lunes, 28 de septiembre de 2009

Obama y sus opositores

TRIBUNA: CARLOS FUENTES
CARLOS FUENTES 28/09/2009


Racismo", denunció el ex-presidente Jimmy Carter. "Mentiroso", le gritó desde su curul el diputado Joe Wilson, republicano de Carolina del Sur, al presidente Barack Obama mientras éste pronunciaba su discurso ante el Congreso el pasado 10 de septiembre.

Los conservadores de EE UU ya insultaron a Franklin Roosevelt con gran belicosidad
Le acusan de "comunista" y de "querer asesinar a las abuelitas"
Nada de eso, le explicó Obama al noticiario de la CNN. Se trata, una vez más, de la viejísima disputa norteamericana sobre el papel del Estado. Obama no empleó los términos, discutibles, de "populismo" contra "elitismo". Sin embargo, muchos ciudadanos plantean el conflicto como una oposición "popular" al papel excesivo del Estado.
La disputa no es nueva. Es uno de los debates más antiguos de Estados Unidos, desde que, en el primer Gobierno independiente, el de George Washington, dos tendencias opuestas se manifestaron. Una, la del secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, favorable al federalismo, la industria y la ciudad. Otra, la del secretario de Estado y futuro presidente Thomas Jefferson, por un gobierno limitado y el predominio político de un país rural, dispuesto, según el propio Jefferson, a expandirse al Oeste -el Pacífico- y al Sur -el Caribe-.
Esta oposición se ha venido repitiendo a lo largo de la historia norteamericana, con temperaturas dependientes del momento económico y político. El presidente Andrew Jackson (1829-1837) consagró la fórmula jeffersoniana, descentralizando a la banca. La pugna acerca del esclavismo provocó en 1856 que el senador Preston Brooks, de Carolina del Sur, atacara a bastonazos al senador Charles Summer de Massachusetts, favorable éste a que Kansas no fuese Estado esclavista, furibundamente ansioso, aquél, de incorporar el nuevo Estado a la confederación racista.
El presidente Franklin Roosevelt debió enfrentarse, como Obama, a una crisis económica que requería medidas drásticas de salvación. El Nuevo Trato de Roosevelt, es cierto, fue por necesidad más drástico que las medidas de Obama. Provocó una oposición escandalosa en el Congreso, en los medios, en la adjetivación belicosa de Roosevelt como "comunista", "socialista" y "judío" (!). Hoy, las manifestaciones contra la legislación de Obama en materia de seguridad médica y social, industria automotriz y energía usan epítetos similares: Obama sería, a la vez, "comunista" y "fascista" (!!).
Como no es ni lo uno ni lo otro, el presidente de Estados Unidos se presenta sereno pero enérgico ante el Congreso. Se expone a la ruptura del protocolo por el diputado Wilson, un ser prediluviano que quisiera que la bandera de la Confederación rebelde ondease en el Capitolio de Carolina del Sur (en serio). Recuerdo, a propósito, una visi-
ta a una ciudad sureña hace pocos años en la que la guía que nos proporcionaron se refería al Norte como "el enemigo extranjero".
El diputado Wilson representa estos viejos resentimientos. El presidente Roosevelt también debió soportarlos, sobre todo en las personas de dos demagogos. Uno, Huey Long, convirtió a Luisiana en un feudo personal y abanderó a "el pueblo" contra la Federación y los "millonarios". El otro, el padre Charles Coughlin, formó el Partido de la Unión para oponerse a Roosevelt con ideología antisemita y profascista.
Obama aún no se enfrenta a opositores tan notables. Las acusaciones contra sus reformas al sistema de seguridad rayan en ocasiones en el ridículo ("Obama quiere asesinar a nuestras abuelitas"). Los opositores de Obama son poco relevantes: Sarah Palin, el locutor de televisión Rush Limbaugh. Sin embargo, ya se manifiestan factores tan excesivos como la censura de noticias en la cadena Fox y la marcha en Washington, basada en la ignorancia aunque también en la tradición que aquí he descrito.
En su comparecencia ante el Congreso, el presidente Obama, con tono enérgico, aclaró de una vez por todas que las reformas, en materia de salud, no excluyen a nadie e incluyen a todos. Los que ya tienen seguro, lo conservan. O sea, la reforma propuesta beneficia no sólo a los que carecen de seguridad, sino que le impide a las corporaciones privadas dar o quitar seguros basadas en la salud del enfermo. (Un enfermo, por ejemplo, de cáncer, no puede obtener seguro por el hecho de estar enfermo; la seguridad privada recluta y privilegia a los jóvenes y margina a los ancianos).
La legislación propuesta por Obama no hace otra cosa que poner a Estados Unidos a la altura de la Europa Occidental y de varias naciones de la América Latina, ninguna de las cuales es "fascista" o "comunista" (salvo Cuba). Que sectores importantes de la población norteamericana rechacen esta normalidad moderna, no se debe, en efecto, a que ella misma sea "fascista", sino a una tradición que desconfía del Estado, cree en los poderes locales y olvida un par de cosas. La primera es que fueron los legisladores republicanos quienes le dieron al presidente Bush un trillón y medio de dólares en exención de impuestos en el año 2001, a medida que aumentaron los gastos bélicos en el Oriente Próximo e Irak, contribuyendo, así, a la crisis financiera que debió heredar Obama. Que éste pida 900.000 millones para la salud, hoy, debe compararse a la pérdida de un trillón y medio, ayer, para liberar de impuestos a los más pudientes. ¡Valerosos legisladores republicanos!
La segunda es que Obama sólo pretende modernizar a Estados Unidos. Modernización fiscal, sanitaria, energética, educativa. Está haciendo todo lo que ya se hizo en las naciones europeas, sin que nadie piense que Sarkozy o Merkel son comunistas. Si fracasa hoy, Estados Unidos lo pagará mañana. Esperemos que la política de Barack Obama, lúcida y modernizante, no sea postergada.

Nota: Si en el pasado el régimen de los ayatolás iraníes pudo presentarse como un frente unido, religioso y nacional, hoy el presidente Ahmadinejad y el supremo líder religioso Ali Jamenei se enfrentan a una situación que no entienden. Modernizada, diversificada, la sociedad iraní (sobre todo la juventud) no lucha contra el islam sino por la democracia. Quieren el respeto al voto, la libertad de expresión y el pluralismo político. No son manipulados por el Reino Unido, como pretende Ahmadinejad. Tampoco son suprimibles por la fuerza pública. A garrotazos, el Gobierno de Teherán no puede vencer al pensamiento. Sólo se daña a sí mismo y anuncia su propia desaparición.
Carlos Fuentes es escritor mexicano.

sábado, 26 de septiembre de 2009

¿Por qué la izquierda europea le baila el agua al chavismo?


