jueves, 29 de octubre de 2009

Chavez critica el congreso de EEUU



El presidente Hugo Chávez criticó este miércoles una resolución presentada al Congreso estadounidense para que el gobierno de Barack Obama incluya a Venezuela en la lista de países patrocinadores de terrorismo.
"¿Saben cuál es el primer país patrocinador del terrorismo? El gobierno de Estados Unidos. (Ha habido) más de un millón de muertos inocentes en Irak. Pero eso lo borraron, en Irak no hay muertos, hasta los soldados norteamericanos que mueren son escondidos, mucho más los niños y mujeres'', dijo Chávez el miércoles ante un grupo de embajadores que le presentó cartas credenciales.
"Maldito imperio, mil veces maldito, algún día terminarás y te hundirás. Te maldigo mil veces imperio yanqui, no me importa nada los planes que tengan conmigo'', dijo el mandatario en referencia a Estados Unidos.
El martes, el representante republicano Connie Mack presentó junto con el demócrata Ron Klein una resolución ante el Congreso que pide al gobierno de Obama incluir a Venezuela en la lista de países patrocinadores de terrorismo, por su supuesto apoyo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a Hezbolá, y por sus nexos con Irán''.
La lista de patrocinadores de terrorismo, que elabora anualmente el Departamento de Estado, sólo incluye en la actualidad a cuatro países: Cuba, Sudán, Irán y Siria, después de que Corea del Norte fuera retirada el 11 de octubre.

sábado, 17 de octubre de 2009

La democracia bajo condena



TRIBUNA: SIMÓN ALBERTO CONSALVI

El PAIS,España

En sus 60 años, la Organización de Estados Americanos (OEA) nunca expulsó a uno de sus miembros porque en él se hubiera dado un golpe de Estado, a pesar de que tales golpes fueron acometidos por personajes como Augusto Pinochet, los generales brasileños o los genocidas del Cono Sur.

Zelaya fue destituido por decisión unánime de los otros poderes del Estado, no por un golpe
Violando su propia Carta, la OEA acogió en su seno a los peores dictadores del hemisferio, a Somoza, Pérez Jiménez y Trujillo, el dictador dominicano que protagonizó La fiesta del chivo.
La guerra fría y el anticomunismo fueron las primeras excusas, pero después vinieron otras hasta que, al fin, las dictaduras fueron dejadas atrás. De modo que la suspensión de Honduras el 4 de julio por el Consejo Permanente no tuvo precedentes. Si los equívocos y las contradicciones no fueran tantos, podría suponerse que, aunque tarde, la OEA comenzaba a redescubrir su propia Carta.
Al documento fundacional que imaginaba a la OEA como conjunto de Estados democráticos, se le añadió la Carta Democrática Interamericana que algunos Gobiernos, como el de Venezuela, suelen desdeñar con obstinación y buena fortuna.
A raíz de la destitución de Manuel Zelaya como presidente de Honduras, el 28 de junio, fue aplicada la Carta Democrática. Podría suponerse que con buenos fundamentos, pero no ocurrió así. La OEA se precipitó. Tenía que investigar las causas de la crisis. O, mejor, debió preverla, invocando la Carta a tiempo, antes, y no después.
Al pretender llevar a cabo un referéndum ajeno al orden constitucional hondureño, el presidente Zelaya violó la Constitución de su país, y violó asimismo la Carta Democrática. Quiso abrirle espacio a la convocatoria de una Asamblea Constituyente de manera unilateral, con el propósito de hacerse reelegir, siguiendo el manual de los presidentes de la Alianza Bolivariana, Venezuela, Bolivia y Ecuador. ¿Por qué no reaccionó entonces la OEA? Porque había perdido la fe en la Carta, y el mismo secretario general José Miguel Insulza, requerido en cierta ocasión, respondió con total desdén y, como excusa, que "más de siete países la violaban".
El presidente Zelaya no fue destituido por un golpe militar, sino por una decisión unánime de los otros poderes del Estado. Admitiendo los errores cometidos, en particular su expulsión del país, la OEA estaba frente a una situación que exigía ponderación y cautela.
En lugar de la mediación, la organización optó el 4 de julio por la exclusión de Honduras del sistema, por el ultimátum, las retaliaciones económicas, y por último y absolutamente inaceptable, la declaración de ilegitimidad de las elecciones del 29 de noviembre, ya en curso con seis o siete candidatos que representan el espectro político del pequeño país. Obviamente, la única salida constitucional a la crisis, con lo cual se despoja al pueblo hondureño de su soberanía.
¿Quién decide el destino de los hondureños, ellos o la comunidad internacional, la OEA, Unasur, la Unión Europea que nunca miró a estas crisis? Todos a una, y ciegamente, como movidos por extraños compromisos, se unieron contra el Gobierno interino, reclamando la restitución del presidente Zelaya. Hasta el Consejo de Seguridad tomó cartas en el asunto como si el pequeño país amenazara el orden mundial.
Los errores han sido tan grandes que la propia OEA ha querido obviarlos acogiéndose al Acuerdo de San José. El miércoles 7 de octubre se puso de manifiesto el equívoco de suspender del sistema al interlocutor necesario.
Al viajar a Honduras una misión de cancilleres con el secretario general para dialogar, y ahora, sí, mediar, en lo que ya no es una crisis sino un conflicto, la OEA reconoce que "para bailar tango se necesitan dos".
Concentrar el rompecabezas en la suerte de Manuel Zelaya o de Roberto Micheletti es otro error. El tiempo que les quedaría no vale la pena para ninguno de los dos. Ambos estorban. Quizás el presidente Zelaya, "hospedado" desde el 21 de septiembre de manera tan heterodoxa por Brasil, no renuncie a su proyecto de una Asamblea Constituyente que le abra el camino del regreso. De ahí su intransigencia en descalificar las elecciones. Un proyecto obviamente vinculado a la Alianza Bolivariana.
El duelo de los antagonismos está a la vista. A la comunidad internacional, comprometida de manera tan inverosímil, no le será fácil encontrar la salida del laberinto. Conviene, en suma, propiciarle a los hondureños la búsqueda de sus propias soluciones, con el cese de las interferencias, abiertas o secretas.
Simón Alberto Consalvi es editor adjunto de El Nacional, Caracas.

y ha sido Ministro de Relaciones exteriores de Venezuela

viernes, 16 de octubre de 2009

Un nuevo enfoque para la seguridad alimentaria



TRIBUNA: Hillary Rodham Clinton
Para 1.000 millones de personas en el mundo, el esfuerzo diario de cultivar, comprar o vender alimentos es el esfuerzo que define su vida. Eso es importante para ellos, y para todos nosotros.

