jueves, 19 de marzo de 2009

La Constitución violada




Representantes de los partidos de oposición presentarán un documento ante la Internacional Socialista en el que denunciarán la conducta "violenta, antidemocrática y violatoria de la constitución" del presidente Chávez
Representantes de los partidos de oposición presentarán un documento ante la Internacional Socialista en el que denunciarán la conducta “violenta, antidemocrática y violatoria de la constitución” del presidente Chávez.
El escrito indica que el primer mandatario busca una confrontación violenta entre los venezolanos por el desconocimiento que hace a los gobernadores y alcaldes electos en el 2008 y por forzar a la Asamblea Nacional a modificar la Ley de Descentralización.
Agrega que revertir este proceso es parte de la política centralista de un régimen autoritario, “desconociendo los avances democráticos y los beneficios que ha generado para la población las políticas descentralizadoras”.
Los partidos también señalan que el presidente Chávez pretende imponer la reforma constitucional rechazada en referendo el 2 de diciembre 2007, “promoviendo cambios legislativos y situaciones de hecho que desconocen la propiedad privada y agreden los sentimientos democráticos de la mayoría de los venezolanos”.
La delegación venezolana que asistirá a la ciudad de Antigua, Guatemala, los días 23 y 23 de marzo estará integrada por: Acción Democrática, MAS, Podemos, Un Nuevo Tiempo y Alianza al Bravo Pueblo. Esta organización socialdemócrata elegirá al presidente de la sección latinoamericana y discutirá la problemática social y económica de los países de la región.

sábado, 14 de marzo de 2009

Lula: Obama tiene una "oportunidad histórica" con América Latina

"Lo que dije al presidente Obama, y tengo esperanza de que vaya a ocurrir, es que es preciso que haya una aproximación con Venezuela, con Cuba, con Bolivia", señaló el presidente brasilero

14 de marzo 2009 05:27 pm - AFP "Lo que dije al presidente Obama, y tengo esperanza de que vaya a ocurrir, es que es preciso que haya una aproximación con Venezuela, con Cuba, con Bolivia", señaló el presidente brasilero "

Lula y Obama se reunieron en la Casa Blanca AFP
El presidente Barack Obama tiene una "oportunidad histórica" para construir una nueva relación con América Latina, indicó el brasileño Luis Inacio Lula da Silva, tras reunirse con su homólogo estadounidense, al que le pidió un acercamiento con Cuba, Venezuela y Bolivia.
Lula, primer mandatario de la región recibido por el estadounidense desde que asumió la presidencia el 20 de enero, indicó que abordó el tema de América Latina con Obama para hacerle comprender que en el continente se viven tiempos diferentes y que es necesario abordarlos con una óptica renovada.
"Es preciso que Estados Unidos comprenda que América Latina vive una experiencia de crecimiento económico, una experiencia muy rica de ejercicio de la democracia. No hubo nunca un momento más promisorio de fortalecimiento de la democracia", dijo Lula a periodistas, tras hablar con Obama en la Casa Blanca.
Washington necesita sostener una relación con sus vecinos del sur que vaya más allá de la batalla contra el narcotráfico o la lucha armada, dijo Lula en la embajada de Brasil en Washington.
Hay que encontrar "un lado productivo, con la idea de ayudar a llevar oportunidades para que los países puedan crecer", señaló.
Momentos antes, en la rueda de prensa que ofreció junto a Obama en la Casa Blanca, afirmó que el estadounidense "tiene una oportunidad histórica de mejorar las relaciones con América Latina".
Obama no respondió directamente al envite, y se limitó a indicar que admira "el liderazgo progresista" de Brasil en la región.
Lula recordó en la embajada que faltan pocos días para la Cumbre de las Américas del 17 al 19 de abril en Trinidad y Tobago, "donde nos vamos a encontrar todos nosotros, van a estar todos los presidentes".
"Lo que dije al presidente Obama, y tengo esperanza de que vaya a ocurrir, es que es preciso que haya una aproximación con Venezuela, que haya una aproximación con Cuba, que haya una aproximación con Bolivia", señaló Lula, quien habló con Obama en la Casa Blanca por más de una hora.
"Pienso que debemos construir en América Latina (con Estados Unidos) una nueva relación, una relación de confianza, de no injerencia, de compaginar las cosas buenas", indicó el mandatario brasileño.
"Yo converso mucho con (el presidente venezolano Hugo) Chávez, sé que Chávez tiene expectativas en el presidente Obama, de que puede mejorar la relación, el presidente Obama tiene voluntad, lo mismo con Evo Morales" de Bolivia, apuntó.
Tanto Venezuela como Bolivia, que mantienen en estado crítico sus relaciones con Estados Unidos tras expulsar a los embajadores norteamericanos de sus respectivos países en septiembre de 2008, habían saludado la iniciativa de Lula de plantear la reorientación de las relaciones de Washington con la región.
Lula dijo que no trató con Obama el caso específico de Cuba, cuyo régimen comunista es el enemigo histórico de Estados Unidos en el continente, y contra quien mantiene un embargo comercial de casi medio siglo.
El gobierno de Obama, quien ha ocupado sus primeras semanas en enfrentar la grave crisis económica, pareció esta semana voltear un poco su mirada hacia el sur de su frontera, al anunciar viajes de altos funcionarios hacia América Latina, en preparación de la Cumbre de las Américas.
El vicepresidente Joseph Biden viajará del 27 al 30 de marzo a Chile y Costa Rica, donde coincidirá con varios mandatarios de la región, mientras que la secretaria de Estado Hillary Clinton visitará el 25 y 26 de marzo México, uno de los principales aliados de Washington en la región.
Asimismo, el viernes Obama nombró al diplomático Jeffrey Davidow, ex embajador en Venezuela y México, como consejero especial para la Cumbre.