José Antonio Sentís
El Imparcial, España
22 09 09

Uno de los insondables misterios de la Humanidad es entender a la moderna izquierda europea. Vive ésta cómodamente instalada en democracias liberales de origen burgués y, sin embargo, mantiene vivo el imaginario del idealismo revolucionario. Pero siempre que se aplique a otros países de otros continentes y no a los suyos, claro está.

La izquierda europea babea con Chávez y con el chavismo. Con Evo, con Correa, con Zelaya, incluso con el insignificante Ortega. No se sabe si porque representan lo que desearían ser, o por la mala conciencia de no haberlo sido, o por no poder serlo en nuestros países europeos, tan acomodados y tan cómodos de gobernar.

Porque no es sólo el interés económico lo que impulsa en la izquierda europea al apoyo de Chávez, al controlar éste la riqueza del petróleo venezolano y los negocios de él derivados. No es cierto. Hay un sustrato ideológico más profundo. Zapatero no se encuentra con Chávez por los intereses económicos de España. Es que le cae simpático. Porque es el rojo que Zapatero hubiera querido ser, y que no hay manera de ser en España desde que se dirimió la ancestral disputa ideológica en una guerra salvaje.

Y Zapatero no está sólo. La simpatía de la izquierda española, y por extensión, la continental, está con el gobernante venezolano, pese a una deriva totalitaria que se agudiza día a día, casi minuto a minuto. Y, sin embargo, si cualquiera de estos simpatizantes de Chávez a nueve mil kilómetros de distancia viviera por un mes en Caracas, se daría cuenta de que la sensación de asfixia a las libertades le haría la vida, su confortable vida bajo la democracia liberal, irrespirable.

Chávez está protagonizando un experimento de socialismo revolucionario (son sus palabras). Y, como en toda revolución socialista, sus primeras víctimas son las libertades, esencialmente la de expresión y la de participación política.

El acoso a los medios de comunicación venezolanos que discrepen de la revolución es cada día más inaguantable. Cierres de medios, persecución de la Fiscalía revolucionaria a los periodistas y propietarios, asfixia económica e incluso piquetes milicianos de represión callejera a los reporteros.

Y, simultáneamente, persecución fiscal a quienes se atreven a presentarse como opositores al chavismo: el gobernador Rosales, del Estado de Zulia, exiliado a Perú tras la persecución de la Justicia chavista, y la misma semana pasada, otros dos electos por la oposición ¡acusados de complot para un asesinato!

Pero nada de esto conmueve a la izquierda bienpensante de nuestro viejo Continente. Ni siquiera la evidencia de enriquecimiento de la nueva clase dominante, la nueva burguesía bolivariana o “boliburguesía”, impulsada descaradamente por Chávez entre su entorno personal o clientelar. Todo ello en un contexto de pobreza creciente, sólo parcialmente subvencionada por el chavismo, que genera a su vez una violencia e inseguridad ciudadana récord en el mundo.

Se puede entender, a estas alturas, que la promesa popular de Chávez a su llegada en plena crisis política y de partidos en Venezuela fuera jaleada por la izquierda. Incluso lo fue por parte de la derecha liberal. Lo que no es entendible es que la deriva populista del locuaz presidente venezolano sea aún respaldada. O que lo sea su estrategia de exportación para América de su socialismo soviético. O que lo sea su intento de alianza antiimperialista (antiestadounidense) con los países más gamberros del mundo, desde Irán hasta Bielorrusia.
Y todo ello sin contar con las formas cada vez más chabacanas de una gobernación caprichosa, que da vergüenza ajena si se toma como chiste, pero que asusta si se toma en serio el lenguaje amenazante, militarista, insultante y matón.

Tiene, pues, que hacérselo mirar la izquierda prochavista europea. No es un buen negocio admirar a quien cita con soltura a Lenin, Stalin y Mao. Especialmente si quiere, como quiere, llevar a cabo sus eximias enseñanzas que tantas alegrías, es un decir, dieron al siglo XX, junto a su contraparte del nazismo.

Postdata hondureña

El criollo ex liberal y actual chavista Zelaya intentó dar un golpe de Estado desde el Ejecutivo, al pretender un cambio constitucional para su reelección indefinida, expresamente prohibido en la Carta Magna hondureña (artículo 239). Fue depuesto por los poderes Legislativo y Judicial. A esto la izquierda lo llamó golpe de Estado, y ahora presiona para que Zelaya, regresado a Tegucigalpa, vuelva al poder, y así pueda quedárselo sine die. No parece tener esto mucha lógica democrática.

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EMILIO NOUEL V.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Honduras: la tragedia de no ser chavista


Trino Márquez

Jueves, 24 de septiembre de 2009


A Manuel Zelaya lo desalojaron de la presidencia de Honduras porque violó la Constitución en repetidas oportunidades y, si el país se lo hubiese permitido, la habría seguido violando muchas veces más. El referendo que había convocado -desconociendo el dictamen de la Corte Suprema de Justicia, el Congreso Nacional, la Fiscalía y el Tribunal Supremo Electoral- le habría servido de excusa para modificar la Carta Magna, y con el soporte financiero de Hugo Chávez, habría tratado de eternizarse en el poder, tal como lo está haciendo su mecenas y protector venezolano. En esa oportunidad, a pesar de las advertencias y de los llamados a la recapacitación por parte de las instituciones domésticas, organismos internacionales como la OEA, la ONU y la Unión Europea, se mantuvieron callados. José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, y los cancilleres de Brasil y España, hoy tan activos en la condena al gobierno de Roberto Micheletti, hicieron mutis por el foro.

No ejercieron ninguna medida de presión que impidiera que Honduras se convirtiera en un escenario de combates. A esa altura ya se sabía que Zelaya no se saldría con la suya, y que el castigo tendría consecuencias muy graves para el pequeño país centroamericano.
Es cierto que los militares se excedieron al sacar al folclórico MEL de su casa y, para más cuento, en pijama. Las normas de cortesía imponían permitirle que se vistiese con la etiqueta que corresponde a un ex presidente. Sin embargo, este exceso no justifica la saña que se ha desatado contra la modesta y digna Honduras. El tirano Pinochet recibió un trato más amable de la OEA: nunca fue expulsado.
Con Manuel Zelaya no fue posible negociar mientras estuvo en la Presidencia. No escuchó ninguno de los argumentos de los representantes de las instituciones responsables de velar por el cumplimiento de la Constitución. Ni siquiera quiso oír las voces de los miembros de su propia organización, el Partido Liberal, que incluso rompió con él porque se mantuvo inflexible en su determinación de realizar el referendo inconstitucional contra viento y marea.