La lucha contra el hambre crónica es una prioridad clave de la política exterior de Obama
Consideren a una de las pequeñas agricultoras del mundo. Vive en una aldea, se levanta antes del alba y camina varios kilómetros para recoger agua. Trabaja todo el día en un campo, a veces cargando a un bebé en la espalda. Si la sequía, las enfermedades o las pestes no destruyen sus cosechas, quizá tenga suficiente para alimentar a su familia y algo para vender. Pero no hay carretera que llegue al mercado más cercano y no hay nadie en la aldea que pueda darse el lujo de comprarle sus productos.
Consideremos a un joven en una ciudad a más de 100 kilómetros de distancia de esa agricultora. Cobra unos centavos en su trabajo. Va al mercado pero los alimentos allí se están pudriendo o los precios están fuera de su alcance. La agricultora tiene alimentos extra para vender, y él quiere comprarlos. Pero esa transacción sencilla no puede ocurrir debido a fuerzas complejas más allá de su control.
Hacer frente al desafío del hambre mundial está en el centro de la "seguridad alimentaria" -facultar a los agricultores del mundo para que siembren y cosechen cultivos abundantes y pesquen o cuiden efectivamente del ganado- y asegurar que lo que producen llega a las personas más necesitadas. La seguridad alimentaria representa la convergencia de cuestiones complejas: sequías e inundaciones causadas por el cambio climático, altibajos en la economía mundial que afectan a los precios de los alimentos y alzas en el precio del petróleo que aumentan los costes de transporte. La seguridad alimentaria también es seguridad nacional. El hambre crónica amenaza la estabilidad de los gobiernos y las sociedades. Las personas que no tienen nada para comer o están desnutridas y no pueden cuidar de sus familias sienten una desesperanza que puede llevar a la tensión, los conflictos, e incluso a la violencia. Desde 2007, se han producido disturbios a causa de los alimentos en más de 60 países.
Los fracasos de la agricultura en muchas regiones del mundo tienen un impacto poderoso en la economía mundial. La agricultura es la única o la principal fuente de ingresos para más de tres cuartas partes de los pobres del mundo. Cuando tantos trabajan arduamente cada día pero no pueden salir adelante es el mundo entero el que no progresa.
La Administración Obama considera el hambre crónica como una prioridad clave de nuestra política exterior. Otros países se nos unen en este esfuerzo. Las principales naciones industrializadas han comprometido más de 22.000 millones de dólares durante más de tres años para impulsar el crecimiento económico de la agricultura. El 26 de septiembre, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y yo organizamos una reunión de líderes de más de 130 países para lograr apoyo internacional.
Nuestro enfoque se basará en nuestra experiencia. Hemos empleado demasiados años y dinero en proyectos de desarrollo que no han rendido resultados duraderos, pero hemos aprendido de estos esfuerzos. Ahora sabemos que las estrategias más efectivas surgen de quienes se encuentran más cerca de los problemas, no de las instituciones o gobiernos extranjeros a miles de kilómetros de distancia. Sabemos que el desarrollo funciona mejor cuando se percibe como una inversión, no como una ayuda.
Teniendo en cuenta esas lecciones, nuestra iniciativa de seguridad alimentaria se guiará por cinco principios.
Primero, no hay un modelo que sirva para todos. Así que trabajaremos con países socios para crear y aplicar sus planes.
Segundo, atenderemos las causas fundamentales del hambre al invertir en todo, desde mejores semillas hasta seguros para pequeños agricultores. Es crítico que nuestras inversiones en agricultura apoyen la ambición y perseverancia de las mujeres agricultoras.
Tercero, ninguna entidad puede erradicar el hambre por sí sola. Pero si los interesados trabajan juntos -coordinando a nivel nacional, regional y mundial- nuestro impacto puede multiplicarse.
Cuarto, apoyaremos a las instituciones multilaterales que tienen el alcance y los recursos que se extienden más allá de cualquier país.
Por último, prometemos compromiso y responsabilidad a largo plazo. Para demostrarlo, invertiremos en instrumentos de vigilancia y evaluación que permitan que el público vea lo que hemos hecho.
Este esfuerzo puede alargarse durante años, incluso décadas, antes de que lleguemos a la meta, pero ofrecemos todos nuestros recursos y energía. Mientras realizamos este esfuerzo, mantendremos nuestro compromiso profundo a la ayuda alimentaria de emergencia, para responder al urgente llamamiento de socorro cuando ocurran tragedias y desastres, como sucede ahora en el Cuerno de África, donde la sequía, fracasos en las cosechas y la guerra civil han causado la peor crisis en 18 años.
Revitalizar la agricultura mundial no será fácil. En realidad, es uno de los esfuerzos de diplomacia y desarrollo más ambiciosos y completos que nuestro país haya emprendido jamás, pero puede hacerse y vale la pena hacerse. Y si tenemos éxito, nuestro futuro será más próspero y más pacífico que nuestro pasado.
Hillary Rodham Clinton es secretaria de Estado del Gobierno de Estados Unidos.

Colombia sí se mira en el espejo

TRIBUNA: CARLOS RODADO NORIEGA

En nuestro país siempre se leen o escuchan con respeto las opiniones de otras personas y más si se expresan a través de la prensa. En ese contexto y sin ánimo de polemizar sobre las apreciaciones del periodista Miguel Ángel Bastenier, en relación con su posición adversa a la reelección del presidente Álvaro Uribe Vélez, publicadas en la edición del diario EL PAÍS del 12 de octubre, no puedo dejar pasar por alto afirmaciones que vulneran la imagen de Colombia y de su democracia, pintándonos a los colombianos como una masa de tontos cuya voluntad es manipulable y a su presidente, democráticamente elegido, como un dictador.