viernes, 13 de marzo de 2009

Obama, en la senda de Roosevelt y Kennedy


NORMAN BIRNBAUM 13/03/2009


El presidente Obama domina el escenario nacional estadounidense. Su grado de aprobación en las encuestas es alto, y los republicanos están ruidosa y visiblemente divididos, además de carecer de dirigentes con capacidad de seducción. A estas alturas, el presidente cuenta incluso con el apoyo de muchos que no votaron por él (entre ellos, una mayoría de la población blanca).

El presidente alienta el renacer de la socialdemocracia en versión EE UU
Los planes sociales y económicos del presidente pueden ser otro 'New Deal'
El centro de atención lo ocupa, como en Europa, la economía. Los republicanos se muestran escandalizados, no por el fracaso evidente del capitalismo estadounidense, sino porque Obama propone medidas que ellos califican de "socialismo europeo". En realidad, Obama no hace más que seguir las huellas de los dos Roosevelt, Truman, Kennedy y Johnson, pero los republicanos responden tergiversando de manera sistemática nuestro último siglo de historia. En cuanto a los medios, en general, lo único que resulta patente es su mediocridad ignorante.

Por lo demás, están demasiado ocupados dando legitimidad a la contraofensiva ideológica de los republicanos.
Es demasiado pronto para saber qué ocurrirá con las iniciativas de Obama en su doble vertiente: las primeras medidas inmediatas para estimular la economía y una serie de programas de educación, medio ambiente, sanidad, transporte e inversiones sociales. La recuperación económica quizá sea imposible sin unas medidas mucho más extensas y drásticas que las que ha propuesto hasta ahora: unas nacionalizaciones de facto de bancos y grandes empresas. Para que varíe a largo plazo el equilibrio entre mercado y Estado será necesaria una movilización mucho más amplia y persistente que la habida en su campaña electoral.
Obama intuye, con razón, que sólo puede lograr sus propósitos si se enfrenta a los hábitos e intereses arraigados de la política estadounidense. Su objetivo inmediato, aparte de lograr la aprobación de las leyes necesarias para sus programas, es aumentar la mayoría demócrata en las dos Cámaras del Congreso en las elecciones parciales de 2010. Por ahora, pese a la desmoralización y los conflictos internos, los republicanos disponen de una considerable capacidad de obstrucción. Las reglas del Senado exigen 60 votos (no basta con 51) para someter una ley a votación, y los 41 senadores republicanos (los demócratas tienen 58 y un escaño aún permanece vacante) están aprovechando esa ventaja. En la Cámara de Representantes, los demócratas cuentan con una mayoría notable: 254 escaños frente a 178 republicanos y 3 vacantes. Sin embargo, no todos los demócratas apoyan las políticas económicas y sociales de Obama.
Kennedy pudo devolver el poder a los demócratas en 1961 porque el partido y los grupos que lo componían mantuvieron vivo el legado del New Deal durante los años de Eisenhower. Por el contrario, con Carter y Clinton, los demócratas se apartaron de ese legado. Ahora Obama tiene que convencer no sólo al país, sino a su propio partido, de que es necesario que renazca la socialdemocracia estadounidense.
En política exterior, Obama está aprendiendo a controlar la maquinaria imperial, incluidos el Ejército y los servicios de inteligencia. Junto con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha decidido apoyarse en los funcionarios que, al final de la Administración de Bush, celebraron la marcha del presidente y el vicepresidente. Obama y Clinton, en colaboración -hasta ahora- con el secretario de Defensa, Gates, y los mandos militares, han dejado claro que tienen una visión restrictiva del uso de nuestro poder militar (entre otras cosas, porque está muy erosionado). Ha habido aperturas hacia China y Rusia, han comenzado las negociaciones con Siria, se avecinan cambios respecto a a Cuba y se ha dado a entender a los israelíes que la política estadounidense sobre Oriente Próximo se dicta en Washington, y no en Jerusalén.
El plan de Clinton de celebrar una conferencia sobre Afganistán en la que intervengan los países vecinos (incluido Irán) y otros Estados interesados indica que el Gobierno estadounidense es receptivo a iniciativas que alivien al país de la carga que representa el unilateralismo. En las relaciones económicas internacionales no ha habido todavía una serie de iniciativas similares. Dada la desunión europea, está por ver si el presidente Obama presentará en la cumbre económica de abril en Londres la propuesta de empezar a reconstruir las instituciones económicas internacionales que han quedado claramente obsoletas.
No debemos minusvalorar la intensidad y la ferocidad de la oposición al presidente, tanto real como hipotética. Numerosos ciudadanos, sobre todo entre los menos cultivados, le consideran ilegítimo. En grandes sectores del capital piensan que él y los demócratas en general son una amenaza directa contra sus intereses. Están tratando de convencer a los ciudadanos corrientes de que la expansión del Gobierno es un peligro. A los fundamentalistas religiosos les ofende que defienda la racionalidad científica (como en el caso de la investigación con células madre) y les molesta su apertura cultural y religiosa. En política exterior, los unilateralistas ya le han criticado por sus políticas respecto a China y Rusia. Y se han unido al lobby israelí, cada vez más nervioso por la posibilidad de que el presidente reduzca su influencia, para lanzar advertencias en contra de las negociaciones con Irán.
La crisis económica y la energía y la inteligencia del presidente le han permitido, hasta ahora, imponerse a un Congreso recalcitrante, cuyos miembros saben muy bien que muchos de sus electores son partidarios de la nueva era que encarna Obama. La vulgarización de nuestro discurso público es enorme: el presidente se quedó asombrado cuando The New York Times (que puede presumir de tener cierto nivel cultural) le preguntó si su programa era "socialista".
Obama se enfrenta a una paradoja.

