Chávez y sus procónsules.

Quién sabe, a lo mejor su plan funciona. Vencer con las armas de la ladilla. Acampa en la frontera, un discursito por la mañana, otro más tardecito, y cada vez que se acuerda va caminando hasta el alcabala a ver si en una de esas el ejército hondureño se equivoca y lo deja pasar. Vainas más raras han pasado en estas tierras. Mariposas amarillas, por ejemplo.

Y epidemias de insomnio.

domingo, 26 de julio de 2009

La receta



MOISÉS NAÍM 26/07/2009

El propósito de esta receta es ofrecer los ingredientes y la preparación para golpes de Estado que no dependan -al menos inicialmente- del uso de las Fuerzas Armadas. Como se sabe, el mundo ya no digiere tan bien los golpes militares. Esta intolerancia ha puesto de moda una nueva forma de cocinar la toma del poder. La nueva receta se basa más en abogados que en tenientes coroneles, y usa como ingredientes fundamentales reformas constitucionales y referendos en vez de tanques y ataques armados al palacio presidencial.

Esta fórmula ofrece ingredientes para dar golpes sin usar fuerzas armadas
La receta es diferente, pero el resultado es el mismo: un líder autocrático que, guardando las apariencias democráticas, retiene el poder por tiempo indefinido y hace lo que quiere. Es importante enfatizar que, al igual que todas las recetas que se internacionalizan, ésta también se prepara de manera algo diferente en cada país. Por ejemplo, las elecciones en Zimbabue para dejar a Robert Mugabe en el poder después de 29 años se cocinan de manera distinta de como se practica la gastronomía electoral en Rusia. Allí la receta garantizó que, a pesar de las elecciones, Vladímir Putin siga mandando aunque el presidente es otro. A su vez, en Irán, donde les gusta comer la política muy aderezada con religión, el chef supremo, Alí Jamenei, explicó que la aplastante y sospechosa victoria electoral del presidente Mahmud Ahmadineyad fue "una señal divina". Quienes salieron a las calles de Teherán a reclamar, convencidos de que les habían robado el voto fueron, apaleados por las milicias civiles del régimen. Estas milicias son otro ingrediente indispensable en esta receta. En su versión latinoamericana, la receta depende más de manipulaciones constitucionales que en otras partes.
A continuación les ofrezco los ingredientes -con sazón latina- y su preparación.
INGREDIENTES
1. Millones de pobres. Una abrumadora mayoría de la población a la que siempre se le ha prometido mucho y dado poco.
2. Gran dosis de desigualdad. Pobreza inimaginable que coexiste con fortunas incalculables.
3. Injusticia, exclusión social y discriminación racial.
4. Corrupción en abundantes cantidades.
5. Élites políticas y económicas complacientes y seguras de que "aquí no va a pasar nada".
6. Partidos políticos muy desprestigiados.
7. Una clase media apática y desilusionada de la democracia, la política y los políticos.
8. Parlamento, poder judicial y Fuerzas Armadas puestas a un largo remojo que les haya "suavizado" la espina dorsal. Es importante asegurar que en estas instituciones reine la ineficiencia, la indolencia y la corrupción. Debe ser fácil comprar a un juez, un senador o un general.
9. Medios de comunicación cuyos propietarios los utilizan principalmente para promover sus propios intereses comerciales o electorales.
10. Una superpotencia extranjera neutralizada o distraída por otras prioridades y congestionada de emergencias.
11. Apatía mundial y una opinión pública internacional con déficit de atención.
12. Un enemigo externo fácil de denunciar como una amenaza a la nación o como la causa de algún problema importante. La CIA es ideal. Un país vecino también sirve. O inmigrantes con otro color de piel. Si no, siempre están los judíos y el Mosad.
12. Brigadas de choque "populares" bien armadas y entrenadas para romper las cabezas -y más- de los miembros de la sociedad civil que osen reaccionar a los avances de "la revolución del pueblo". No hace falta que estas brigadas sean numerosas; sus miembros deben ser violentos y estar dispuestos a todo "en nombre de la revolución". Su vínculo con el Estado debe siempre quedar oculto. Las cárceles son buenos centros de reclutamiento para estas "brigadas populares".
PREPARACIÓN
1. Sacúdase bien a la población más pobre con la campaña de polarización y conflicto social más intensa y agresiva que sea posible. La armonía social es un obstáculo que debe eliminarse, mientras que el odio entre grupos sociales debe ser llevado a su máximo. Esto es fácil de lograr si se cuenta con los ingredientes descritos arriba.
2. Llegar al poder gracias a una elección democrática. Esto se facilita si los partidos tradicionales están desprestigiados y el contrincante es un empresario neófito o un miembro de las clases políticas que siempre han dominado el poder.
3. Ganar toda nueva elección. Como sea. Hacer lo que haga falta. Pero nunca dejar el poder. Las elecciones no son para eso.
4. Cambiar los altos mandos militares promoviendo a oficiales de probada lealtad al presidente y su "proyecto". Premiar con promociones y beneficios materiales a los oficiales leales y castigar a los poco entusiastas. Espiar a todos todo el tiempo.
5. Hacer lo mismo con jueces y magistrados.
6. Una vez completado el paso anterior, proponer cambios constitucionales para ser aprobados mediante un referéndum nacional. En ese referéndum estimular la abstención de la oposición.
7. La nueva Constitución debe garantizar todo tipo de derechos a los ciudadanos -muy especialmente a los más pobres-, a la vez que minimiza sus deberes y obligaciones. Prometer que la nueva Constitución aliviará la pobreza y disminuirá la desigualdad. También debe tener normas poco comprensibles que concentren el poder en el presidente y permitan su reelección indefinida.
8. Desprestigiar, minimizar y reprimir a la oposición política.
9. Controlar a los medios de comunicación. Tolerar algunos medios críticos contra el Gobierno que tengan pocos lectores o telespectadores, como ejemplo de que se respeta la libertad de expresión.
10. Repetir el paso número tres. Indefinidamente.
¡Buen provecho!
mnaim@elpais.es