Es la democracia latinoamericana más antigua y se apoya en instituciones fuertes e independientes
Uribe cuenta con el respaldo y confianza de más del 70% de los colombianos
Independientemente de la opinión que se tenga de la reelección presidencial, lo que no se puede es tratar de sustentarla sugiriendo que en Colombia existe una democracia espuria, donde eso que se llama opinión pública "se reduce a poco más de un tercio de sus 45 millones de habitantes, que son los que votan...".
En nuestra nación la abstención electoral ha sido históricamente más alta que en otros países, pero ese fenómeno se explica por dos hechos: el voto no es obligatorio, en respeto a la libertad individual y, por otro lado, es un hecho notorio y público, reconocido por todos los partidos, que el potencial electoral está sobredimensionado porque los problemas de orden público han dificultado la actualización de los censos de votantes y las estadísticas siguen presentando como potenciales electores a un número alto de fallecidos.
La democracia colombiana es la más antigua y la más estable de América Latina, soportada en instituciones que se caracterizan por su fortaleza e independencia. Hemos elegido democráticamente a nuestros presidentes afrontando los embates del terrorismo y nuestro país ha sido una honrosa excepción de respeto a la voluntad popular aún en la década de los setenta, cuando el continente suramericano estaba literalmente tomado por dictadores.
Los medios de comunicación gozan de libertad plena, principio reconocido desde el comienzo de nuestra vida republicana y asentado en la conciencia colectiva de la nación, que se podría sintetizar en la frase de Belisario Betancur, cuando ejerció la presidencia de Colombia: "Es preferible una prensa desbordada que una prensa amordazada".
Otra demostración palpable de la fortaleza democrática de nuestro país y de su pluralismo político es el hecho de que los dos últimos alcaldes de la ciudad de Bogotá, la urbe más grande de nuestro país y su capital administrativa y política, han sido elegidos en representación del partido Polo Democrático que congrega a ex militantes del movimiento guerrillero M-19.
Ninguna nación del mundo ha sufrido tanto los arteros golpes del terrorismo y del
narcotráfico como Colombia. Por lo mismo, la valoración que el pueblo colombiano le asigna a la seguridad como valor insustituible para el individuo y para la sociedad, no es el mero resultado de un ejercicio virtual que simula agresiones o hechos violentos como los que se ven en películas o series de televisión. No; es la experiencia de una tragedia vivida y sufrida como realidad lacerante y dantesca, que se manifestaba en más de 3.000 secuestrados al año; cargas explosivas colocadas en centros comerciales, en colegios o en aviones de pasajeros que estallaban en pleno vuelo, ciudades con las tasas de homicidios más altas del mundo y una ciudadanía que no se podía mover de un sitio a otro atrapada en el terror generado por grupos armados ilegales de todos los matices.
No es un acto de irracionalidad o de analfabetismo político el que los colombianos, cuando se les consulta su intención de voto en las próximas elecciones presidenciales prefieran a Uribe en una relación que supera varias veces a la suma de las intenciones de voto por los otros candidatos juntos, que son más de 15. Bastenier queda perplejo ante esa realidad, pero la respuesta es muy sencilla: Uribe le devolvió la seguridad a una nación que no quiere volver a perderla.
Si se quiere mostrar la realidad colombiana, no se puede dejar de mencionar los avances que en materia de seguridad, calidad de vida y crecimiento económico ha reportado nuestro país en los últimos siete años, gracias al liderazgo del presidente Álvaro Uribe. Es ésta y no otra la razón por la cual hoy en día, el presidente sigue contando con el respaldo y la confianza de más del 70% de los colombianos.
Como resultado de la gestión del presidente Uribe, nuestro país ha sido señalado hace apenas un mes como el de mejor clima para hacer negocios en América Latina por el informe Doing Business del Banco Mundial. En ocho años el PIB se ha duplicado, el indicador de nivel de pobreza ha disminuido 14 puntos y hemos conseguido una cobertura del 90% en régimen subsidiado de salud. Nuestro Gobierno ha dinamizado la economía y ha diseñado políticas para incentivar la inversión local y extranjera y generar empleo. Más de 170 empresas españolas afincadas en Colombia pueden dar fe del excelente clima de negocios que prima en nuestro país y del ambiente de seguridad que se respira.
En el Informe de Desarrollo Humano para el 2009 publicado por la ONU, se muestra el notable avance que Colombia ha tenido en la dimensión social, pasando de un IDH de 0,772 en el año 2000 a 0,807 en el 2007, lo que le permitió a nuestro país subir a una nueva categoría, la de desarrollo humano más alto. Allí se muestra que Colombia fue el país que registró el mayor avance después de China. Las condiciones de salud, educación e ingreso promedio de los colombianos han mejorado indudablemente. En el índice de pobreza humana, el país ocupa el puesto 34 entre 135 países y, como saben los analistas económicos, estos niveles tienden a ser más el resultado de políticas públicas permanentes que de bonanzas económicas ocasionales y momentáneas.
Colombia es hoy en día un ejemplo en la región y estamos seguros de que ésa es la realidad que ven los organismos multilaterales, que no son susceptibles de ser seducidos o hipnotizados y es también la imagen que el espejo devuelve a los colombianos cada mañana.
Carlos Rodado Noriega es el embajador de Colombia ante el Reino de España.