Sus proyectos, a corto y a largo plazo, son experimentos de educación política que muy bien podrían convertirse en un nuevo New Deal y engendrar una nueva generación que lo lleve adelante. Sin embargo, esos proyectos no pueden triunfar sin una conciencia pública muy distinta a la que prevaleció durante los Gobiernos de Clinton y George W. Bush.
Lo primero que tiene que hacer Obama es educarse a sí mismo sobre los límites y las posibilidades de la presidencia y la nación en un siglo XXI definido por crisis y conflictos insólitos hasta hace muy poco tiempo.
Es tranquilizador, y no sólo para sus compatriotas, que sea tan consciente de la carga intelectual y moral que debe asumir.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
Norman Birnbaum es catedrático emérito en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown.


Barack Obama
A FONDO
Nacimiento:
04-08-1961
Lugar:
Honolulu

miércoles, 11 de marzo de 2009

Francia y la OTAN



EDITORIAL

El PAIS


Más allá de su profundo simbolismo, el anuncio de Nicolas Sarkozy de reincorporar a Francia al núcleo duro de la OTAN -su comité militar integrado, responsable de la planificación estratégica- y acabar así con un autoexilio de más de cuarenta años cambiará poco las cosas sobre el terreno. El presidente francés ha convocado la semana próxima un voto de confianza en el Parlamento para que su decisión esté bendecida por el órgano de soberanía. Pese a la aprobación popular, la medida todavía suscita ciertas resistencias entre una clase política que dice simpatizar poco con el bloque aliado al que De Gaulle dijera parcialmente no en 1966.



París no ha cesado desde los años setenta, a pesar de su inconformismo aparente, de estrechar sus lazos políticos y militares con la Alianza; lo hizo con Giscard, Mitterrand y, sobre todo, Chirac, pese a autoproclamarse éste heredero del general. Francia es el cuarto contribuyente de tropas para la OTAN, con las que ha participado y sigue haciéndolo en misiones que van desde Bosnia y Kosovo hasta Afganistán, donde tiene ahora 2.800 soldados. Su exclusión del comando integrado la ha privado meramente de cierto pedigrí planificador.
Sarkozy, que mantiene independiente su poder nuclear, ha elegido con tino el momento del regreso pleno, algo que sus generales llevaban tiempo esperando. Si éste resultaba inoportuno con Bush, con Barack Obama es mucho más fácil y defendible. El presidente francés, sin embargo, no ha conseguido, pese a esgrimirlo repetidamente como precondición, que Europa tenga algún poder relevante -más allá del numérico, 21 de sus 26 miembros- dentro de la alianza que Washington dirige a todos los efectos. La vuelta de Francia, que será solemnizada en la cumbre de abril de la OTAN, en Estrasburgo, es, así, el final de otra excepción, la culminación de un proceso inevitable, no el comienzo de una nueva era en las relaciones militares transatlánticas.