Honduras: segundo golpe militar contra Chávez


Presidente venezolano puede perder las elecciones del 2010

Heinz DieterichViernes,

24 de julio de 2009

1. Golpe militar contra Hugo Chávez, en Honduras
La decisión original de organizar un golpe militar contra el presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, fue tomada por los militares hondureños en agosto del 2008, a raíz de la firma del ALBA en Tegucigalpa. Integrada por la oligarquía hondureña, sectores librecambistas (CAFTA) y del complejo militar-industrial estadounidense (Pentágono, CIA), y de la derecha terrorista internacional, la conspiración creció hasta que, con la activa participación de los íntimos colaboradores de Bill y Hillary Clinton, Lanny Davis y Bennett Ratcliff ---"cada propuesta que presentó el grupo de Micheletti fue escrita o aprobada por Ratcliff" (New York Times)--- se consumió el coup d´etat.
Lo extremadamente preocupante de este segundo golpe militar contra Hugo Chávez es que, a diferencia del coup d´etat del 2002 en Venezuela, debilita estratégicamente a Chávez, llevándolo al borde de una derrota en las elecciones del 2010. Tal derrota sería el fin del Bolivarianismo.
2. Reinstalar la Doctrina Monroe, desterrar a Hugo ChávezLa declaración del vocero del Departamento de Estado, P.J. Crowley, de que la lección del golpe militar para Manuel Zelaya es que debe alejarse del "liderazgo actual en Venezuela" y que los "los países de la región" deben seguir un gobierno modelo y un líder modelo" que no sea Chávez; la revelación del fiscal militar del ejército hondureño, Coronel Herberth Bayardo Inestroza, de que la decisión del coup d´etat se tomó por la integración de Honduras al eje bolivariano, y el abierto apoyo de Washington a los putschistas, con ayuda de la Unión Europea, manifiestan la decidida voluntad del establishment estadounidense, de reestablecer las reglas monroeistas de dominación en su patio trasero. El Imperio quiere acabar con el interregno bolivariano durante el 2009-12, "enterrando" la presidencia de Hugo Chávez. ¿Cuales son sus posibilidades de triunfar?.
3. Washington manda, Lula se pliegaSin que el imperialismo hubiera disparado un solo tiro o movido su Cuarta Flota de intervención, la correlación de fuerzas en la región ha quedado absolutamente clara: las fuerzas bolivarianas sin posibilidad real de actuar y Lula y el Mercosur aceptando la tutela de Washington/Bruselas en la solución del conflicto, desapareciéndose prácticamente de la escena. Paralelamente, la bicefálica hidra andina, Uribe-Santos, levanta amenazantemente la cabeza frente a Venezuela y Ecuador.
4. "El pueblo derrotó al golpe militar"Otra víctima del golpe hondureño es la falsedad oficialista, repetida innumerables veces por el populismo venezolano, de que fue "el pueblo que derrotó a los golpistas" militares del 2002 en Venezuela.

Esa falacia, inventada para ocultar los méritos históricos de los militares de Maracay durante la asonada, cede su lugar a la eterna verdad formulada por Mao Tse Tung: que el poder político nace, en última instancia, "de los cañones de los fusiles". Una verdad que se puede volver decisiva en Venezuela para el 2010-12.
5. Colombia: punta de lanza de la tenaza militarLa imparable militarización del planeta por Washington muestra que el imperialismo sí sabe diferenciar entre el poder real y los poderes fantasiosos. Las enormes bases militares permanentes en Irak y Afganistán, para dominar el Medio Oriente y Asia Central, tienen su equivalente funcional latinoamericano en Centroamérica y Colombia. Venezuela queda prácticamente encerrada en un triángulo de hierro entre la Cuarta Flota, Colombia, Aruba y Centroamérica. Se trata de la misma silenciosa preparación logística ofensiva para dar el jaque mate que llevó a cabo el criminal Ronald Reagan para destruir a la Revolución Sandinista.
6. Crisis de IránEl principal aliado estratégico del Presidente Chávez en Euroasia es el gobierno teocrático del Presidente Ahmedinejad; pero las protestas postelectorales que han manifestado la división del país y de la elite conductora en cuanto al modelo de gobierno de Ahmedinejad, lo han debilitado seriamente. Ese debilitamiento del modelo iraní, junto con el golpe hondureño, debilitan el poder de negociación interno y externo del Presidente Chávez y la solidez de su modelo.
7. Un Bolivarianismo ciegoEl enfrentamiento con el monstruo de la Doctrina Monroe se hace sin ojos ni oídos. Nadie de las embajadas de Venezuela, Bolivia, Brasil, Nicaragua, Cuba, Ecuador, etc., en Tegucigalpa, con sus agregados militares, culturales, políticos etc., se dio cuenta que desde hace diez meses se estaba organizando un golpe de estado.