¿Qué podían hacer las otras instituciones frente a un Presidente que -porque navegaba en la corriente de petrodólares que sale de PDVSA hacia los gobiernos que se alinean con Chávez- había decidido infringir la Carta Fundamental y, por esta vía, dar un golpe de Estado? Respeto a quienes piensan que había que apresarlo y juzgarlo en Honduras de acuerdo con el ordenamiento jurídico nacional. Vana ilusión. Chávez, el ALBA y la OEA habrían salido a denunciar el golpe de Estado y la ruptura del hilo constitucional, se habrían solidarizado con el “pobre” MEL y habrían exigido su restitución inmediata en el cargo.
Lo mismo que hacen ahora, pero con el agravante de que Honduras se habría convertido en un caos. Los grupos tumultuarios tarifados, los mismos que hoy protestan, se habrían multiplicado y muy probablemente Zelaya habría sido repuesto en la presidencia, la conjura contra la Constitución se habría consumado, mientras MEL, Chávez y los vividores del ALBA celebraban su victoria.

El camino escogido por los hondureños para enfrentar el caudillismo y la autocracia ha sido duro y doloroso, pero creo que no tenían otra opción: o sacaban al gamonal del MEL del poder, o este se atornillaba indefinidamente en la casa de Gobierno. La forma como lo hicieron se podrá criticar, pero no su contenido. Además, si de formas vamos a hablar, hay que tomar en cuenta que el gobierno de Micheletti ha sabido cuidarlas. El Congreso ha seguido funcionando. A los parlamentarios de todas las tendencias se les ha respetado su inmunidad. La Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía y el Tribunal Electoral continúan operando sin ningún tipo de interrupción y cohesionadas en torno al Gobierno provisional. El 29 de noviembre se mantiene como fecha para la realización de los comicios en los cuales se elegirá a un nuevo Presidente de la República y se renovará el Congreso. Se ha respetado la libertad de expresión.

No se ha cerrado ningún medio de comunicación, algo que, por ejemplo, no puede decir Hugo Chávez, pues mientras el gobierno de Micheletti ha respetado la libertad de información y comunicación, el del comandante ha clausurado 32 emisoras radiales y dos televisoras locales. La presión sobre Globovisión continúa y a RCTV internacional la mantienen acosada.

Entonces, ¿cuál de los dos es el gobierno dictatorial? A Insulza y a los presidentes del continente les preocupan los derechos políticos de Zelaya, pero no les interesa para nada los derechos políticos de los hondureños y la vía que escogieron para resolver el conflicto institucional que el propio MEL había desatado. Ya la OEA y algunos gobernantes, entre ellos el teniente coronel Chávez Frías, habían señalado que no reconocerían al Presidente que saliese electo en las elecciones de noviembre. ¿Cómo entender esta descalificación si Chávez fue uno de los primeros mandatarios en reconocer el nuevo mandato de Ahmadinejad, a pesar de las bien fundamentadas denuncias de fraude en su contra? El furtivo regreso de Zelaya a Honduras, lamentablemente apoyado pro Lula, indica cuán dramático resulta en esta parte del mundo no alinearse con Chávez y su chequera petrolera.

Sin embargo, los hondureños están dando un ejemplo de lo que significa defender la democracia frente a los autócratas y a los caciques. Salvo los esporádicos piquetes de exaltados que vociferan algunas consignas a favor de MEL frente a la embajada de Brasil, la sociedad hondureña está demostrando que la soberanía reside en el pueblo, y no en un pintoresco personaje que quiso arrogarse un poder que nadie le había ni quería concederle. Zelaya parece que tendrá que tragarse su grito de guerra: patria, restitución o muerte.

Democracia en estado crítico
Isa DoblesJueves,
24 de septiembre de 2009
¿A qué la hace daño lo de Honduras? Indiscutiblemente, a la democracia. Que ahora importa solo cuando se vota y se pone allí, estática, indiferente, y hasta cruel, sin que vuelva a ser útil para las exigencias de los pueblos que la ejercen para elegir. Después, una vez instalado el candidato en el trono del poder, la democracia deja de ser ejercida y no pasa nada.
En su nombre se cometen los más grandes desatinos y atropellos y, de nada valen, reclamos o denuncias de los ciudadanos.
La democracia es otra cosa: es corrupción y ultraje. Es absolutismo y violación a la justicia. Es amoralidad y servilismo. En su nombre se conforman sociedades de hombres y mujeres que llegan al poder en la más completa entrega a todo lo que la envilece y se complacen entre sí por intereses y vicios que ocultaron tras esas máscaras que piden prestadas a la historia para esconderse después.
La llegada de Zelaya a Honduras señala acusadoramente a esta sociedad de cómplices. Admite este hombre bochornoso que regresó “de forma pacífica y voluntaria”. A la “tercera” pareció ser la “vencida” Está en la Embajada de Brasil, el Brasil del inefable Lula jugando su papel de dos caras en la historia de su Continente.
Porque Lula sabe que lo de Honduras y el Alba oscureció este momento político, sabe bien quien es Hugo Chávez y sabe también cuánto contamina el espíritu de esta América en inconclusa búsqueda de su destino.
Zelaya llega en un avión venezolano a Salvador y el Presidente Funes, lo único que hace, es negarle el salón presidencial del aeropuerto para su reunión con el Frente Farabundo Martí, pero una comitiva especial lo fue a recibir y se le cedió el “Salón diplomático”. Eso sí, en esa hipocresía de la sociedad vs democracia, Funes admite con simpleza que a él “le gustaría saber cómo entró a Honduras”. El “bocaza” de Chávez dio más información: “Mel”, el hombre del sombrero, el llanero solitario de la historia, cruzó montañas y ríos arriesgando su vida y agrega: “fue una operación de engaño bien planificada”. En eso es un maestro, rústico pero efectivo. Y Brasil, al confirmar la presencia de Zelaya admite en su Canciller: “Hablé personalmente con Zelaya y le di la bienvenida al territorio brasileño”.
Lo que de verdad entristece porque la cancillería brasileña parecía incapaz de dejarse contaminar de este virus de corrupción y confeso engaño. Aseguró también lo que todos sabemos e importa muy poco: las embajadas no pueden ser traspasadas por fuerzas hondureñas. Aquí las traspasan en la Nunciatura si es una orden por cumplir.
Pero así como no pueden entrar, puede Zelaya salir. ¿Y cómo van a gobernar Zelaya con una Corte Suprema que lo condenó, un Congreso que lo acusó, una Fiscalía que lo denunció….?Todos saben quién es el autor intelectual(bueno, es un decir….) de esta conjura y que revolucionaria que es precisamente el cerebro que busca desarmar la democracia, debilitarla. Honduras no es una noticia más. Honduras es un llamado de auxilio. Un SOS de la Democracia.
dobisa@cantv.net