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OTAN(Organización del Tratado del Atlántico Norte)
A FONDO
Sede:
Bruselas (Bélgica)
Directivo:
Jaap De Hoop Scheffer (Secretario General)
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LLUÍS BASSETS
El regreso de De Gaulle
LLUÍS BASSETS 12/03/2009

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La sombra del general es alargada, muy alargada. Fundó la V República y dejó un camino tan trillado que incluso quienes parecen estar deshaciéndolo terminan completándolo y adaptándolo a los nuevos tiempos. Aquel militar alto y desgarbado, que consiguió situar a Francia entre los vencedores de la II Guerra Mundial, ha seguido reencarnándose en todos y cada uno de los presidentes que le han sucedido; incluso en el hiperactivo y pequeño seductor, de declaradas simpatías con EE UU, que es Nicolas Sarkozy. Lo más visible y espectacular del gesto de 1966 fue el desmantelamiento de las bases norteamericanas en Francia y el traslado del cuartel general de la OTAN desde París a Bruselas. Francia ganaba margen de maniobra y recuperaba soberanía, sin abandonar el bando occidental en la Guerra Fría, pero a costa de suscitar dolorosos sarcasmos por parte de EE UU. El secretario de Estado, Dean Rusk, respondió a la decisión con una pregunta que ha seguido resonando hasta 2003, con ocasión de cada crisis transatlántica: ¿también quieren que nos llevemos a nuestros soldados enterrados en los cementerios de Normandía?

Nicolas Sarkozy
A FONDO
Nacimiento:
28-01-1955
Lugar:
París

Francia
A FONDO
Capital:
París.
Gobierno:
República.
Población:
64,057,792 (est. 2008)
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Sarkozy quiere ganar mayor protagonismo para Francia en la construcción de la defensa europea
De Gaulle no quería alejarse de su posición de aliado de EE UU, conquistada con enorme dificultad con un micrófono y mucho voluntarismo en Londres durante la Guerra Mundial. Para el viejo general abandonar la estructura militar de la OTAN y echar a las tropas y bases norteamericanas era la mera continuación de su difícil tarea londinense, cuando se inventó como jefe de la Francia Libre, un paso que se deducía necesariamente de su pretensión de mantener una silla entre los grandes en el puesto de mando del mundo occidental, y que tenía dos correlatos de poder todavía más efectivos, en su derecho de veto como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y en su force de frappe, el arma nuclear.
El vértice de esta construcción era la presidencia francesa bajo la V República, figura soberana que hace de interlocutor de la presidencia norteamericana y posee la clave del maletín nuclear.
Muchos echaran en cara ahora al biznieto político de De Gaulle, a Sarkozy, por dilapidar la herencia y ceder de nuevo soberanía a la superpotencia tutelar. El teatro de sombras de la política necesita siempre de los tópicos y de los personajes estereotipados, por lo que el guión exige que el izquierdista antiamericano y el gaullista puro aparezcan gesticulando y vociferando contra la pérdida de la independencia y la traición al general.
Pero la realidad demuestra que no hay para tanto. Los móviles de Sarkozy son perfectamente racionales: quiere ganar con este movimiento un mayor protagonismo en la construcción de la defensa europea y a la vez reforzar la posición negociadora de Francia en la escena internacional. Sobre todo de cara a la renovación del Tratado de No Proliferación nuclear, en 2010, donde aparecerá como potencia nuclear perfectamente leal a Washington pero decidida a jugar su papel en la negociación multilateral. Como hizo De Gaulle en numerosas ocasiones, su objetivo es convertir su debilidad en una fortaleza.
La venta de la decisión, iniciada prácticamente con su campaña electoral, está muy trabada. De creer a pie juntillas lo que dice el Libro Blanco sobre Defensa de 2008, encargado por Sarkozy, apenas tiene trascendencia. Francia se reintegrará en los dos únicos comités de los que estaba ausente hasta ahora: el de Planes de Defensa y el Grupo de Planes Nucleares.
El primero es un órgano de debate fundamentalmente estratégico sin incidencia en las decisiones; y el segundo tiene funciones fundamentalmente de consulta e información, por lo que además la independencia del arma nuclear francesa no se verá afectada por la integración: la bomba (la bombinette, dicen los franceses humorísticamente) seguirá en manos exclusivas del presidente, tal como quiso De Gaulle y ningún presidente después ha querido corregir.
No se someterá ni a la doble llave, que es el sistema británico de práctica supeditación a Washington, ni mucho menos, tal como se llegó a especular justo después de la caída del Muro de Berlín, se propondrá que disponga de ella algún día la UE. Uno de los mayores atractivos de esta decisión, sobre todo para los militares franceses, lo ofrecen los nuevos puestos que deberá ocupar Francia en el nuevo esquema, que pasará de un centenar y medio a cerca de 800 y que deberán ceder los otros aliados, especialmente Alemania y Reino Unido.
El Libro Blanco reivindica sin rebozo los objetivos perseguidos por De Gaulle en 1966 para justificar las decisiones actuales. La retirada de Francia "tenía por objetivo 'devolver a los ejércitos el carácter plenamente nacional' y evitar toda subordinación de nuestras fuerzas a una autoridad extranjera, así como toda presencia militar extranjera en nuestro territorio [rueda de prensa de De Gaulle en octubre de 1966]".
Pues bien, "estos principios fundamentales permanecen, pero las transformaciones del entorno internacional, la evolución de la Alianza Atlántica y el compromiso de Francia en nuevas misiones de la Alianza, nos invitan a revisar la traducción cuarenta años más tarde". No es Francia, sino De Gaulle, quien regresa a la OTAN.