Ningún servicio de inteligencia, ningún Ministerio de Relaciones Exteriores, ningún centro de investigación académico estaba al tanto. En diez años de Bolivarianismo no se ha creado ni un solo Centro de Investigación en América Latina capaz de detectar la penetración enemiga, para abortarla, pese a que el dinero abunda. ¿Cómo se pretende, con esta ceguera estratégica y táctica, defenderse de la potencia más poderosa del mundo?.
8. Elecciones 2010: ¿jaque mate?Todos estos factores negativos son parte de la estrategia electoral para derrotar al partido de Hugo Chávez (PSUV) en las elecciones del 2010. La posibilidad de la derrota es muy real, porque el Presidente no quiere entender lo que hasta sus intelectuales palaciegos en el Centro Internacional Miranda (CIM) finalmente están comprendiendo: que su modelo de gobierno 2003-2007 no sirve más para parar el avance del proyecto imperialista-oligárquico (ver mi artículo, Hugo Chávez ante la encrucijada, dic. 2008).
Todas las condiciones de la derrota electoral se están dando: deterioro de la posición presidencial internacional; avance militar uribista-yanqui; inflación incontrolable y política económica disfuncional; bloque opositor electoral con alrededor del 40% de la población; poderosos medios de manipulación de la derecha; agotamiento del discurso bolivariano, ético y del Socialismo del Siglo XXI, y una retórica de amenazas a la cual no siguen acciones (Globovisión); alejamiento de los intelectuales y cuadros críticos; todo esto genera condiciones idóneas para facciones opositoras dentro de las Fuerzas Armadas.
La derrota electoral de Hugo Chávez sería un retroceso histórico para la Patria Grande entera. Lo trágico es que al igual que en el 2002, el capitán del barco nuevamente no parece ver el iceberg.
http://es.mc233.mail.yahoo.com/mc/compose?to=hdieterich@gmail.com

Partidos por tres .CARLOS FUENTES



TRIBUNA:
CARLOS FUENTES 26/07/2009



Las elecciones del pasado 5 de julio configuran un nuevo espacio político en México. La paradoja es que, siendo el nuevo, es el viejo, y esto por varias razones.


México necesita una izquierda responsable, moderna, y no sólo rabiosa, demagógica
Bajo sus distintos títulos (PNR, PRM, PRI), el partido oficial -el Partido de la Revolución Mexicana- gobernó durante siete décadas. Trajo muchos bienes -educación, comunicaciones, reforma agraria, industrialización, política exterior- y también muchos males -cultura autoritaria, ausencia de democracia, corporativismo y, sobre todo, corrupción-.
Que ésta -la corrupción- no era monopolio del PRI lo demostró la oposición, de derecha y de izquierda, apenas accedió al poder. Los casos son notorios, la lección contundente: la corrupción es el vicio mejor repartido en México. No paso por alto los beneficios que la democracia (incipiente) le trajo al país. Sí me parece que la democracia también acabó con la sistemática fe en que el PRI era sinónimo de corrupción.
El triunfo del PRI el 5 de julio merece, por todo lo anterior, ser analizado con cierto grado de desconfianza. Porque, ¿cuál PRI ganó la elección? ¿El PRI socialdemócrata, el PRI corporativista, el PRI reaccionario, el PRI personalista, el PRI...? La enumeración podría seguir. A base de ser, según la frase británica, "all things for all men", el PRI carece, al cabo, de una fisonomía clara. ¿Ha sido ésta la clave de su largo y anciano poder? ¿Puede semejante careta persistir en un país, al menos, tripartidista?
Porque hay un PRI modernizante abierto a las corrientes socialdemócratas que hoy caracterizan a los partidos español (Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero), al chileno (Ricardo Lagos, Michelle Bachelet) y aun a los rivales brasileños (Fernando Henrique Cardoso, Lula da Silva).
Pero también hay el PRI corporativista, empeñado en mantener monopolios y privilegios sectoriales, públicos.

Así como un PRI empresarial paralelo, aferrado, a su vez, a prácticas ajenas a la diversificación y la competencia. Y hay, en fin, un PRI que quiere el poder por el poder, la continuidad de privilegios y el culto de las apariencias: el PRI como anuncio publicitario. Que hay más PRIS que estos, lo demuestran las diversas cabezas del Congreso y los gobiernos estatales. ¿Hidra o dragón, paloma o águila? El PRI -mitología, zoología y aviario- está de vuelta.
Hay quienes consideran que Ernesto Zedillo fue un Maquiavelo pérfido al darle el paso al primer gobierno del PAN. A la luz del poder, el partido de la derecha pasó de la beatitud de la oposición a la responsabilidad de la gobernanza. Confirmó con Fox que la ineptitud y la bribonería no eran de la propiedad exclusiva del PRI. Y con Calderón, que la restauración de la moral oficial no siempre coincide con la restauración de la eficiencia oficial.

Quizás, con un gabinete mediocre, el presidente puede verse (y hasta sentirse) más fuerte. La fórmula no es válida. Dos de los más fuertes jefes de Estado, Lázaro Cárdenas y Miguel Alemán, se rodearon de colaboradores de gran capacidad y personalidad. ¿Se sentirá obligado, a la luz de los hechos, Calderón a renovar y reforzar su gabinete? Beatriz Paredes -el mejor PRI- se niega a un co-gobierno. Pero hay muchos mexicanos -políticos, profesionistas, académicos- que podrían conformar un mejor gabinete y una presidencia más moderada y más modulada.
El hecho es que Felipe Calderón, a los tres años de asumir la presidencia, no tiene más remedio -como Ernesto Zedillo en la fase final de su mandato- que abrirse a formas de compartir el poder con la oposición. No hay en ello menoscabo alguno: el poder se ejerce a partir de una realidad cambiante.
¿Podrá la izquierda entender el cambio? El mero 12,5% del voto el 5 de julio confirma el grave descenso de sus fortalezas. Dividida, pulverizada, presa de bizantinas discusiones internas, la izquierda mexicana confirma su anacronismo, sobre todo a la luz de la experiencia socialdemócrata que arriba he mencionado. Algunas figuras -Marcelo Ebrard, Amalia García, el propio Jesús Ortega- parecen entender esto. Pero aún a ellos les falta hacer una proposición propia, realista: la elección del 2006 quedó atrás, Calderón va de salida y la izquierda no puede ser la eterna Verónica de nuestro Valle de Lágrimas político.
Pero pensar en una próxima renovación de la izquierda es ilusorio: la fragmentación es grande, la unidad minúscula, la anacronía evidente.

Y, sin embargo, el país requiere, ante el cuadro descrito, una izquierda responsable, moderna, propositiva, y no sólo rabiosa, demagógica o desmayada.
Digo "moderna" y pienso en la formación partidista de un centro-izquierda socialdemócrata y de un centro-derecha demócratacristiano.