viernes, 9 de octubre de 2009

Diez años de política europea de seguridad


JAVIER SOLANA 09/10/2009


El año 2009 representa un hito para el papel de la Unión Europea en el mundo. Señala los 10 años de la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD), durante los que la UE ha contribuido a la seguridad en el ámbito internacional y ha influido de forma real en las vidas de la gente en todo el mundo. Al mismo tiempo, nos encontramos en el umbral de una nueva era en la que el Tratado de Lisboa entrará en vigor y proporcionará un nuevo ímpetu para nuestra acción exterior.
La Unión Europea no es una alianza militar. Nuestro objetivo no es librar guerras, sino construir la paz
Este año, la UE tiene en marcha 12 operaciones de paz, más que nunca
En 10 años, hemos desplegado 20 operaciones en tres continentes para ayudar a prevenir la violencia, restaurar la paz e impulsar la reconstrucción después de un conflicto. Desde Kabul hasta Pristina, desde Ramala hasta Kinshasha, la UE vigila fronteras, supervisa acuerdos de paz, entrena a fuerzas de policía, construye sistemas de justicia penal y protege barcos de los ataques piratas. Gracias a nuestros logros, cada vez recibimos más peticiones de ayuda en una crisis o después de una guerra. Tenemos la credibilidad, los valores y la voluntad necesarios para hacerlo.
La Unión Europea fue una adelantada en 1999. El carácter integral y polifacético de nuestra estrategia era nuevo. Y la UE sigue siendo la única organización que puede utilizar toda una panoplia de instrumentos y recursos que complementan las herramientas tradicionales de política exterior de sus Estados miembros, tanto para impedir o prevenir una crisis como para restaurar la paz y reconstruir las instituciones después de un conflicto.
Ahí se encuentra el valor añadido extraordinario de la Unión. Combinamos la ayuda humanitaria y el apoyo a la construcción institucional y el buen gobierno con la capacidad de gestión de crisis, ayuda técnica y económica y diálogo político y mediación. El enfoque conjunto civil y militar de la UE hace que seamos flexibles y capaces de ofrecer soluciones a medida a problemas complejos. Los conflictos actuales demuestran con más claridad que nunca que una solución militar no es ni la única opción ni la mejor, sobre todo durante la estabilización de una crisis; una verdad que también ha subrayado el presidente Barack Obama.
La PESD dio sus primeros pasos en los Balcanes. Cuando estallaron las guerras yugoslavas en los años noventa, tuvimos que limitarnos a contemplar cómo se quemaba nuestro vecino porque no teníamos medios para reaccionar ante la crisis. Aprendimos nuestra lección y nos organizamos, y nos dotamos de una serie de capacidades y procedimientos de toma de decisiones y de una doctrina de seguridad. En 2003 impedimos mediante nuestros esfuerzos diplomáticos un brote de hostilidades en la antigua República Yugoslava de Macedonia y después desplegamos la Operación Concordia. En 2004, la Ope
-ración Althea tomó el relevo de las fuerzas de paz de la OTAN en Bosnia y Herzegovina. Hoy seguimos teniendo una enorme presencia en los Balcanes, luchando contra el crimen organizado y construyendo las instituciones legales y de mantenimiento del orden. Por ejemplo, EULEX Kosovo es la mayor misión de la UE hasta la fecha, con unos 2.000 miembros que trabajan con la policía y el sistema judicial y en equipos móviles de aduanas.
Las actividades de gestión de crisis y construcción de paz de la UE no se limitan a los países vecinos. Hemos tenido intervenciones importantes en África, por ejemplo, cuando hemos contribuido a proporcionar un ambiente seguro para las elecciones en la República Democrática del Congo y a proteger a los refugiados y los cooperantes de las consecuencias de la crisis de Darfur. El año pasado organizamos EUNAVFOR, nuestra primera operación naval, para luchar contra la piratería en las aguas de Somalia.
¿Quién podía imaginar hace 10 años que la Unión Europea dirigiría un día una fuerza de 13 fragatas en el océano Índico que iba a reducir el éxito de los ataques piratas a la mitad?
Este año, la Unión tiene 12 operaciones en marcha al mismo tiempo, más que nunca. Desde 2003, se ha desplegado a unos 70.000 hombres y mujeres en 23 operaciones de gestión de crisis. Proceden de Estados miembros de la UE y de países que no son miembros pero participan también en nuestras operaciones, como Noruega, Suiza, Ucrania, Turquía y Estados Unidos. De estas 23 misiones, seis han sido militares y las otras 17 civiles. Desplegamos personal del Ejército o la Marina cuando es necesario, pero nuestro objetivo no es librar guerras, sino construir la paz.
La Unión Europea no es una alianza militar. La solución a cualquier crisis, emergencia o conflicto debe ser siempre política, y nuestras acciones de PESD están siempre firmemente enraizadas en estrategias políticas elaboradas mediante consenso.
Nuestras misiones de PESD nos han llevado a lugares tan lejanos como Aceh, Indonesia, donde vigilamos el acuerdo de paz firmado tras el tsunami de 2004, después de decenios de guerra civil. En estrecha colaboración con la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), hicimos de intermediarios entre los rebeldes y el gobierno y supervisamos la entrega de las armas.
A medida que adquirimos experiencia y conocimientos, organizamos operaciones cada vez más ambiciosas. Nuestro éxito con la Operación Artemis, en la República Democrática del Congo, donde la UE intervino en 2003 después de choques violentos y una crisis humanitaria en Bunia, nos ayudó a preparar las operaciones EUFOR en Chad y la República Centroafricana y EUNAVFOR en Somalia, a la que Suráfrica ha mostrado interés en incorporarse.
El año pasado, demostramos con qué rapidez podíamos movilizarnos cuando desplegamos una misión de observación al Cáucaso en menos de tres semanas para ayudar a apaciguar la crisis entre Rusia y Georgia, tras el acuerdo de paz logrado con la mediación de la UE. Como miembro del Cuarteto Internacional, la UE está profundamente involucrada, desde el punto de vista diplomático, en el Proceso de Paz de Oriente Próximo, y, en el momento en que se alcance un acuerdo entre israelíes y palestinos, estaremos listos para ayudar a llevarlo a la práctica sobre el terreno. Ya contamos con una misión en Cisjordania para ayudar a crear la policía civil y el sistema de justicia penal en Palestina. Y en Somalia, estamos pensando en tomar medidas para reformar el sector de la seguridad como complemento a EUNAVFOR Somalia y la ayuda humanitaria y el apoyo político que ya proporcionamos.
Para responder a las peticiones de ayuda, cada vez más numerosas, con el fin de abordar los retos de seguridad regionales y mundiales, la Unión Europea debe mejorar todavía más la eficacia y coherencia de su acción exterior. En la actualidad existe una gran distancia entre nuestras ambiciones y nuestros recursos, y debemos acortarla. Son necesarias prioridades más claras y decisiones presupuestarias sensatas.

Y debemos reforzar nuestra capacidad civil y militar y aumentar sus fondos para poder respaldar nuestras decisiones políticas.
Debemos desarrollar aún más la estrategia conjunta civil y militar de la UE, que es única, con el fin de poder ser más flexibles. También debemos fortalecer nuestra capacidad de desplegar fuerzas de reacción rápida. En la segunda década de la PESD, el Tratado de Lisboa pondrá todo esto a disposición de la UE.
Javier Solana es Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) © Project Syndicate, 2009. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

martes, 6 de octubre de 2009

Ha llegado la hora de hacer frente a Chávez



Jorge G. Castañeda
29 de sepetiembre.


CIUDAD DE MÉXICO – A principios de septiembre, las mayores empresas de Colombia asombraron a todo el mundo con su apoyo incondicional al Presidente del país, Álvaro Uribe, en su conflicto cada vez más profundo con Venezuela. Si perdían el enorme mercado de exportación contiguo... pues sería mala suerte, simplemente.

Por primera vez, los exportadores colombianos de casi todo lo que Venezuela compra, desde papel higiénico hasta gasolina, fruta y hortalizas, leche y carne, dieron luz verde a su Presidente para que hiciera frente al Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en lugar de seguir ofreciendo la otra mejilla, como habían estado presionándolo para que lo hiciera en los ocho años transcurridos desde que Uribe ocupó su cargo por primera vez.

Venezuela había pasado a ser una magnífica oportunidad comercial para los exportadores colombianos, pues ya no produce prácticamente nada (exceptuado el petróleo), tiene un tipo de cambio oficial enormemente subvencionado y cuenta con enormes sumas de petrodólares con los que puede comprar todo lo imaginable. Mientras las autoridades de Colombia se
veían obligadas a afrontar los frecuentes insultos de Chávez, sus intervenciones en los asuntos internos de Colombia, sus compras de armas en gran escala y sus rabietas diplomáticas, la comunidad comercial obtenía beneficios y presionaba al Gobierno para que llegara a avenencias. Hasta ahora, eso es lo que había hecho el Gobierno.