jueves, 17 de septiembre de 2009

Evo Morales: la nación partida



TRIBUNA: ANTONIO ELORZA


Los tres días de Evo Morales en Madrid han servido para poner de relieve la gran simpatía que hacia él siente un amplio sector de la izquierda española, y también para destacar los rasgos de una personalidad política donde la sinceridad se encuentra por encima del sectarismo. Sería un error que su viaje en el mismo autobús político albista que Hugo Chávez, el ecuatoriano Correa y los siniestros hermanos Humala de Perú, compartiendo con ellos un discurso antiimperalista contra EE UU, llevara a una identificación de los respectivos proyectos y personalidades.


Devolver la dignidad a los indígenas y usar los recursos según los intereses bolivianos es de justicia
No es un tópico izquierdista reconocer que a lo largo de cinco siglos las colectividades indígenas andinas sufrieron una durísima opresión por parte de los colonizadores españoles y sus sucesores criollos, cuya última consecuencia fue la secuencia de marginaciones vigente hasta ayer mismo. La lectura de la estremecedora obra de Guamán Poma de Ayala sigue siendo de rigor.

Tampoco responde a una tradición pseudohistórica la imagen de una continuidad en el espíritu de rebeldía que se tradujo en los movimientos insurreccionales de la década de 1780, y que tuvo una expresión cultural en las versiones andinas de las danzas de la conquista que recorren la América hispana. La pieza clave fue aquí posiblemente la supervivencia del ayllu, la comunidad de base campesina, de fuerte cohesión interna, eje del equilibrio y de la redistribución (desigual) en la era incaica, según nos explicara Nathan Wachtel en La visión de los vencidos, truncada pero mantenida a efectos de control y explotación por los colonizadores.
Perteneciente a la etnia aymara, Morales nació en una sección comunal del ayllu Sullka, y ese origen implicaba también continuidad de creencias, con la madre-tierra (Pachamama) como primer referente. Por encima de los cambios posteriores, con o sin un grado de reinvención, ese vínculo era un producto secular y la expresión de una identidad. Nada que ver, a pesar de las convergencias posteriores, con los montajes de otros miembros del ALBA.

El sentido comunitario que impregna el lenguaje y el proyecto político de Morales puede ser producto de una reelaboración, pero es fiel a esos antecedentes, incluso para extraer conclusiones muy adecuadas a los problemas de hoy. Ejemplo: la evocación de la Pachamama, para recordar que la defensa de la tierra puede ser más importante para la humanidad que la salvaguardia de los hombres.
¿Racismo? Lo hay sin duda como ultranacionalismo xenófobo en el discurso de los Humala en Perú. Indirectamente, a través de la propuesta de Felipe Quispe Mallku, el líder aymara que precedió, colaboró y luego fue desbordado por Morales, dirigida a alcanzar una soberanía indígena plena mediante la reconstrucción del Imperio inca (Tahuantisuyu).

En Evo Morales, y en su estrecho colaborador el ex maoísta Álvaro García Linera, la preeminencia indígena no supone la eliminación política de los blancos, sino una relación asimétrica en que la mayoría del país, compuesta por aimaras, quechuas y también guaraníes, se traduzca en una hegemonía alcanzada por procedimientos democráticos. Símbolo: su coronación en 2006 como Apumallku, máxima autoridad indígena, tras ser elegido presidente. Aunque las formas de presión en movilizaciones pasadas vulnerasen la democracia representativa.
El fondo de la cuestión, actuar contra las enormes desigualdades apreciables en Bolivia, devolver su dignidad a los indígenas secularmente subordinados y utilizar los recursos del país en función de los intereses bolivianos, y no de transnacionales, constituye no ya una exigencia del socialismo, sino de justicia democrática.
No todo es romanticismo. El poderoso movimiento indianista que supo liderar Evo Morales hubiera sido imposible sin la movilización social por unos intereses concretos, santos en la forma (la coca como hoja sagrada) y menos en el contenido (el mercado interior para pijchar coca no hubiera ofrecido tantas ganancias a los cultivadores). De ahí su antiimperialismo (antiamericanismo). La agitación cocalera que sirvió en todo caso de detonador para un viraje histórico fue la escuela de un tacticismo sindical que dio a Evo Morales ventaja sobre líderes más radicales tipo Quispe. Presión y pacto combinados son sus instrumentos, según pudo verse en el reciente enfrentamiento sobre la ley electoral.
El punto de equilibrio en el conflicto no se ha alcanzado todavía. Intereses y mentalidades se oponen, y en la nación boliviana hay una fractura. Ahí está el preámbulo a la Constitución de 2008, donde la auténtica nación es la indígena, con un lenguaje florido de fusión de hombres y tierras. Suena al subcomandante Marcos, Colonia y República encarnan el pasado opresor, el legado español.

Contrapunto: la Bolivia oriental en auge, donde radican los hidrocarburos, capital Santa Cruz, es de dominio blanco y respalda su singularidad con unos derechos históricos coloniales (1782), anteriores al nacimiento de Bolivia. Frente al indianismo de Morales, un españolismo acendrado que se refleja en la letra del himno cruceño: "La España Grandiosa, con hado benigno, aquí plantó el signo, de la redención". Bandera bicolor blanquiverde frente al estandarte insurreccional indígena, la wipala. Respaldado por la próxima victoria electoral, el lenguaje integrador exhibido por Morales en Madrid debiera impulsar la solución.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El Consejo de Derechos Humanos inicia una nueva sesión con EEUU como miembro