Ésta es la regla lógica y sería el partidismo para el siglo XXI. Deja que los extremos se manifiesten en los extremos, pero que las posiciones centrales las ocupen la seriedad política, sujeta a la ley y a la alternancia.
Las elecciones del 5 de julio demuestran lo lejos que México se encuentra todavía de esta regla de convivencia. El tripartidismo es confuso y estéril.
Carlos Fuentes es escritor mexicano.

viernes, 24 de julio de 2009

Fidel y el Golpe Constituyente en Honduras


Baldomero Vásquez

Jueves, 23 de julio de 2009


En Venezuela las intentonas de toma del poder, vía golpe de estado, para enterrar la democracia y construir el socialismo tuvieron apogeo durante la lucha armada, librada por la guerrilla y teledirigida por Fidel Castro, en la década de los 60. El Carupanazo y el Porteñazo fueron las conspiraciones cívico-militares de mayor envergadura de aquella época tan poco estudiada de nuestra historia.
Las dos modalidades del chavismo: Golpe Gorila y Golpe Constituyente

El chavismo, descendiente directo de aquellas conspiraciones, ha tenido hasta el presente dos modalidades: la primera consistió en una metódica infiltración guerrillera en las Fuerzas Armadas Nacionales que culminó con el fallido golpe de estado del 04 de febrero de 1992. Los decretos revolucionarios que el gobierno de Chávez hubiese ejecutado dejan claro la naturaleza Gorila de aquel golpe. Aquellos decretos contemplaban:


Eliminar el Congreso Nacional (Decreto 1),
Suprimir las Asambleas Legislativas (Decreto 2),
Destituir a los miembros de la Corte Suprema de Justicia (Decreto 6).

(En “El Dilema del Chavismo. Una Incógnita en el Poder”. Alberto Arvelo Ramos. 1998, pp. 207-214).

La intención no era hacer respetar la Constitución como, ya derrotados, afirmaron los golpistas. A sangre y fuego, si hubiesen triunfado, nos habrían cubanizado y hoy los venezolanos, esclavizados y muertos de hambre como los cubanos, estaríamos repitiendo el doloroso lamento rumano: “Por qué no experimentaron el comunismo primero en animales”.

La segunda modalidad surgió por necesidad, al haber fracasado el golpe de estado. Acoplándose a las circunstancias, Chávez y sus aliados transitaron la ruta electoral con el mismo objetivo: tomar el poder para desmantelar la Democracia, pero esta vez a través de una Asamblea Constituyente. En el camino se combinaron ideas de: Ceresole, con su tesis caudillo-ejército-pueblo; Fidel Castro, asesor ideológico y operativo de temible experiencia; veteranos dirigentes y partidos de izquierda El plan consistía en convertir la victoria electoral de 1998 en un Golpe Constituyente y eso fue lo que se hizo.

Fidel y el Golpe Constituyente en Honduras



Una emboscada Constituyente -similar a la ejecutada en Venezuela, Bolivia y Ecuador- estuvo a punto de de dar al traste con la democracia en Honduras. Planificada al detalle por el ex-Presidente Zelaya y sus tutores (Fidel y Chávez) fue resumida por el Asesor Jurídico del Ejército hondureño, Coronel Heberth Bayardo, así: “Si esa encuesta de opinión se hubiera realizado el domingo, con el resultado ellos legitimaban el proceso, y a las 18 horas del mismo domingo 28 instalaban la Constituyente. Y una vez instalada disolvían el Congreso y la Corte Suprema, destituían al Fiscal General y descabezaban los mandos de las Fuerzas Armadas. Lo mismo se ha hecho en otros lados” (1).

Cadena de asociaciones veraz, ya que el cerebro gris encargado de diseñar el nuevo andamiaje constitucional hondureño, con reelección incorporada, era el simpatizante de ETA y profesor de la Universidad de Valencia-España, Roberto Viciano Pastor. A éste, el presidente Chávez -en el Aló Presidente No. 93 del 20 de enero de 2002- agradeció su apoyo intelectual y publicitó su libro: “Cambio Político y Proceso Constituyente en Venezuela (1998-2000)”.Ed Vadell Hermanos. 2001.

El trascendental papel de Viciano Pastor en el Golpe Constituyente lo conocería la opinión pública hondureña el pasado 13 de junio; es decir, dos semanas antes de la expulsión del ex-presidente Zelaya a Costa Rica. La información del diario La Prensa fue: “El jurista que habría contratado el Ejecutivo para rehacer la Constitución, Roberto Viciano Pastor, es un español que tuvo influencia en las nuevas constituciones de Bolivia, Ecuador y Venezuela (2).

Pero la prueba de mayor peso de que se fraguaba una conspiración contra la democracia hondureña fue la bendición que el Papa Rojo, Fidel Castro, en su Reflexión “Un gesto que no se olvidará” le dio al fallido Golpe Constituyente ejecutado por Zelaya. En la nota escrita el jueves 25 de junio, tres días antes de la destitución del ex-presidente, se solidariza con Zelaya por el asalto a la Base Aérea para rescatar el material electoral proveniente de Venezuela.

Aquella acción de provocación a las Fuerzas Armadas, que ha podido producir muchas víctimas, Fidel Castro la exaltó afirmando que: “la conducta valiente de Zelaya pasará a la historia”. Seguidamente se desvivió en alabanzas al camarada-terrateniente al extremo de equipararlo con Allende: “Fue impresionante verlo a través de TELESUR, arengando al pueblo de Honduras… Sus palabras nos hacían recordar el discurso del presidente Salvador Allende… Esta vez veíamos a otro Presidente latinoamericano entrando con el pueblo en una base aérea para reclamar las boletas para una consulta popular, confiscadas espuriamente” (3).