La vacilación de la comunidad comercial de Colombia ante la necesidad de hacer frente a Chávez podría resultar ser el último obstáculo que quedara y que Uribe, los Estados Unidos y unas cuantas democracias latinoamericanas hubieran de eliminar antes de hacer frente a Chávez. Hace mucho que deberían haberlo hecho

El teniente coronel venezolano ha brindado repetidas veces refugio, armas, apoyo diplomático y financiación a las
guerrillas de las FARC que luchan para derribar al Gobierno de Colombia. Se ha lanzado a hacer compras inmensas de armas a Rusia, Ucrania y Belarús, las más recientes de ellas de tanques, aviones de combate y un submarino. Ha adoptado medidas cada vez más contundentes contra los disidentes, la oposición y las libertades fundamentales de Venezuela,
además de expropiar empresas sin la correspondiente compensación.

Al apoyar sistemáticamente a sus aliados en otros países latinoamericanos, desde Bolivia y la Argentina hasta Honduras y El Salvador, además del Perú, Nicaragua, Ecuador y la oposición de México, Chávez ha polarizado todo el continente latinoamericano del mismo modo que su propia sociedad. Además, ha implicado a Venezuela en conflictos mundiales casi en los antípodas, al aliarse con el régimen iraní y volverse uno de sus bastiones.

Ante todo ello, nadie ha intentado aún parar a Chávez. Más aún: el propio Uribe parece sentir la tentación de seguir buscando avenencias. Además de proteger los intereses comerciales colombianos, intenta enmendar la constitución de su país para poder presentarse a las elecciones por tercera vez: lo mismo exactamente que ha hecho Chávez en Venezuela y lo que todos sus aliados en Bolivia, Ecuador, la Argentina (indirectamente) y Nicaragua han intentado conseguir.

Uribe podría aún echarse atrás, si bien se está quedando con muy pocas posibilidades de rehusar la reelección después de todo lo que sus partidarios han hecho para permitirla, pero también podría estar buscando un acuerdo con los EE.UU. que podría propiciar al final la decisión de contener a Chávez. La mayoría de los colombianos desearían que el inmensamente popular Uribe permaneciera en su cargo durante cuatro años más, pero muchos en el extranjero no, ya sea
porque su segunda reelección socavaría los argumentos contra otros decididos a perpetuarse en el poder o porque
complicaría sus relaciones con Colombia.

El Presidente de los EE.UU., Barack Obama, forma parte de esas dos categorías. No puede criticar la presidencia eterna de Chávez sin dañar a Uribe y, si los críticos estadounidenses retratan a Uribe como un perpetuo violador de los derechos humanos decidido a permanecer en el poder indefinidamente, a Obama le resultará casi imposible conseguir la renovación en el Congreso del Plan Colombia, el programa de contrainsurgencia y lucha contra las drogas lanzado por Bill Clinton en 1999, por no hablar de la ratificación del acuerdo de libre comercio de Colombia con los EE.UU.

A Uribe no le resultaría fácil resistirse a una petición directa por parte de Obama para que se retirara después de dos mandatos. Por esa razón, podría haber una base para un acuerdo: Uribe se ofrece a no volver a presentarse como candidato, si Obama empieza a hacer frente a Chávez como debe hacerse: diplomática, política, ideológicamente y en el tribunal de la opinión mundial y del derecho internacional. Sólo con un respaldo activo de los EE.UU. puede Colombia hacer valer su posición en la Organización de Estados Americanos (donde actualmente perdería), las Naciones Unidas (donde podría ganar) y ante los amigos y aliados de Europa y Asia (donde sin duda tendría todas las de ganar).
La acusación contra Chávez es sólida, si se presenta adecuadamente: como una serie de de repetidas violaciones de compromisos y pactos internos, regionales e internacionales firmados y ratificados por Venezuela.. Ya consistan sus violaciones en cerrar cadenas de televisión, encarcelar y exiliar a oponentes, armar a guerrillas en países vecinos, provocar una carrera de armamentos en la región o coquetear con el programa de enriquecimiento nuclear del Irán, se puede demostrarlas y denunciarlas.

Si Colombia y Obama actúan de ese modo, sus aliados potenciales en el resto del hemisferio podrían perder su temor a quedarse solos e indefensos. Países como México, el Perú, Chile tras sus elecciones de diciembre, Costa Rica y la República Dominicana están, todos ellos, preocupados porque, si hacen frente a Chávez, no sólo perderán, en algunos casos, sus dádivas, sino que, además, provocarán su intromisión en la política interna de su país, pero, si Obama demuestra que se toma en serio esa cuestión y se propone aplicar una política de contención, esas naciones probablemente responderían favorablemente.

Dejar que la situación derive hacia una mayor confrontación no es una política sostenible para Colombia, los EE.UU. o el resto de América Latina. Semejante rumbo permitiría a Venezuela elegir el próximo conflicto, con lo que se aplazaría una confrontación hasta que el deterioro de las circunstancias vuelva inevitable y más peligroso el conflicto. Ha llegado el momento de que Obama emule a la comunidad comercial de Colombia y deje de ofrecer la otra mejilla.
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Jorge G. Castañeda, ex ministro de Relaciones Exteriores de México (2000-2003), es profesor distinguido mundial de Ciencia Política y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Nueva York.
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September 29, 2009