Ginebra, 14 sep (EFE).- El Consejo de Derechos Humanos de la ONU comenzó hoy una nueva sesión de tres semanas con la participación, por primera vez desde su creación, de Estados Unidos como uno de sus 47 miembros. Seguir leyendo el arículo
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La secretaria de Estado adjunta para asuntos de organizaciones internacionales, Esther Brimmer, intervendrá en la jornada de hoy ante el Consejo, un órgano dominado por la lucha de bloques y donde los países islámicos y los no alineados superan en fuerza a los occidentales.
"Al asumir este asiento en el Consejo, EEUU tiene intención de emplear su voz en favor de la promoción y la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales", señaló hoy la misión estadounidense ante la ONU, en un comunicado.
"También animaremos a los miembros del Consejo a que trabajen para cumplir la misión que le fue encomendada a este órgano cuando se formó: que sea el foro de Naciones Unidas creíble, equilibrado y efectivo para la ampliación y el avance de los derechos humanos", agregó la misión.
Washington, que durante todo el periodo de la Administración de George Bush boicoteó este foro, contará con su asiento en el Consejo por un periodo de tres años, como el resto de los países.
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navy Pillay, presentó al inaugurar hoy la sesión, su informe sobre la situación de estos derechos en el pasado año, con especiales referencias a la necesidad de acabar con la discriminación de todo tipo.
Pillay dijo que la discriminación afecta a todos los países y que combatirla es una de las prioridades de su mandato, así como acabar con la impunidad de los cada vez más frecuentes ataques contra civiles durante los conflictos armados.
"Ningún país del mundo puede vanagloriarse de que está libre de violaciones de los derechos humanos", señaló.
Entre los ejemplos de discriminación, citó 17 países europeos en los que se han registrado actos contra la comunidad gitana, entre ellos España, Hungría, Bulgaria, Francia o Reino Unido.
En relación al trato a los indígenas, dijo que en algunos países, entre los que citó a Bolivia, se han dado avances contra la discriminación de esta población, pero se refirió, en cambio, como preocupantes, a los recientes ataques mortales contra indígenas en Colombia.
Pillay también denunció que los derechos humanos de las mujeres siguen siendo violados en muchos países del mundo, y aunque dijo que se habían dado algunos progresos en la región del Golfo Pérsico, señaló que la situación en este terreno "sigue estando por debajo de los estándares internacionales".
Acerca del trato a los inmigrantes, lo calificó como "uno de los más graves problemas de derechos humanos en nuestro mundo actualmente", al tiempo que lamentó las muertes de numerosos clandestinos en los mares.
"Los Estados tienen la obligación de respetar y proteger los derechos humanos de todo individuo, incluidos los inmigrantes", subrayó Pillay, quien dijo que con frecuencia estos son tratados como "desechos peligrosos" en lugar de como seres humanos necesitados

domingo, 13 de septiembre de 2009

Buenas noticias



MOISÉS NAÍM


El mundo tuvo un buen verano. Claro que no fue tan bueno como para hacer desaparecer las desdichas que nos acosan. En Congo y Darfur continúan las atrocidades, la guerra en Afganistán se ha intensificado, y el desempleo en Europa y Estados Unidos es alto y está aumentando, por sólo citar unos pocos ejemplos de la larga lista de enfermedades que siguen afectando a la humanidad.

Pero, a pesar de todo esto, el verano fue bueno para el mundo. Para poner esto en contexto basta recordar los temas y expectativas que dominaban la conversación mundial hasta hace pocos meses. La crisis económica duraría años, y quizás una década, la gran recesión se transformaría en una depresión como la de los años treinta, o peor. El sistema financiero estaba herido de muerte y era sólo cuestión de meses que los bancos colapsaran. Los países más grandes y más pobres como China, India o Brasil no sólo no podían ayudar a paliar la crisis mundial, sino que se verían arrastrados por la debacle económica de EE UU y Europa.
Pero nada de esto pasó. De la misma manera que el mundo fue sorprendido por la crisis, ahora ha sido sorprendido por las noticias de la recuperación económica. Durante el verano las economías de Estados Unidos y de varios países europeos, incluyendo las de los más grandes (Alemania, Francia y Reino Unido) comenzaron a crecer de nuevo. Y en contra de todos los pronósticos, en China, India, Brasil, Polonia, Australia, Canadá y varias otras naciones, el impacto de la crisis fue mucho menor de lo esperado y su vitalidad económica contribuyó a la reactivación global. Además, un buen número de países menos desarrollados, como por ejemplo Chile, Perú, Ghana, Indonesia, o Turquía, supieron navegar por esta crisis mucho mejor que como lo habían hecho durante las crisis financieras de los años ochenta y noventa.
La economía mundial sigue muy débil y los pesimistas piensan que va a sufrir una recaída. Para millones de desempleados la recuperación es una abstracción o un chiste cruel. Esto se debe a que sabemos que las tasas de empleo suelen recuperarse más lentamente que la actividad económica. Además, en países como España el desempleo ha alcanzado niveles dramáticos.

Pero el hecho incuestionable es que este verano nos enteramos que la enfermedad es menos grave y va a durar menos de lo que nos decían a comienzos del año. También nos decían que una grave amenaza era que para proteger los puestos de trabajo en sus industrias los gobiernos caerían en la tentación de imponer barreras a las importaciones provocando así una oleada proteccionista que profundizaría aun más la crisis mundial. O que habría masivas extradiciones forzadas de inmigrantes. Nada de esto ha ocurrido de manera significativa.
Pero éstas no fueron las únicas buenas nuevas que tuvimos durante este verano. También nos llegaron buenas noticias de Irán: el régimen de los ayatolás está fracturado y es menos solido y monolítico de lo que parecía. Ni siquiera el líder supremo, Alí Jamenei, ha salido incólume de las luchas por el poder que se están dando entre las distintas facciones del régimen. La mala noticia por supuesto sigue siendo que la facción de Jamenei y Mahmud Ahmadineyad tiene la ventaja y está aprovechándola para reprimir, encarcelar y hasta torturar a sus rivales, incluyendo a algunos que hasta hace poco formaban parte de la élite gubernamental y religiosa. Pero no hay que desdeñar el hecho de que ésta es la primera vez desde su ascenso al poder en 1989 que el régimen iraní muestra tal grado de fractura interna.