Independientemente de que la democracia hondureña sobreviva o naufrague a manos del ALBA, lo que si pasará a la historia será el descarado oportunismo del líder histórico de la decadente revolución cubana.

1) elfaro.net

2) laprensahn.com

3) radiorebelde.cu.

viernes, 17 de julio de 2009

El desafío euroamericano


TRIBUNA: MÁRIO SOARES
El Pais.com

La situación en la que se encuentra la Unión Europea, sin rumbo cierto y paralizada en el ámbito institucional, me preocupa mucho. Como europeísta convencido, la derrota de la izquierda democrática en las elecciones europeas, a contracorriente respecto a lo que está ocurriendo en los Estados Unidos de Barack Obama, parece un signo de bastante mal agüero. Va contra los llamados vientos de la historia que, procedentes de EE UU, soplan para vencer la crisis global. Vientos a favor de las políticas sociales y ambientales, contra el desempleo y por un nuevo paradigma político-económico.

Los socialistas de España y Portugal deben vincularse a Obama y ocupar el espacio de izquierdas
Ahora, los Gobiernos y los dirigentes europeos, insistiendo en políticas y rostros del pasado, reconfortados con las recientes elecciones europeas, parecen querer cambiarlo todo lo menos posible para que todo siga igual.

Pues bien, algo así es imposible. Cualquier persona con un mínimo de lucidez es capaz de comprenderlo. Cuando las reformas necesarias no se hacen a tiempo, se cosechan revueltas, contestaciones violentas y hasta revoluciones. Es la lección que nos llega de todas partes: de Irán a Honduras, para citar sólo dos ejemplos recientes.

Europa, a la que pertenecemos, me preocupa por la incapacidad demostrada en estos complejos tiempos por sus dirigentes políticos para entenderse entre sí y por la ausencia de políticas concertadas y eficaces de lucha contra la crisis. Cada Estado, y son 27, parece centrado en sus propios problemas nacionales, olvidando los valores europeos y transmitiendo la sensación de desconocer que en un mundo multilateral en tan rápido proceso de cambios, en lo que a las relaciones de fuerza entre los grandes se refiere, Europa sólo puede contar como agente global si permanece unida y en convergencia respecto a las políticas que desarrolla y a los valores que siempre fueron suyos. En caso contrario, podrá seguir paralizada o correr incluso el riesgo de disgregación, perdiendo sentido e influencia.

No hay que olvidar que la Unión Europea es indudablemente el más original proyecto de paz y cooperación política, social y económica asumido voluntariamente en la segunda mitad del siglo XX. Ha traído a Europa desarrollo, bienestar para las personas y las sociedades, progreso social y grandes conquistas civiles -y valores éticos- que pueden acabar perdiéndose. Lo que supondría una catástrofe no sólo para la Unión, sino también para el mundo, para el que ha sido una referencia insustituible de paz, de democracia, de respeto por los derechos humanos, de libertad y de dignidad de las personas. Es todo esto lo que podría estar en cuestión, más allá de la superación de la crisis global.

Las elecciones europeas no representan, con todo, una victoria de la derecha, por mucho que sus partidos hayan obtenido más votos que los socialistas. Se han saldado, más bien, con una derrota de la izquierda, que se vio muy afectada por la abstención, por los votos en blanco y nulos.

¿Por qué razón ha afectado la abstención fundamentalmente a la izquierda? En mi opinión, porque los socialistas no han sido lo suficientemente socialistas y, con frecuencia, al estar en los Gobiernos, se dejaron colonizar por el neoliberalismo, la doctrina de la derecha dominante en época de Bush. ¿No será que los amigos de Bush pueden continuar en Europa ocupando puestos de responsabilidad cuando la Norteamérica de Obama procura encontrar un nuevo paradigma para resolver la crisis y está cambiando su propio estilo de hacer política?

No lo creo. Porque la Unión Europea, en la fase que estamos viviendo, si llega a distanciarse de Estados Unidos, entraría probablemente en una deriva muy peligrosa, disgregadora y suicida.

En el sector de los Verdes, con el sorprendente resultado de Cohn-Bendit, y de los liberales, después de la reelección en el grupo liberal del Parlamento Europeo del belga Guy Verhofstadt, un europeísta de sólidas convicciones, parece haber una voluntad política real de hacer avanzar la Unión, rehabilitando sus valores, lo que implica una cierta mano tendida a los socialistas -y no a los conservadores- con la que pueden llegar a contar para la consolidación de una mayor convergencia entre Europa y Estados Unidos, dejando atrás los errores y las prácticas políticas del neoliberalismo.

Por tanto, los socialistas europeos deben comprender que, en el momento actual, sus adversarios son los conservadores y la derecha y no la izquierda, incluida la radical, a pesar del extremismo irrealista de esta última.

Y pienso sobre todo en España y Portugal. Dados los lazos que los unen a Iberoamérica y a África, y contando ambos con Gobiernos socialistas, estos dos países deben aproximarse al humanismo progresista de Barack Obama. Sólo así podrán vencer una crisis que aún no ha tocado fondo, con políticas sociales y ambientales serias, teniendo primordialmente a la vista la lucha contra el desempleo, las vociferantes desigualdades sociales, las quiebras de las pequeñas y medianas empresas, y la ayuda a las clases medias en vías de empobrecimiento. Es su espacio social y político y deben ocuparlo. Pensando como izquierda y movilizando a los partidarios de una Europa política unida, igualitaria, defensora de sus valores y solidaria entre sí. Al contrario de lo que está ocurriendo ahora.