domingo, 8 de marzo de 2009

El Perú no necesita museos



TRIBUNA: PIEDRA DE TOQUE


MARIO VARGAS LLOSA

El Gobierno andino ha rechazado una donación de Alemania de dos millones de dólares para construir un Museo de la Memoria sobre los crímenes terroristas y paramilitares de los ochenta y noventa
El autor de esta teoría -que el Perú no necesita museos mientras sea pobre y con carencias sociales- es el señor Ántero Flores Aráoz, ministro de Defensa del Gobierno peruano. No se trata de un gorila lleno de entorchados y sesos de aserrín, sino de un abogado que, como profesional y político, ha hecho una distinguida carrera en el Partido Popular Cristiano, del que se separó hace algún tiempo para representar al Perú como embajador ante la OEA (Organización de Estados Americanos). ¿Qué puede inducir a un hombre que no es tonto a decir tonterías? Dos cosas, profundamente arraigadas en la clase política peruana y latinoamericana: la intolerancia y la incultura.
Cerca de 70.000 peruanos, la mayoría campesinos de los Andes, murieron en ese cataclismo El Gobierno dice que en un país donde faltan escuelas un museo no puede ser una prioridad
Para situar el ucase del ministro en su debido contexto hay que recordar que entre 1980 y 2000 el Perú padeció una guerra revolucionaria desatada por Sendero Luminoso cuyo salvajismo terrorista provocó una respuesta militar de una desmesura también vertiginosa.

Cerca de 70.000 peruanos, la inmensa mayoría de los cuales eran humildes campesinos de los Andes y habitantes de los pueblos más pobres y marginales del país, murieron en ese cataclismo.
Al terminar la dictadura de Alberto Fujimori (a punto de ser condenado en estos días por los crímenes contra los derechos humanos perpetrados durante su régimen), el Gobierno democrático nombró una Comisión de la Verdad y la Reconciliación para investigar la magnitud de esta tragedia social. Presidida por un respetado intelectual y filósofo, el doctor Salomón Lerner, ex rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Comisión elaboró un documentado estudio de esos años sangrientos y un cuidadoso análisis de las causas, consecuencias y el saldo en vidas humanas, destrucción de bienes públicos y privados, torturas, secuestros, desaparición de personas y de aldeas de la violencia de esos años.

Un vasto sector de opinión pública reconoció el valioso trabajo de la Comisión, pero, como era de esperar, sus conclusiones fueron criticadas y rechazadas por círculos militares y por las pandillas sobrevivientes del fujimorismo, que de este modo se curaban en salud de su complicidad con un régimen autoritario que, además de cleptómano y corrompido hasta los tuétanos, detenta un pavoroso prontuario de asesinatos, torturas y desapariciones perpetrados con el pretexto de la lucha antisubversiva.
La Comisión organizó, con los materiales de su investigación, una de las más conmovedoras exposiciones que se hayan visto jamás en el Perú y que todavía se puede visitar, aunque en formato algo reducido, en el Museo de la Nación, en Lima. Llamada "Yuyanapaq" (Para recordar), muestra en fotos, películas, cuadros sinópticos y testimonios diversos la ferocidad demencial con que los terroristas de Sendero Luminoso y del MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), y, también, comandos de las Fuerzas Especiales y grupos de aniquilamiento -como el tristemente célebre Grupo Colina- sembraron el horror segando decenas de millares de vidas humanas inocentes y la impotencia y desesperación de los sectores más humildes y desamparados del país ante ese vendaval que se abatió sobre ellos desencadenado por el fanatismo ideológico y el desprecio generalizado de la moral y de la ley.
Cuando la primera ministra alemana, Angela Merkel, vino en visita oficial al Perú ofreció que su Gobierno ayudaría a financiar un "Museo de la Memoria", que, siguiendo las pautas sentadas por "Yuyanapaq", sería, a la vez, un documento genuino, didáctico y aleccionador sobre los estragos materiales y morales que padeció el Perú en los años del terror y un llamado a la reconciliación, a la paz y a la convivencia democrática.