Enviado por Emilio Nouel


It's Time to Confront Hugo Chavez

By Jorge Castaneda
In early September, Colombia's biggest businesses surprised everyone by declaring their wholehearted support for the country's president, Alvaro Uribe, in his deepening conflict with Venezuela. If they lost the huge export market next door, well, that would simply be too bad.For the first time, Colombian exporters of just about everything Venezuela buys, from toilet paper to gasoline, fruit and vegetables, and milk and meat, gave their president the green light to confront Venezuelan President Hugo Chávez, instead of continuing to turn the other cheek, as they had been pressing him to do in the eight years since Uribe took office.Venezuela had become a magnificent business opportunity for Colombian exporters. It produces next to nothing anymore (except oil), has a highly subsidised official exchange rate, and wields huge sums of petrodollars with which it can buy up everything in sight. While Colombia's authorities were forced to deal with Chávez's frequent insults, interventions in Colombia's internal affairs, massive arms purchases, and diplomatic tantrums, the business community profited and pressured the government to compromise. Until now, that is what the government did. The hesitation of Colombia's business community to confront Chávez may prove to have been the last remaining hurdle for Uribe, the United States, and ahandful of Latin American democracies to clear before they could face up to Chávez. It is past time that they did.The Venezuelan lieutenant colonel has repeatedly provided sanctuary, arms, diplomatic support, and financing to the FARC guerrillas fighting to overthrow the Colombian government. He has engaged in immense arms purchases from Russia, Ukraine and Belarus, most recently including tanks, fighter planes, and a submarine. He has increasingly clamped down on dissent, the opposition, and basic freedoms in Venezuela, as well as expropriating business concerns without compensation.By systematically supporting his allies in other Latin America countries, from Bolivia and Argentina to Honduras and El Salvador, and including Peru, Nicaragua, Ecuador, and Mexico's opposition, Chávez has polarised the entire Latin American continent in the same way that he has his own society. Moreover, he has implicated Venezuela in global conflicts half a world away, by allying himself with the Iranian regime and becoming one of its bulwarks.In the face of all this, no one has yet attempted to stop Chávez. What's more, Uribe himself seems tempted to continue to search for compromises. Aside from protecting Colombian business interests, he seeks to amend his Colombia's constitution so that he can run for a third term in office - exactly what Chávez has done in Venezuela, and what his allies in Bolivia, Ecuador, Argentina (indirectly), and Nicaragua have all sought.Uribe may still back down, though he is leaving himself precious little wiggle room to decline reelection after all that his supporters have done to allow it. But he could also be searching for an accommodation with the US that might finally lead to containing Chávez.Most Colombians would like the immensely popular Uribe to stay in office for another four years. But many abroad would not, either because his second reelection would undercut arguments against others intent on perpetuating themselves in power, or because it would complicate their relations with Colombia.US President Barack Obama finds himself in both of these categories. He cannot criticise Chávez's eternal presidency without hitting Uribe; and it will prove almost impossible for Obama to win congressional renewal of Plan Colombia, the drug-enforcement and counter-insurgency programme launched by Bill Clinton in 1999, let alone ratification of Colombia's free-trade agreement with the US, if Uribe can be portrayed by American critics as a perpetual violator of human rights intent on remaining in power indefinitely.It would not be easy for Uribe to resist a direct appeal from Obama to step down after two terms. For that reason, there might be a basis for a deal: Uribe offers not to run again if Obama begins to confront Chávez the way he should be opposed: diplomatically, politically, ideologically, and in the court of world opinion and international law. Only with active US backing can Colombia take its case to the Organisation of American States (where it would currently lose), to the United Nations (where it might win), and to friends and allies in Europe and Asia (where it would undoubtedly have the upper hand).The case against Chávez is solid if it is properly presented - as a series of repeated violations of domestic, regional, and international commitments and covenants signed and ratified by Venezuela. Whether these violations involve shutting down TV stations, imprisoning and exiling opponents, arming guerrillas in neighbouring countries, provoking an arms race in the region, or flirting with Iran's nuclear enrichment programme, they all can be proved and denounced.If Colombia and Obama proceed in this fashion, their potential allies in the rest of the hemisphere might lose their fears about being left hanging out to dry. Countries like Mexico, Peru, Chile after its December election, Costa Rica, and the Dominican Republic all worry that if they confront Chávez, they will not only, in certain cases, lose his largesse, but also provoke him into meddling in their domestic politics. But if Obama shows that he takes the issue seriously and intends to pursue a policy of containment, these nations would probably respond favourably.Letting matters drift towards greater confrontation is not a sustainable policy for Colombia, the US, or the rest of Latin America. Such a course would allow Venezuela to choose the next conflict, postponing a showdown until deteriorating circumstances make conflict both inevitable and more dangerous. It is now time for Obama to emulate Colombia's business community and stop turning the other cheek.
The writer, former foreign minister of Mexico (2000-2003), is a global distinguished professor of politics and Latin American Studies at New York University.
© Project Syndicate, 2009

domingo, 4 de octubre de 2009

Europa: ¿museo o laboratorio?

MOISÉS NAÍM
El futuro de Europa


Ésta no es la pregunta que aparece en los referendos en Europa. Pero es la pregunta que los europeos se están tratando de contestar.

Garantizar que la UE afronte unida sus relaciones con el mundo es indispensable
¿Serán su cultura y sus tradiciones las principales fuerzas que impulsarán a Europa? ¿O lo será más bien su capacidad para inventar nuevas formas de gobernarse, integrarse entre sí y relacionarse con el resto del mundo? ¿Dependerá la Europa del futuro más de sus museos, orquestas y restaurantes o de sus fábricas, laboratorios y universidades? Ésta es por supuesto una caricatura de los dilemas y posibilidades de Europa.
Europa siempre será una potencia cultural y también seguirá teniendo fortalezas científicas, industriales y militares. Pero como toda caricatura, la visión de una Europa museo en contraste con una Europa laboratorio sintetiza dos futuros muy diferentes. La Europa laboratorio no se refiere principalmente a sus capacidades científicas sino a su capacidad para experimentar con nuevas formas de gobierno; con nuevas instituciones, políticas públicas y reglas de conducta.
Sobre esto acaban de votar los irlandeses. La primera vez que se les preguntó - el año pasado- dijeron que no. Ahora dijeron que sí. ¿Pero a que dieron el sí? A que Europa tenga un líder a tiempo completo, en vez de depender, como hasta ahora, de una presidencia que se rota cada seis meses entre los jefes de Estado de los 27 países miembros. El nuevo presidente durara dos años y medio en el cargo y podrá ser reelecto una vez más. Felipe González y Tony Blair son fuertes candidatos a ser los primeros en ocupar este cargo.
También votaron a favor de tener un sistema más justo de votaciones para la toma de decisiones colectivas, para que cada país miembro tenga un representante en la Comisión Europea, para mejorar el funcionamiento del Parlamento Europeo, para que haya un represéntate de Europa ante el resto del mundo con un mandato más claro y con mayor autoridad y varios otros cambios por el estilo, todos los cuales le darán algo más de eficiencia y transparencia al funcionamiento de la Unión Europea. Muchos de estos son cambios burocráticos aburridos, complicados de entender -y de explicar-. Por eso es que los opositores irlandeses prefirieron basar su campaña para el referéndum en enfatizar que de votar a favor se estaría apoyando la rebaja del salario mínimo, la legalización del aborto y el envío de militares irlandeses a Afganistán entre otras maldiciones escondidas en el Tratado de Lisboa, el acuerdo que contiene las reformas propuestas. Los votantes no les creyeron y apoyaron abrumadoramente al sí.
Este voto tiene menos que ver con el entusiasmo por los cambios institucionales propuestos que con la convicción que a Irlanda le va mejor cuando se alinea con Europa y que a Europa le va mejor cuando se integra más intensa y eficientemente.
Pero el referéndum irlandés no culmina el proceso de adopción del Tratado de Lisboa, ya que aún falta que Polonia lo ratifique y que las tácticas dilatorias del presidente de la República Checa, Václav Klaus, no prosperen. Pero de ser aprobado, Europa tendría un nuevo diseño institucional en 2010. Estas innovaciones no son el equivalente político al descubrimiento de la cura contra el cáncer ni la formula mágica que resolverá los graves problemas estructurales que tiene que enfrentar Europa. Pero será un paso positivo para enfrentar mejor lo que le viene a los europeos. Y lo que les viene no tiene precedentes.
Según las estimaciones del historiador y premio Nobel de Economía Robert Fogel en el año 2000, en Europa vivía el 6% de la población mundial y su economía abarcaba el 20% del total mundial. En China e India vivía el 38% de los habitantes y sus economías representaban el 16% del total. Fogel estima que para el 2040, Europa albergará sólo el 4% de la población mundial y su economía será un minúsculo 5% del total. En cambio, China e India llegarán a tener al 34% de la humanidad y sus economías se habrán expandido hasta alcanzar el 52% de la actividad económica mundial.
Desde esta perspectiva, el garantizar que Europa enfrente de manera unida, eficaz e innovadora sus relaciones con el resto del mundo es un requisito indispensable. Y el menor de sus problemas.
mnaim@elpais.es