Mário Soares ha sido presidente y primer ministro de Portugal.
Traducción de Carlos Gumpert.

lunes, 13 de julio de 2009

Julio María Sanguinetti. No basta votar

TRIBUNA
13/07/2009

Bien se sabe que la democracia no es sólo elecciones, condición necesaria pero no suficiente. Una democracia supone un gobierno electo por el pueblo; como dice Popper, procedimientos no violentos para sacudirse una mala administración; la adecuada autonomía de los poderes de gobierno; la vigencia consentida de un Estado de derecho y el respeto general por las libertades y garantías de los ciudadanos.
El golpe de Honduras subraya que América Latina aún carece de seguridad jurídica y estabilidad política
En el umbral del Bicentenario de nuestras repúblicas latinoamericanas, ese ideal tan largamente acariciado, está aún lejos. Se vota: todos los gobiernos, salvo la conocida excepción cubana, son resultado de elecciones y ello debe valorarse. Incluso en los dos países más grandes, podemos señalar algunos avances notables. Brasil posee hoy partidos nacionales estables y México ha estrenado un sistema electoral transparente con una alternancia política razonablemente aceptada.
Más allá de estas gratificantes comprobaciones, nos encontramos con inestabilidades y degradaciones imposibles de ocultar. Caído el Muro de Berlín y superada la guerra fría, nuestro hemisferio se alejó de la diabólica dialéctica de unos sustentando guerrillas marxistas desde Cuba y otros dictaduras desde Washington. Pareció que nos llegaba un tiempo de paz, en que la democracia podría brillar, pues dependía simplemente del esfuerzo de los demócratas latinoamericanos. Los hechos no han sido tan gratificantes.
En Brasil (1992), renuncia el presidente Fernando Collor de Melo ante la inminencia de un juicio político. En Paraguay (1999), el presidente Cubas renuncia y se exilia en Brasil, a raíz de las revueltas desencadenas por el asesinato del vicepresidente Argaña, quedando la Presidencia en manos del titular del Senado González Macchi, quien a duras penas termina su mandato.

El caso peruano fue uno de los más detonantes, con la dimisión de Alberto Fujimori (2000), quien abandonó la Presidencia luego de ser reelecto, a raíz de descubrirse una trama siniestra de corrupción y espionaje que manejaba un capitán Montesinos, de triste memoria.

Argentina (2001) vio caer al presidente Fernando de la Rúa a raíz de una crisis económica severa y el acoso de piquetes organizados que se adueñaron de la calle; todo lo cual dio paso a tres presidentes provisionales en dos meses, finalmente sustituidos por Eduardo Duhalde, quien alcanza la normalización institucional.

En Bolivia, entre 2003 y 2005 se produce la estrepitosa caída del presidente Sánchez de Lozada, y más tarde la de su sustituto Carlos Mesa, para abrir espacio finalmente a la elección de Evo Morales, administrador de un país agrietado en dos partes por un persistente conflicto étnico. En Ecuador (2005), el presidente Lucio Gutiérrez cae en medio de revueltas populares.
Este sucinto relato apenas resume las caídas presidenciales. No podemos ignorar la degradación democrática que se vive bajo gobiernos populistas como el de Venezuela, donde se ha instaurado la Presidencia eterna y cerrado la principal estación privada de televisión, mientras la otra independiente sobrevive bajo amenaza. A lo que se añaden vaciamientos institucionales tan fuertes como el de que, electo en Caracas un alcalde opositor, se dictó una ley despojándolo de todas sus competencias, transferidas a una nueva superautoridad creada para administrar la ciudad capital.

Tampoco cabe olvidar la permanente furia reeleccionista que entra a los mandatarios en ejercicio y que no parece terminar.
Todo esto viene a cuento de los dramáticos episodios ocurridos en Honduras, que registran el primer golpe militar de esta etapa histórica. Golpe sui géneris, porque nació del Parlamento y el Poder Judicial, que enfrentados al presidente terminaron reclamando una intervención militar para deponerlo y desterrarlo. No hay duda de que este presidente se había extralimitado hasta el punto de que no hubiera un solo diputado de su partido que levantara la mano en su favor. Pero tampoco hay duda de que cualesquiera fueran sus excesos, nunca debió ser el Ejército el arbitrario ejecutor de un derrocamiento presidencial, que bien ha sido calificado internacionalmente como un golpe de Estado.
Dos siglos de independencia no habilitan ya más excusas. No se puede seguir hablando de la herencia hispánica, del imperialismo norteamericano o del comunismo internacional. Nuestras repúblicas aún adolecen de inmadurez democrática y ello se advierte en el debate diario. Si una dictadura es de izquierda o derecha, será buena o mala para unos u otros, al margen de su condición autoritaria.

Y ello ocurre en los medios políticos tanto como en las universidades, todavía ancladas en debates ideológicos que ya debían haberse librado a la historia.
Hemos vivido un quinquenio milagroso del mercado internacional, que derramó excedentes fabulosos. Hubo algunos avances, pero magros en el conjunto, porque -como dice Alain Touraine- "las chances de desarrollo dependen hoy más de las condiciones políticas y sociales que de las condiciones económicas".

Sólo los países con estabilidad pudieron aprovechar satisfactoriamente la bonanza, como pasó en Chile, Brasil, Colombia o Perú. Pasada la buena racha y enfrentados nuevamente a la dura competencia de los mercados, se hace más imprescindible que nunca la seguridad jurídica y la estabilidad política. Que es, justamente, lo que vemos resquebrajarse en variadas partes del hemisferio.
Julio María Sanguinetti, ex presidente de Uruguay, es abogado y periodista.

jueves, 9 de julio de 2009

Argelia Ríos // Golpes de Estado y de conciencia


Los soldados le quitaron la posibilidad de usar las armas de la República para su beneficio
Aunque los "peros" sean numerosos, lo de Honduras fue un indiscutible golpe de Estado. Se entiende, sin embargo, que las autoridades provisionales de ese país intenten presentarlo de otra manera. El propio Chávez se ha negado a aceptar que el suyo también lo fue. Es una ironía que el Presidente venezolano y el señor Micheletti -tan distantes como lucen- coincidan en sus respectivas justificaciones.