Por razones obvias, Alemania es sensible a estos temas, y no es extraño que un país que ha hecho un admirable esfuerzo para enfrentarse a un pasado atroz con sentido autocrítico y ha conseguido superarlo y es por eso ahora una sociedad sólidamente democrática, haya querido apoyar la iniciativa de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.
Fiel a la palabra de la canciller, el Gobierno alemán propuso donar dos millones de dólares al Perú para la construcción del Museo de la Memoria, el que cuenta ya, incluso, con un posible terreno, en el Campo de Marte, en torno a una hermosa escultura de Lika Mutal inspirada en ese mismo drama: El Ojo que Llora. El Gobierno peruano, en una actitud lamentable, ha hecho saber que no acepta el donativo alemán. Y el ministro de Defensa ha sido el encargado de justificar semejante desaire con la teoría resumida en el título de este artículo.
El ministro ha explicado que en un país donde faltan tantas escuelas y hospitales y donde tantos peruanos pasan hambre, un museo no puede ser una prioridad. Según esta filosofía, los países sólo deberían invertir recursos en defensa de su patrimonio arqueológico, monumental y artístico una vez que hubieran asegurado la prosperidad y el bienestar para toda su población. Si semejante pragmatismo hubiera prevalecido en el pasado, no existirían el Prado, el Louvre, la National Gallery ni el Hermitage, y Machu Picchu hubiera debido ser rematado en subasta pública para comprar lápices, abecedarios y zapatos. Y el ministro ha refrendado las críticas que ya se habían hecho en el pasado a la Comisión de la Verdad y la Reconciliación y a "Yuyanapaq": falta de imparcialidad, mantener una abusiva equidistancia entre los terroristas y las fuerzas del orden.
Esas críticas son de una injusticia flagrante. Nadie criticó al terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA más que yo. Fui candidato aquellos años y dediqué buena parte de mi campaña a denunciar sus crímenes y su locura fanática y a defender la necesidad de combatirlos con la máxima energía, pero dentro de la ley, porque si un Gobierno democrático empieza a utilizar los métodos de los terroristas para derrotar al terrorismo, como hizo Fujimori, aquellos de algún modo ganan la guerra aunque parezca que la pierdan.

Por eso, hubo dos atentados fallidos contra mi vida, uno en Pucallpa y otro en Lima. Por otra parte, creo haber criticado con la misma constancia las contemporizaciones, cobardías y medias tintas de los intelectuales de izquierda frente al terrorismo. Por todo ello creo poder decir con total objetividad, sin ser acusado de simpatías extremistas, después de haber pasado muchas horas leyendo los trabajos de la Comisión, que hay en ellos un esfuerzo sostenido para desenterrar la verdad histórica entre el dédalo de documentos, testimonios, informes, declaraciones y manipulaciones contradictorios que debió cotejar.

Sin duda que en esos nueve abultados volúmenes se han deslizados errores. Pero ni en sus considerandos ni en sus conclusiones hay la menor intención de parcialidad, sino, por el contrario, un afán honesto y casi obsesivo por mostrar con la mayor exactitud lo ocurrido, señalando de manera inequívoca que la primera y mayor responsabilidad de esa monstruosa carnicería la tuvieron los fanáticos senderistas y emerretistas convencidos de que asesinando a mansalva a todos sus opositores traerían al Perú el paraíso socialista.
Los peruanos necesitamos un Museo de la Memoria para combatir esas actitudes intolerantes, ciegas y obtusas que desatan la violencia política. Para que lo ocurrido en los años ochenta y noventa no se vuelva a repetir. Para aprender de una manera vívida adónde conducen la sinrazón delirante de los ideólogos marxistas y maoístas y, asimismo, los métodos fascistas con que Montesinos y Fujimori los combatieron convencidos de que todo vale para lograr el objetivo aunque ello signifique sacrificar a decenas de miles de inocentes.
Los museos son tan necesarios para los países como las escuelas y los hospitales. Ellos educan tanto y a veces más que las aulas y sobre todo de una manera más sutil, privada y permanente que como lo hacen los maestros. Ellos también curan, no los cuerpos, pero sí las mentes, de la tiniebla que es la ignorancia, el prejuicio, la superstición y todas las taras que incomunican a los seres humanos entre sí y los enconan y empujan a matarse.

Los museos reemplazan la visión pequeñita, provinciana, mezquina, unilateral, de campanario, de la vida y las cosas por una visión ancha, generosa, plural. Afinan la sensibilidad, estimulan la imaginación, refinan los sentimientos y despiertan en las personas un espíritu crítico y autocrítico. El progreso no significa sólo muchos colegios, hospitales y carreteras. También, y acaso sobre todo, esa sabiduría que nos hace capaces de diferenciar lo feo de lo bello, lo inteligente de lo estúpido, lo bueno de lo malo y lo tolerable de lo intolerable, que llamamos la cultura. En los países donde hay muchos museos la clase política suele ser bastante más presentable que en los nuestros y en ellos no es tan frecuente que quienes gobiernan digan o hagan tonterías.