Irlanda da un vuelco a favor de Europa

Castillo con fantasma

PIEDRA DE TOQUE.
Mi interés por Roger Casement, que denunció la explotación de los indígenas de África y la Amazonía, me ha llevado a Irlanda del Norte. Allí la política va reemplazando a la vieja guerra cainita
MARIO VARGAS LLOSA
04/10/2009


El castillo de Galgorm, en Ballymena, en el condado de Antrim (Irlanda del Norte) fue construido en la primera mitad del siglo XVII por el doctor Alexander Colville, un doctor no en medicina sino en "divinidades", es decir teología, a quien, como se hizo rico de la noche a la mañana, sus contemporáneos sospechaban de haber hecho pacto con el diablo y practicar las artes mágicas. Un retrato suyo orna todavía la entrada del castillo y el actual dueño del lugar, Christopher Brooke, dice que nadie se ha atrevido a sacarlo de allí porque, según una enraizada creencia, quien ose hacerlo morirá en el acto.
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Esta tierra de, 'glens', poetas y contadores de cuentos ha sido una de las más violentas de Europa
Casi toda la gente con la que hablé es optimista y piensa el futuro reforzará el proceso de paz
Visto desde el prado arbolado que lo rodea, el castillo, de forma cúbica y de robustas piedras negras, torreones, grandes ventanales, chimeneas, escudos y su fachada catedralicia, es imponente.
Por adentro es una ruina que se cae a pedazos y Christopher y su familia, refugiados en unas pocas habitaciones de la primera planta, tienen la esperanza de que en uno de esos desmoronamientos cotidianos uno de los espesos muros comience a vomitar las talegas de oro que, se dice en Ballymena, enterró en ellos el diabólico reverendo Colville antes de morir. Así reunirán el capital necesario para convertir al castillo de Galgorm en una lujosa residencia de 14 apartamentos restaurados en su viejo esplendor.
Ya lo han hecho, con buen gusto y rigor histórico, con los patios y dependencias exteriores y el resultado no puede ser mejor.
Como todo castillo irlandés que se respete, el de Galgorm también tiene su fantasma. No es el espectro de Colville sino el de una muchacha de su tiempo a la que la BBC, cuando hace algunos años hizo un documental sobre el castillo, trató de filmar. A fin de lograrlo importó a una célebre médium griega quien, para mala suerte de la televisión británica, sólo logró hacer contacto con la fantasma cuando las cámaras estaban ya apagadas y los camarógrafos dormidos. Pero, según Christopher, la muchacha espectral no es nada huraña y se aparece con frecuencia a los muchos médiums, espiritistas, diabolistas y fantasmistas que peregrinan hasta aquí para convocarla y platicar con ella de cosas del más allá. Sin ir más lejos, se le apareció una mañana a su propia esposa, al despertar, y celebraron ambas una conversación entretenida.
El castillo de Galgorm está en manos de la familia de Christopher, los Young, desde mediados del siglo XIX, y uno de los antepasados más ilustres del actual propietario es Rose Maud Young, quien, pese a pertenecer a una familia sólidamente unionista -protestante y pro británica- formó parte de un puñado de damas de Antrim que participaron de manera muy activa, a finales del XIX, en el renacimiento de la lengua y la cultura gaélicas, empeño que fue acercándolas al adversario tradicional, el nacionalismo irlandés. Rose Young, además de escribir un minucioso diario, publicó tres volúmenes de poemas, leyendas y canciones en gaélico que se habían conservado por tradición oral y que ella misma fue recopilando por las viejas aldeas de pescadores y campesinos de Antrim. Además de bella, culta y liberal, Rose Maud Young -en cuyas tertulias convivían presbiterianos, anglicanos y católicos- fue amiga y protectora de Roger Casement (1864-1916), el fascinante personaje cuyas huellas trato de seguir por estas tierras de Irlanda.
De adolescente, a fines del siglo XIX, Casement estudió tres años en el colegio de Ballymena y pasó muchos fines de semana en Galgorm Castle, según quedó registrado en los diarios escrupulosos de Rose Maud Young. Aquí leyó tal vez esas memorias de los grandes exploradores ingleses, como Livingstone y Stanley, que le abrieron el apetito por los viajes y el África. Aunque había nacido en Sandycove, Dublín (muy cerca de la Martello Tower donde comienza el Ulises de Joyce) su familia era de aquí y en Antrim pasó gran parte de su infancia y adolescencia y en su edad adulta a esta tierra volvía cada vez que podía a curar su nostalgia y a sosegar su espíritu de los grandes tumultos que lo asaltaron a lo largo de una vida intensa, aventurera y arriesgada como la de un paladín de novela épica.
Gran parte de su trayectoria estuvo consagrada a denunciar la explotación y el maltrato de las comunidades indígenas del África y la Amazonía, y, asimismo, sobre todo en sus años finales, a luchar por la independencia de Irlanda.
Cuando, la víspera de su ejecución, el pulcro verdugo de la prisión londinense de Pentonville, Mr. John Ellis (en sus ratos libres era también peluquero) procedía a la macabra ceremonia de pesarlo y medirlo para que la soga con que iba a ahorcarlo tuviera la consistencia y la altura debidas, Roger Casement pidió que sus restos fueran sepultados no lejos de aquí, en la bahía de Murlough, a la que en sus cartas se refería como "la bahía del paraíso".
Las autoridades británicas no le dieron gusto: lo enterraron en la misma prisión donde lo ahorcaron (por traidor, pues había conspirado con los alemanes durante la Primera Guerra Mundial para contrabandear armas destinadas a los revolucionarios irlandeses que se alzaron en la Semana Santa de 1916), en una tumba sin nombre y junto a un célebre destripador de mujeres, el Dr. Crippin, ajusticiado unos años antes. Sólo en 1965 fueron entregados sus restos a Irlanda y ahora reposan en el cementerio dublinés de Glasnevin, bajo una sobria lápida en gaélico (idioma que él, pese a sus esfuerzos, nunca aprendió) que dice, sobriamente: "Muerto por Irlanda".
Roger Casement tenía mucha razón de querer ser enterrado en Murlough Bay, pues es el sitio más bello de Irlanda, de Europa y acaso del mundo. En él culmina uno de los más hermosos glens de Antrim, esos valles o desfiladeros que, entre montañas coloreadas por todos los matices del verde, árboles frondosos, riachuelos, cascadas, recios acantilados, bajan al encuentro de un mar encabritado que arremete contra unos farallones rocosos y esculturales. Hay bandadas de pájaros revoloteando por el cielo y, cuando los días son claros y despejados como los que me han deparado los dioses celtas, se divisa, muy cerca, la mole de la isla de Rathlin, en cuyas aldeas centenarias Rose Maud Young recogió muchas de las poesías e historias de la milenaria Eire, y hasta las costas de Escocia. El paisaje parece deshabitado de seres humanos, naturaleza en estado puro, virginal y edénica.
Es pura apariencia, desde luego. Esta tierra de castillos, glens, fantasmas, poetas y famosísimos contadores ambulantes de cuentos (los seanchaí) ha sido también una de las más violentas de Europa, donde las guerras étnicas y religiosas han enconado a las gentes y sembrado sangre, odio y resentimiento por doquier. No sólo los siglos de la ocupación británica; también los de la partición -que dejó como parte del Reino Unido los seis condados de Irlanda del Norte- han estado signados por matanzas y atentados inicuos.
Algún rastro de todo ello queda en las alturas de la bahía de Murlough donde, hace algunos años, el Sinn Féin erigió un monumento en homenaje a Roger Casement. Poco después fue dinamitado por un comando terrorista del Ulster y no ha sido reconstruido desde entonces. Los pedazos esparcidos que de él sobreviven en el solitario altozano son un inquietante llamado de atención sobre la existencia de la otra cara de la medalla de este paraje de sueño.
¿Qué ocurrirá ahora en Irlanda del Norte? Después de los acuerdos alcanzados durante el Gobierno de Tony Blair entre unionistas y republicanos ¿habrá por fin paz en estos seis condados y podrán los fantasmas y los vivos de Antrim dormir tranquilos y fraternizar? Quien recorre la pujante Belfast y sus noches agitadas, la próspera campiña que la cerca, y las ciudades y lugares del interior que parecen haber encontrado el secreto milagroso de hacer coexistir la tradición y la modernidad en absoluta armonía, no tiene ni remotamente la impresión de que podría haber una marcha atrás y que los grupúsculos de extremistas intransigentes que todavía ponen bombas y asesinan, conseguirán su empeño de destruir la paz y volver al enfrentamiento de antaño. Casi toda la gente con la que conversé es más bien optimista y piensa que el futuro reforzará el proceso iniciado con el desarme de los dos bandos y que la política reemplazará a la guerra cainita de manera definitiva.
Uno de esos optimistas es Christopher Brooke, el amable castellano de Galgorm. Está convencido de que la coexistencia que se ha puesto en marcha gracias a los acuerdos entre los ancestrales adversarios, la inmersión en Europa, la mecánica de la globalización y las exigencias económicas irán fortaleciendo la integración y la paz. Que Cuchulain y demás dioses del panteón de Eire lo oigan y hagan realidad ese justo designio.
Nos despedimos al pie del retrato del tenebroso doctor Colville. Tiene una mirada beatífica y ligeramente burlona. Sus ojitos fruncidos y claros parecen apenados de vernos partir. Porque en este país hasta los teólogos pactatarios y los fantasmas practican con denuedo el vicio de la hospitalidad.
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2009. © Mario Vargas Llosa, 2009.