Pero las similitudes saltan a la vista: la intervención militar en el conflicto creado por Zelaya no es diferente a la que Venezuela enfrenta desde que el comandante bolivariano apareció en la política nacional y, muy especialmente, desde que ascendió al poder en diciembre de 1998. Nadie puede negar que las Fuerzas Armadas de Venezuela desempeñan un rol estelar en nuestro tormentoso "proceso revolucionario". "Las olivas" forman parte del ecosistema que Chávez le ha dado al país, a partir de su grandilocuente teoría alrededor de la necesaria participación de los militares en la política y en el desarrollo de "su" modelo de "desarrollo"... Cuando el jefe del Estado presume de su "revolución armada" admite la amenaza que los militares representan para cualquier sociedad.

El hecho de que las armas ya no pertenezcan a "la República" -sino a su proyecto personal de poder- le añade toneladas de cinismo a la postura de Chávez ante el caso hondureño, en el cual se ha dado la particular circunstancia de exponer a una institución castrense distanciada del "presidencialismo" de nuestras naciones, y dispuesta a reivindicar a las otras voces del mando civil, constituido, también y aunque suela omitirse, por las demás instituciones y poderes del Estado. Visto así, la crisis hondureña ha servido para desnudar la hipocresía del discurso de Chávez en torno al rol político de los militares. A diferencia de los uniformados venezolanos, los de Honduras le arrebataron a Zelaya la posibilidad de secuestrar las armas de la República para beneficio propio, haciendo uso de su condición de comandante en jefe.

Esta arista del conflicto vuelve a visibilizar las graves relativizaciones que se han impuesto de nuevo, a causa de luchas ideológicas. La intervención en política de las fuerzas armadas hondureñas y de sus homólogas venezolanas relata en realidad las precariedades y limitaciones de la política y de quienes la ejercen como profesión, incluyendo, desde luego, al hiperlíder, tan proclive a fanfarronear sobre la potencia coercitiva de sus tanques y fusiles.

El relato del desalojo de Zelaya de la casa presidencial no es distinto a la imagen de los gorilas uniformados que cercan las protestas de quienes disiente de la revolución bolivariana. Si hablamos de golpes, la única diferencia es que el caso de Honduras tiene su origen en la "objeción de conciencia" ejercida por los verdes de allá, en un procedimiento que describe perfectamente los fantasmas nocturnos del Presidente venezolano.

lunes, 6 de julio de 2009

Informe sobre Honduras


AMÉRICA /
También varias cancillerías europeas.
Zapatero tiene un informe diplomático que justifica el "supuesto" Golpe de
Estado en Honduras Fuentes diplomáticas acreditadas y de toda solvencia han
confirmado a eldiarioexterior.com que el ministro español de asuntos
exteriores, Miguel Angel Moratinos, tendría en su poder un informe del
embajador de España en Tegucigalpa, Ignacio Rupérez, que justificaría de
alguna manera el que la Comunidad Internacional ha calificado como Golpe de
Estado. Diarioexterior.com
2 de julio de 2009 21:45

En dicho informe se relatan los acontecimientos sucedidos en Honduras previos
al arresto y expulsión del ex presidente Zelaya. La posición del Congreso
Nacional de Honduras, incluidos gobierno y oposición, la del tribunal Supremo
de Justicia y la Fiscalía de la República.

Podría acreditarse en dicho informe que el depuesto presidente Zelaya hubiera
incurrido en uno o varios delitos y que el ejército hondureño cumplia
ordenes del Tribunal Supremo.

Recuerda dicho informe que el decreto presidencial para convocar el
controvertido referendo fue promulgado el día anterior sin observarse los
plazos constitucionales para ello, vulnerando un dictamen del Consejo
Electoral Nacional, el propio Congreso y el Tribunal Supremo.

Seguiría el informe diciendo que la destitución por parte de Zelaya del jefe
de las fuerzas armadas lo fue al negarse éste a acatar su orden de proceder a
asegurar una consulta que las autoridades judiciales habían previamente
prohibido. Este fue el hecho que desencadenó los acontecimientos y obligó
al Tribunal Supremo a emitir una orden de arresto del presidente de la
República, Mel Zelaya.

Cancillerías europeas

Las fuentes consultadas por eldiarioexterior.com aseguran que informes
parecidos tienen, por parte de sus embajadores, los gobiernos de Francia,
Alemania e Italia. Es la razón por la cual el ministro español de exteriores
no recibiera respuesta inmediata a su pedido de retirar de Honduras a todos
los embajadores europeos y tomar la medida unilateral de llamar a consultas al
diplomático español Ignacio Rupérez.

La "llamada a Consultas" es la mínima opción de respuesta diplomática
cuando antre dos paises se produce un conflicto. Más grave es la retirada,
aunque fuera provisional, del embajador. Eso no se ha atrevido a hacer, de
momento, el gobierno de Zapatero.

¿Por qué se expulso a Zelaya del país?

Las fuentes consultadas por el eldiarioexterior.com aseguran que el informe de
la diplomacia española, y los de un buen número de cancillerías europeas,
se pregunta por las razones de la expulsión de Zelaya del país y no su
arresto domiciliario o encausamiento judicial de acuerdo a los procedimientos
legalmente establecidos.

Traslada dicho informe al gobierno de Zapatero que los Cuerpos y fuerzas de la
Seguridad del Estado en Honduras habían detectado, supuestamente, la
presencia en el país de mercenarios armados procedentes de Venezuela y
Nicaragua con la misión de apoyar la convocatoria ilegal del presidente
Zelaya y movilizar a sus partidarios en las calles, pues ya se sabía que
dicha consulta había sido prohibida por las instancias judiciales del país.

El informe diplomático, incluso, llega a plantear el error de la expulsión
del país de Zelaya y aventura que hubiera sido mejor como procedimiento la
inhabilitación y encausamiento legal del presidente en el propio suelo
hondureño, no cuestionando las razones jurídicas que las autoridades
hondureñas tomaron para destituir a Zelaya.