© Mario Vargas Llosa, 2009.
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario EL PAÍS, SL, 2009.

Hillary Clinton // Celebración del Día Internacional de la Mujer


La inversión en las mujeres es una manera de apoyar a las generaciones del futuro
Hace once años, durante un viaje a China, me reuní con mujeres activistas que me hablaron de sus esfuerzos para impulsar la situación de ellas en su país. Me ofrecieron un vivo retrato de los desafíos que enfrentaban en su país: discriminación de empleo, atención de salud inadecuada, violencia doméstica y leyes anticuadas que perjudicaban el progreso de las mujeres.

Hace pocas semanas, encontré de nuevo a esas mujeres, durante mi primer viaje a Asia como secretaria de Estado. Esta vez oí de los progresos logrados en la década pasada. Pero, a pesar de algunos pasos importantes hacia delante, esas mujeres chinas no dejaron duda alguna de que aún hay obstáculos y desigualdades, como ocurre en muchas partes del mundo.

En todos los continentes he escuchado relatos parecidos a los de ellas, a medida que las mujeres buscan oportunidades para participar plenamente en la vida política, económica y cultural de sus países. Y el 8 de marzo, cuando celebramos el Día Internacional de la Mujer tenemos la oportunidad de evaluar los progresos que hemos logrado y los desafíos que aún quedan; y de reflexionar sobre el papel vital que las mujeres deben tener para ayudar a resolver los complejos desafíos mundiales del siglo XXI.

Los problemas que enfrentamos hoy son demasiado grandes y complejos como para resolverlos sin la participación plena de las mujeres. Reforzar los derechos de las mujeres no es sólo una obligación moral constante, es también una necesidad ahora que enfrentamos una crisis económica mundial, la expansión del terrorismo y las armas nucleares, conflictos regionales que amenazan a las familias y las comunidades, y el cambio climático y los peligros que representa para la salud y la seguridad del mundo.

Estos desafíos exigen todo lo que tenemos. No los resolveremos con medidas a medias. Y sin embargo, con mucha frecuencia, en éstos y muchos otros asuntos, la mitad del mundo queda excluida.

Actualmente, como nunca en generaciones pasadas, hay más mujeres que dirigen gobiernos, empresas y organizaciones gubernamentales. Pero esas buenas noticias tienen un lado débil. Las mujeres todavía son mayoría entre los pobres, mal alimentados y mal educados del mundo. Todavía son sometidas a la violación como táctica de guerra y explotadas por tratantes de personas en todo el mundo, en un negocio criminal de miles de millones de dólares.

Las muertes por cuestiones de honor, la mutilación, la mutilación genital femenina y otras prácticas degradantes y violentas que afectan a las mujeres todavía son toleradas en muchas partes. Hace apenas unos pocos meses, una chiquilla de Afganistán iba camino a la escuela, cuando un grupo de hombres le tiró ácido a la cara, dañando permanentemente sus ojos, porque se oponían a que ella quisiera educarse. Pero su intención de aterrorizar a la niña y a su familia fracasó. Dijo la niña, "mis padres me dijeron que siga yendo a la escuela, aunque traten de matarme".

El coraje y la determinación de esa niña nos debe servir de inspiración a todos, mujeres y hombres, para seguir trabajando tan arduamente como podamos para asegurar que las niñas y las mujeres gocen de los derechos y oportunidades que se merecen.

Especialmente en esta crisis financiera, debemos recordar lo que más y más los estudios nos dicen que: El apoyo a las mujeres es una inversión de alto rendimiento, que resulta en economías más sólidas, sociedades civiles más vibrantes, comunidades más sanas y más paz y estabilidad. Y la inversión en las mujeres es una manera de apoyar a las generaciones del futuro, las mujeres gastan mucho más de sus ingresos en alimentos, medicamentos y educación de los niños.

Incluso en las naciones desarrolladas, el poderío pleno de la mujer está muy lejos de realizarse. Las mujeres en muchos países siguen ganando mucho menos que los hombres por hacer el mismo trabajo; una brecha que el presidente Obama comenzó a cerrar en Estados Unidos este año, al promulgar la Ley Lilly Ledbetter para el Pago Justo, que refuerza la capacidad de las mujeres para exigir igual pago.

Las mujeres deben tener la oportunidad de trabajar por salarios justos, tener acceso al crédito y abrir negocios. Merecen igualdad en la esfera política, con igual acceso a la urna electoral y libertad para pedir a sus gobiernos y postularse a un cargo. Tienen el derecho al cuidado de la salud, para ellas y para sus familias y el derecho de enviar a sus hijos a la escuela, a sus hijos e hijas. Y tienen un papel vital que desempeñar en establecer la paz y la estabilidad en todo el mundo. En las regiones destruidas por la guerra, son las mujeres las que frecuentemente encuentran la manera de superar las diferencias y encontrar terreno común.