viernes, 2 de octubre de 2009

Rosales desde El Pêrú


-RS-Medios- El ex Gobernador del Estado Zulia, Manuel Rosales, habló hoy vía satélite desde Lima, Perú, para negar la acusación de su presunta participación en reuniones de estrategia para asesinar a Hugo Chávez.

Esta acusación fue formulada por un adversario político de larga data, Mario Isea, diputado (por Zulia) del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).“Esta acusación forma parte de un plan diabólico contra quienes defienden la democracia y contra los paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes”, recalcó.

Con pasaporte demostró que para las fechas -cuando supuestamente se realizaron las reuniones- él se encontraba en Curazao. Apuntó que ya van 55 denuncias con respecto a planes de magnicidio pero “todavía no hay ninguna prueba”.Denunció que el diputado Mario Isea y el ex alcalde de Maracaibo Gian Carlo Di Martino dieron armas, alimentos y dinero a la guerrilla colombiana.
Dijo que “en vehículos del diario Panorama se había transportado armas, dineros y suministros para guerrilleros colombianos”. Calificó al propietario del diario Panorama Esteban Pineda, en varias oportunidades, de “narco-pimentón”.
RNV Esteban Pineda Belloso con Hugo Chávez
Recordó una denuncia anterior del mismo tenor, motorizada por Di Martino, exalcalde Maracaibo- , fue desmentida al descubrirse que el señalamiento se basó en un supuesto expediente de la Fiscalía colombiana que fue forjado y adulterado por los acusadores.
Aporrea Gian Carlo Di Martino
No ha habido sanción alguna contra Di Martino por la falsedad de sus afirmaciones.
Mencionó que en la maniobra también está involucrado el ahora ministro de Finanzas Alí Rodríguez Araque (alias Comandante Fausto en la década de los ´70).
A lo largo de su exposición sugirió que el conflicto político que le afecta obedece a la combinación de intereses crematísticos de Pineda, Di Martino, Isea y Rodríguez Araque en contubernio con los narco-guerrilleros colombianos que buscan una zona de descanso en el Zulia, limítrofe con Colombia. Mencionó un área de 40 mil hectáreas que se habrían previsto para ello.Insistió que pretenden “aplastarlo políticamente” con mentiras y falsedades “al parecer no ha bastado con usar todos los poderes del Estado para intentar que salga del juego”.El dirigente del partido Un Nuevo Tiempo (UNT) se encuentra asilado en Perú desde el pasado mes de abril, tras ser acusado por presunta malversación de fondos durante su gestión como gobernador del estado Zulia. con material de La Verdad laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=20995
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