Moratinos y Zapatero tienen el informe en su mesa de trabajo

La redacción de eldiarioexterior.com ha podido comprobar que diplomáticos
españoles fueron consultados sobre la pertinencia de dicho informe y
aconsejaron a la legación diplomática en Honduras relatar los hechos tal y
como sucedieron evitando establecer juicios de valor.

Aseguran que dicho informe está en la mesa de trabajo de Zapatero y Moratinos
pues es este un procedimiento habitual.

domingo, 5 de julio de 2009

Idiotas contra hipócritas


MOISÉS NAÍM
Golpe en Honduras
05/07/2009

¿Será que no leen? ¿Que no ven CNN? ¿O es que vivir en Honduras es como vivir en Marte? ¿O es que son idiotas? ¿A quién se le ocurre que en un país pequeño y pobre los militares pueden sacar al presidente de su cama pistola en mano y expulsarlo del país sin que la comunidad internacional reaccione con furibunda indignación? Un país grande y con bombas atómicas podría darse ese lujo sin sufrir mayores consecuencias, ¿pero Honduras? Honduras no.

Las torpezas hondureñas son sólo superadas por la explosión de hipocresía que han desencadenado
El hecho es que las élites políticas y militares hondureñas dieron un golpe de Estado. Peor aún: no necesitaban hacerlo. Con aplicar las leyes les hubiese bastado, ya que el presidente Manuel Zelaya había incurrido en múltiples violaciones de la Constitución. La Corte Suprema, el Congreso y otras instituciones hondureñas así lo habían certificado. Más aún, tan sólo faltaban unos meses para las elecciones presidenciales. ¿Por qué se precipitaron? ¿Por qué utilizaron a los generales en vez de usar a los juristas?

Los golpistas aducen que se vieron obligados a actuar como lo hicieron ya que Zelaya, apoyado por Hugo Chávez, estaba dispuesto a usar trampas electorales para perpetuarse en el poder. Pero quizá el factor que más les estimuló a actuar fue que por las porosas fronteras hondureñas comenzaron a entrar agentes venezolanos y cubanos con maletas llenas de dólares y camionetas cargadas de armas. Los dólares y las armas, dicen, están destinados a organizar violentas milicias de Hondureños con Zelaya. Aun suponiendo que esto sea cierto, el golpe militar es inexcusable. Además, si el presidente Zelaya está incurso en todos los delitos de los cuales se le acusa, ¿por qué en vez de detenerlo para ser juzgado, lo sacaron del país?

Las torpezas hondureñas son sólo superadas por la explosión de hipocresía que han desencadenado.

Ni más ni menos que Raúl Castro —¡Raúl Castro!— pide sanciones mundiales contra un pequeño país cuyos líderes tomaron el poder por la fuerza. Hugo Chávez, cuya carrera política comenzó cuando lideró un sangriento golpe militar contra un Gobierno democrático, truena contra los golpistas hondureños y amenaza con una invasión. Los presidentes de ese bastión de democracia que se llama la Alternativa Bolivariana de las Américas (Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela) exigen indignados que se aplique inmediatamente la carta democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Con la firma de este documento en 2001, las naciones americanas acordaron que sólo los países democráticos pueden formar parte de la OEA. Según los presidentes del ALBA es lógico, por tanto, expulsar inmediatamente a Honduras. Esta lógica no se les apareció por ningún lado cuando hace poco abanderaron la iniciativa de incluir a Cuba en la OEA. El hecho de que ése no fuese un país democrático les parecía un detalle banal.

Para estos presidentes, que antes despreciaban a la OEA, ahora este organismo es el más importante de la región, y tratan a su secretario general, el chileno José Miguel Insulza, como el máximo garante de las democracias latinoamericanas. Hace no mucho, el presidente Chávez insultaba casi a diario a Insulza. Lo llamaba “insulso” y, con la elegancia intelectual que le caracteriza, lo calificó en televisión con el nombre que en Venezuela se usa para describir el vello anal. Es por tanto reconfortante ver que Honduras ha hecho recapacitar a Chávez y que ahora trabaja mancomunadamente con Insulza para proteger la democracia. Al menos, les debemos esto a los militares hondureños.

Y no podía faltar el imperio yanqui. El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció que esta crisis se ha fraguado en Washington. E insistió en que la intervención extranjera en los asuntos internos de los países es inaceptable. El hecho de que Obama haya denunciado firmemente la situación en Honduras y que no reconozca a las nuevas autoridades son detalles irrelevantes para el estadista boliviano. También ignora el hecho de que intervenir en la política interna de otros países es una de las actividades diarias de su mentor y financiero, el presidente venezolano.

Pero no todo en esta situación es torpeza e hipocresía. La crisis de Honduras les manda a los militares del continente una fuerte señal: los golpes militares ya no son lo que eran. No lo hagan. Y a los políticos de la región también les manda un claro mensaje: Hugo Chávez es tóxico. Manuel Zelaya le debe mucho a Chávez. Pero su cercanía con el teniente coronel le terminó costando mucho más de lo que le aportó.


Cronología de la crisis hondureña
- 27 de junio. Zelaya insiste en realizar una consulta para cambiar la Constitución y renovar su mandato, que ha sido declarada ilegal por la Corte Suprema, la fiscalía y el Legislativo. Cinco días antes, ha destituido al jefe de las Fuerzas Armadas por negarse a darle apoyo logístico.

28 de junio. De orden del poder judicial, un grupo de militares saca a Zelaya del Palacio Presidencial y lo deporta a Costa Rica. En medio de la condena internacional, el Congreso elige a Roberto Micheletti como presidente interino.

- 4 de julio. José Miguel Insulza, jefe de la OEA, fracasa en su intento de zanjar la crisis. El organismo debate expulsar a Honduras.

mnaim@elpais.es