En mis viajes por el mundo, en mi nuevo cargo, recordaré a las mujeres que he conocido en cada continente, mujeres que han luchado contra probabilidades extraordinarias para cambiar las leyes y poder ser propietarias, tener derechos en el matrimonio, asistir a la escuela, mantener a sus familias e incluso servir de mantenedoras de la paz.

Al trabajar con mis contrapartes en otras naciones, así como con organismos no gubernamentales, empresas e individuos, seré partidaria franca de seguir promoviendo estas cuestiones. Lograr el potencial pleno y la promesa que las mujeres y las niñas encierran no es solamente una cuestión de justicia. Se trata de mejorar la paz mundial, el progreso y la prosperidad para las generaciones.

Secretaria de Estado EEUU

miércoles, 4 de marzo de 2009

Marcha por la paz






Enviado Por Mabel

Dejando a Fidel atrás ????




El informe oficial trata de restarle importancia a las destituciones, enmarcándolas dentro de la reorganización del aparato estatal, de cara a reducirlo y simplificarlo, algo ya anunciado por el propio mandatario cubano.
Sin embargo, la dimensión del cambio que se desarrolla en el país es difícil de ocultar cuando se informa que se están sustituyendo 11 ministros, se fusionan cuatro ministerios y se toca incluso a vicepresidentes del Consejo de Ministros.
Esta cifra afecta fundamentalmente a políticos muy ligados al ex mandatario como es también el caso de Otto Rivero, ministro a cargo de la Batalla de Ideas, un plan de desarrollo social que era manejado directamente por Fidel Castro.
Antes que ellos habían desaparecido de la escena política varios jóvenes más de esa camada como Carlos Lage (hijo), quien dirigía a los estudiantes universitarios, Hassan Pérez, de la Juventud Comunista y Carlos Valenciaga, jefe del Grupo de Apoyo de Fidel.
El padre de las reformas
Carlos Lage y Felipe Pérez Roque trabajaron en el círculo más íntimo del comandante, conocido como el Grupo de Apoyo y posteriormente éste los ubicó en puntos neurálgicos del gobierno, al frente del Consejo de Ministros y de la Cancillería.
Carlos Lage fue el artífice de las reformas económicas de los años 90 que legalización del dólar estadounidense, el trabajo por cuenta propia y las inversiones extranjeras gracias a las cuales el país logró sobrevivir a la debacle de las naciones comunistas europeas.
Sin embargo, fue también durante el liderazgo económico de Lage que se aplicó la dualidad monetaria, medida que desplomó los salarios y con ellos el poder adquisitivo de la mayor parte de la población trabajadora.
El más fiel
Felipe Pérez Roque fue el jefe del Grupo de Apoyo del Comandante hasta que, tras la destitución de Roberto Robaina, Fidel Castro lo ubica al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores como un hombre de su entera confianza.
Al ser nombrado canciller, muchos consideraron que fue elegido por ser uno de los políticos más fieles a Fidel Castro pero aseguraban que no tenía la capacidad necesaria para el cargo; sin embargo, Pérez Roque desarrolló su trabajo con bastante efectividad.
Curiosamente su destitución se produce en el mismo momento en el que Cuba consigue los mayores éxitos diplomáticos de los últimos 50 años, con el apoyo de los gobiernos de América Latina, Rusia, China y la eliminación de las sanciones europeas.
Las repercusiones
El movimiento es radical y profundo pero no debería ser sorprendente ya que cuando Raúl Castro fue designado presidente del Consejo de Estado anunció que realizaría un cambio de gobierno que, en principio, estaba previsto para diciembre de 2008.
El general llevaba gobernando con el equipo heredado de su hermano desde que, en agosto de 2006, asumiera el mando de forma interina, cuando Fidel Castro le cedió todos sus cargos a raíz de una seria enfermedad intestinal.
Las remociones ministeriales marcan la independencia de criterio del nuevo presidente, sobre todo si se tiene en cuenta que varios de los funcionarios removidos habían sido ratificados en los cargos por el propio Fidel en su testamento político.
Los planes de gobierno impulsados por Raúl Castro llevan un enorme retraso, le reforma agraria y la eliminación de los topes salariales, por ejemplo, han sido empantanados por la burocracia estatal a pesar de ser medidas imprescindibles para la economía.
Con la actual reestructuración, el presidente parece que pretende matar varios pájaros a la vez, simplifica el aparato estatal, ubica en los puestos claves a hombres de su confianza y deja claro a todos los funcionarios que no hay nadie intocable.
Además hay que tener en cuenta que en Cuba la pérdida del cargo de gobierno también implica un descenso dentro del Partido Comunista por lo que los políticos destituidos tendrán mucho menos peso en el Congreso previsto para este año.