Y hay que recordar que el ingrediente más potente en el proceso de resquebrajamiento y eventual caída que sufren los regímenes autoritarios es el faccionalismo y la lucha entre grupos rivales que están en la cima del poder. Quizás aún falte mucho tiempo para que el corrupto e ineficaz grupo que ahora manda en Irán sea reemplazado por otro que anteponga los intereses de todos los iraníes al enriquecimiento personal de sus líderes. Pero por lo que pudimos ver este verano quizás el fin de este terrible Gobierno esté más cerca de lo que jamás habíamos anticipado.
Y hubo más buenas noticias: el comienzo del retiro de las tropas estadounidenses de Irak, cosa que muchos decían que jamás ocurriría. O la pérdida de las elecciones del partido que gobernó Japón desde 1955, cosa que también muchos creían imposible. Claro está que el verano de 2009 no sólo nos trajo buenas noticias. Pero esa lista, la de las malas noticias, la conocemos demasiado bien y es la que se discute a diario. Lo que vale la pena rescatar es que, en términos relativos, en 2009 el mundo tuvo un buen verano. Y ésa es una gran noticia.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Lenin, Perón, Chávez


ANTONIO ELORZA 12/09/2009

La revolución rusa de 1917 tuvo un efecto sobre la izquierda socialista que más tarde había de repetirse en Irán para el islamismo: el sueño se convirtió en realidad tangible. Pese a las dificultades experimentadas, ambos regímenes acabaron consolidándose y sirviendo de ejemplo y de aliciente a quienes compartían su modo de pensar.

Para los comunistas de todos los países, la simple existencia de la patria del socialismo constituyó un factor decisivo de movilización y tal expectativa se multiplicó a partir de 1945, en una siembra de paraísos imaginarios, de la China de Mao a la Cuba de Fidel Castro.
Paralelamente, en un marco de libertades políticas, la socialdemocracia contribuyó a transformar las condiciones de vida de las capas populares, hasta crear la figura del affluent worker, del trabajador opulento, ampliando el campo de la ciudadanía política hasta la ciudadanía social. En los 70, despuntó la posibilidad de una vía democrática al socialismo, con el refuerzo eurocomunista, justo cuando el cambio económico, al tiempo que sumía en una crisis irreversible al socialismo real, socavaba los pilares de la socialdemocracia, desde entonces hasta hoy a la defensiva. Tras las grandes movilizaciones de 1968-69, la clase obrera desapareció como protagonista de la historia. La consigna de Mayo, Ce n'est qu'un debut, continuons le combat! se desvaneció para siempre.
Además el desplome del "socialismo real" reveló los horrores del sistema, observables desde Moscú a Pekín y a Phnom Penh. Pero la izquierda de procedencia comunista evitó reconocerlo. Eximente: la globalización sugería más que nunca la búsqueda de una alternativa, ahora ampliada por el tema crucial del calentamiento del planeta. Solo que la solución no consistía en repintar las ideas que sustentaron regímenes de dictadura y terror. Millones de víctimas del estalinismo son comparables a las del capitalismo, absuelven los turiferarios de Chávez. Y para el caso añaden la siniestra estupidez de que a más poder personal corresponde "mayor empoderamiento (sic) del pueblo".

Cuando con todas sus insuficiencias, "el voto es el instrumento más eficaz y piadoso que han imaginado para su conducción los hombres" (José Martí dixit).
El desprecio de la democracia viene siendo un rasgo distintivo del neosocialismo. Desaparecido el referente concreto del bloque soviético, queda el recurso a los rechazos primarios. Hasta Obama, el antiamericanismo fue de gran utilidad (otra cosa es la crítica a las políticas made in USA), y la globalización, sin más matices, sirvió de chivo expiatorio. Curiosamente con un también constante olvido de la premisa fijada por Marx: el proyecto revolucionario ha de fundarse sobre un conocimiento científico de la realidad. De ahí la nula contribución de estos radicales al conocimiento de la dinámica económica que abocó a esta crisis. Dibujar blanco contra negro no es analizar.
Olvidada la exigencia de Marx, hay que aferrarse a los símbolos. Ejemplo: el culto del Che. O la defensa de un régimen como el castrismo, que lleva medio siglo empobreciendo y sojuzgando a la isla. Con proclamarse antiimperialista todo está resuelto. Las esperanzas se ponen en un "socialismo del siglo XXI" a la sombra del populismo autoritario de un demagogo. Partiendo de un peronismo falsamente bolivariano, reencontramos la fórmula de Castro dirigida a eliminar escalonadamente la libertad política y ensayar ocurrencias anticapitalistas cuya ineficacia cubrirán las exportaciones petroleras. Y como último refuerzo ideológico, un cóctel caótico de citas, legado del joven Fraga, ensalzando al Islam revolucionario y antiimperialista.
Opera una solidaridad selectiva. Al modo de Moratinos, paladín demócrata para Honduras y abrazado luego al tirano Obiang, con movilizarse por Palestina, contra Israel, más respaldar a Cuba y a Chávez, se cubre la cuota de progresismo. Nada de críticas a Rusia y China, tal vez por antiguos parentescos. Ante Tíbet y Xingiang, indiferencia generalizada, como ante las tragedias birmana e iraní.

Quebrada la utopía, la identidad izquierdista deviene así curiosamente pragmática, trepadora incluso por lo que contemplo, al ceñir su propósito a consolidar la propia autolegitimación, eludiendo la compleja lucha contra las opresiones y por la democracia, cuya exigencia sigue viva. Lo recordaban en TVE-2 las reflexiones propalestinas de un veterano actor progresista sobre los "hermanos palestinos" y los "hermanos israelíes", o las estrofas de We shall overcome entonadas en farsí por Joan Baez para recordar que Irán, como Suu Kyi, nos concierne a todos. Ése es el áspero camino de la izquierda democrática, que aprendió en el siglo pasado a detestar la dictadura.
Entretanto Oliver Stone celebra exultante a Chávez. ¿Hubiera podido criticarle? Va de dictador en dictador.

viernes, 11 de septiembre de 2009


No es porque los gringos quieran meterse [ en Venezuela], es porque Chávez va a dar pie a que eso suceda”. L
a entrevista dominical de La Voz, con el vicealmirante (r) Mario Iván Carratù Molina, quien dice que las bases militares en Colombia “son para acabar con la guerrilla, el narcotráfico y disuadir a Chávez”
“El problema es político, no militar. (…)
Estoy un poco cansado de hablar de tanques, aviones, buques, hay que hablar de la geopolítica (ciencia que reúne la geografía, la historia y la política) lo que priva en el mundo es el ansia de poder de los civiles y por ello, llaman a los militares, se crean las guerras”, son afirmaciones lapidarias del Vicealmirante (r) Mario Iván Carratù Molina, quien ocupó distintos cargos importantes en la vida pública nacional.
Todavía se considera un hombre de mar, que relaciona cada elemento político para que funcione la sociedad, como un barco. Su carta de navegación es la democracia, la soberanía y el desarrollo, la modernidad.
Si bien no quería que se le preguntase sobre los equipos bélicos, fue inevitable consultarle sobre la instalación de las bases militares en Colombia y la capacidad de respuesta venezolana, sólo que respondió con mayor profundidad: sumó el interés de las potencias extranjeras en los recursos de la región.
Y será porque luego de una guerra, los poderosos se reparten los territorios, como sucedió en el siglo XX. Para llamar la atención, sobre este punto, acudimos al análisis de este Alto oficial. Los lectores del Foro dominical, lo tienen de primera mano.
A continuación el diálogo con los periodistas.
A su juicio ¿cuál es el objetivo de la instalación de las bases militares?
-El objetivo no es atacar a Venezuela, estoy convencido de eso, si nos fueran atacar, lo hacen con el portaviones de la IV Flota, no hacen falta las bases. Los colombianos están trabajando su asunto para acabar con la insurgencia y con el narcotráfico.
Por otra parte, los gringos están disuadiendo a Chávez para que no se meta en Colombia. La punta de lanza de Chávez contra Colombia son las guerrillas, que están adentro y pueden desestabilizar al Presidente que esté allí, sin que Chávez entre al territorio, sólo con darles plata y municiones, le basta.
Chávez ya está descubierto, por eso su rabieta. A él le van a decir que saque a los guerrilleros que se van a esconder en nuestro territorio, entonces como él lo va a negar o no va a cooperar, vendrá la confrontación.
-Se refiere a una intervención, ya de tipo militar
-La estrategia es que Uribe está colocando una base cerca de Panamá, otra cerca de Ecuador, otra en el centro de su país, porque él va a tratar de presionar a la guerrilla FARC a que se desplacen, no los va a dejar irse para Ecuador o Panamá, los va a obligar a que crucen la frontera, y si Chávez no colabora con la entrega, viene el conflicto. Podría darse la intervención y quizá un escenario tipo Noriega (en Panamá), no es porque los gringos quieran meterse, es porque Chávez va a dar pie a que eso suceda.
-Desde Venezuela, se ha dicho que el problema real no es el terrorismo o el narcotráfico, es que por esa vía, los ‘gringos’ se van a llevar el petróleo y los recursos de la región.
A Chávez le interesa que el venezolano se asuste, recuerde que la sociedad latinoamericana apoya a aquél que se victimiza. También está buscando que la gente se alce para que lo siga en su guerra. Chávez no está asustado, él sabe lo que está haciendo.
Él va actuar, va hasta el final y es capaz de sacrificarse, a él no le importa nada, no así a quienes lo acompañan. El problema de fondo es que hay intereses de las grandes potencias por quedarse con los recursos de la región (Ver mapa anexo).
¿Cómo respondería el país ante un eventual ataque? Hay una carrera armamentista, al igual que el vecino, muy peligrosa para la paz de ambos.
-Ya para los años 90, cuando estuve en el Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional (IADEN) se hizo una simulación militar (Plan Guacaipuro) con un conflicto con Colombia o una crisis social.
En ésa simulación Nicaragua, Ecuador y Venezuela atacan a Colombia, Rusia se suma. Esto no es nuevo. Sin embargo, hay otros factores que se añaden, como el puente aéreo Rusia, Cuba y Venezuela, eso nadie lo dice. Hay un interés ruso en El Caribe, una potencia que ahora logra entrar a la región por el apoyo de Chávez.
Existe una ligazón entre Rusia, Cuba y América Latina. Por otro lado, los gringos están viendo esto, entonces, Chávez es el peón de Rusia y Uribe de EE UU.
-¿La confrontación es inminente?-
Es un escenario de conflicto. Chávez piensa que los demás son unos tontos. Los estadounidenses van a perseguir a la guerrilla y con la presión militar, el control aéreo- terrestre, la inteligencia electrónica, los van atacando, les cierran los espacios, entonces los insurgentes no se van a ir por el mar y lo único que les queda es entrar a Venezuela.
Luego veremos en la ONU al gobierno de Colombia denunciando a Venezuela por no luchar contra el terrorismo y no entregar a los guerrilleros, ésa es la estrategia.
Fíjate que están aplicando con las FARC, el principio de Sun - Tzu que dice: ‘al enemigo no hay que cerrarle todos los espacios, déjale uno, para que se escape’ (y nosotros al final, vamos a ser los paga PEOS!!! VZ).
-En ese orden de ideas, el gobierno hace poco denunció la presencia del Comando Sur en El Caribe ¿ellos también forman parte del plan?
Siempre están por la zona. El brazo militar del Comando Sur es el portaviones de la IV Flota, pueden ser uno o dos dependiendo del área de conflicto. Está por allí el Kennedy. En la página web aparece la ruta. El Comando Sur puede dar la orden para que zarpen tres fragatas, dos submarinos y seis aviones de patrullaje.
Unos van para Aruba (a 20 millas de nosotros), para Centroamérica, otros para el resto de las islas del Caribe (Haití, Santo Domingo, Puerto Rico), pasan por la costa de Venezuela. Ellos tienen aviones de reconocimiento y van grabando lo que sucede en el área. Cuando hay un conflicto, embarcan los 20 mil infantes de marina, mueven los buques de desembarco, los aviones de patrullaje, concentran la flota en un sector estratégico, cierran los canales de aproximación, controlan el tráfico aéreo, cuidan las restricciones para no errar un misil. Luego, proceden a ejecutar un plan de operaciones definido.
-¿Desde cuándo andan por estos lados?
-En 2006, el Departamento de Estado activó la IV Flota. El portaviones está atracado en Miami, en Puerto Rico, pero los barcos están por Trinidad, Nicaragua, República Dominicana, ellos se están moviendo por El Caribe, pero al momento de un conflicto, se concentran, en cualquier parte que se coloque el portaviones puede atacar a Venezuela sin poner un soldado en el territorio.
Lo de las bases es tontería. Ese portaviones lo ponen a 200 millas de Maracaibo, Cumaná y atacan. Los misiles de esos buques son de 800 kilómetros a 1500 kms.
Situación venezolana-Ya en la política interna ¿Cómo ve al país? ¿Qué diagnóstico hace?
-Yo veo un fenómeno delicado: la sociedad está desesperada.
Cuando uno está desesperado - yo lo asocio con el síndrome del náufrago (como marino) - uno se prepara para abandonar el barco, tú te lanzas al agua con la balsa salvavidas. Mientras estés en la balsa estás bien, pero si no estás en ella, te agarras de lo que sea, no tienes otra cosa.
Por eso, la oposición se ha aferrado a políticos que no son buenos. Ahora, hay otro peligro latente: la violencia para mí viene, no hay ninguna sociedad que aguante todo lo que esta sociedad ha aguantado.
Cada vez que el Presidente habla es humillación tras humillación para los opositores. Espero, que todo lo vivido nos sirva para crear ciudadanía y consolidar una democracia, porque todavía estamos en la transición que dejó Juan Vicente Gómez.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Senado de Brasil censura al Gobierno de Venezuela



Cuestiona intención del presidente Chávez de socavar la democracia en el país
La Cámara del Senado de Brasil aprobó un voto de censura contra "el autoritarismo" del gobierno del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, donde se cuestiona la intención del mandatario nacional de atentar contra la libertad de prensa y la democracia.

El pedido del voto de censura fue presentado por el senador Flexa Ribeiro (PSDB-PA) y recibió el aval de la Comisión de Relaciones Exteriores de la instancia legislativa, informó en la tarde de ayer Folha on line. Agrega el medio que con la aprobación del presidente del Senado, José Sarney, se consignará el texto al Parlamento de Venezuela.

De acuerdo con el senador Ribeiro, el presidente Chávez está impidiendo uno de los principales derechos que existen en la democracia, que es la libertad de prensa. Además, señala que el ataque a un canal por el partido oficialista UPV deja clara la intención oficial de privar a los venezolanos de informaciones imparciales eliminando uno de los principios básicos de la democracia, que es tener acceso libre a información y expresión.

El voto de censura señala que aunque se debe respetar la soberanía nacional de los países, no se debe dejar "que una peligrosa escalada dictatorial se instale en un país hermano". Los senadores también tomaron en cuenta la propuesta sobre delitos mediáticos que hizo la fiscal Luisa Ortega Díaz. SCD

martes, 1 de septiembre de 2009

Asdrúbal Aguiar // El soldado Chávez y la Unasur



Chávez no puede imponerse, pero sus pares no pueden detenerlo
La Unión de Naciones Sudamericanas, conciliábulo establecido por los gobernantes miembros del Foro de San Pablo -nueva internacional de las izquierdas radicales- y cultores del eje marxista militar cubano-venezolano, concluye su última reunión con un triste papel. Para el presidente venezolano, por aliado de las FARC y de suyo cómplice en su tráfico internacional de estupefacientes y de las armas que recibe, la iniciativa Obama-Uribe es una declaratoria de guerra en su contra. No le falta razón. ¡Y es que Venezuela, por obra del primero, hoy pisa las aceras de la criminalidad transnacional, aun cuando no sea más que como medio para fortalecer el poder personal del inquilino de Miraflores!

Su planteamiento extremo, llevado hasta Bariloche de concierto a sus íntimos -los presidentes Correa y Morales- para promover una condena del gobierno uribista y obtener las acciones que le pongan freno a la iniciativa de las bases militares deriva, en efecto, en una declaración de consenso y de mera conveniencia. Apenas pide la Unasur a Colombia y por vía de consecuencias a Estados Unidos no usar dichas bases para incidir en la seguridad interna de otras naciones sudamericanas.

Lo destacable, en todo caso, es que si el resultado de la cumbre sureña predica el aislamiento por ésta del clima de beligerancia y divisor que procura, con vistas a los fines políticos del chavismo, la Cancillería de Caracas, en otro orden hace evidente el deterioro y desprestigio graves que acompañan a las organizaciones internacionales americanas, cascarones incapaces de sobreponerse a las disonancias de algunos de sus miembros y de asegurar con firmeza el interés común de la región.

De modo que, si cierto es que Chávez no logra como antes el control sobre sus pares dada la mengua de los ingresos petroleros de Venezuela y la pérdida por aquél de su emblemática popularidad, tampoco cuentan éstos con mecanismos capaces de neutralizar y alejar los peligros -entre éstos el propio Chávez- que cada vez más acechan a la región y ponen en peligro su paz y seguridad colectivas.

La perspectiva internacional inmediata no es, pues, halagüeña. Se la ve sujeta a crisis recurrentes y contenciones de emergencia. La paz duradera y relativa que alguna vez ofrecen dentro de sus ámbitos las organizaciones de la última posguerra, a saber, la ONU y la OEA, de nuevo es un desiderátum. Estas antiguallas mal sirven ahora que no sea para solaz de sus burócratas, entre éstos el inefable José Miguel Insulsa.

Las mentiras, las dobleces y las contradicciones se enseñorean como nunca antes sobre el puente del cambio estructural profundo que acusan las Américas. Han minado el corazón de su realidad, a un punto tal que nada es verdad y toda locura cabe como posible. Los ejemplos huelgan.

El "dictador" hondureño Michelleti abre sus puertas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que vea y juzgue la realidad de su país, en tanto que el "demócrata" de Chávez prohibe su visita y no acata sus decisiones. Luego, éste anuncia el establecimiento de bases militares rusas en Venezuela y la OEA ni se inmuta, en tanto que los miembros de la Unasur quiebran lanzas ante la presencia de militares americanos en bases colombianas.

La OEA protesta y condena que el Congreso y la Corte hondureñas despachen al presidente Zelaya con ayuda de la Constitución, en tanto que, declara materia de orden interno el desconocimiento por Chávez de las elecciones de gobernadores y alcaldes opositores.

Éste envía a sus soldados a suelo boliviano, para apoyar al presidente Morales, y el señor Insulza mira a los lados y nada opina, tampoco cuando el primero mete sus dineros y milicianos para que hagan política activa en Perú y Colombia contra sus legítimos gobiernos. Y entre tanto, el mismo Insulza decide no tratar a Michelleti por indigno de ser reconocido, pero no pasan los días cuando se muestra ante el mundo horondo, fotografiado y dándole la mano al mentado "gorilleti".

Lo cierto es que Chávez hunde al Pacto Andino, pone en crisis al Mercosur, y de seguidas anuncia la muerte de la OEA y la usa para sus despropósitos hondureños hasta desprestigiarla. Y si se trata de la Unasur, para silenciar la denuncia de Uribe en cuanto a la protección por Chávez en territorio venezolano de Timochenko e Iván Márquez, jefes supremos de la narcoguerrilla colombiana, aquélla prefiere no meterse en "honduras" con lo de las bases gringas y prefiere ponerse la soga en el cuello.

Chávez, en suma, no puede imponerse, pero sus pares no pueden detenerlo. Y en sus desvaríos épicos es capaz de todo lance, hasta de empujarnos a una guerra contra Colombia. A menos que le pongamos coto a tiempo, gústele o no a la OEA, le incomode o no a la Unasur.

correoaustral@gmail.com