domingo, 31 de octubre de 2010

Un punto de vista sobre El Alba

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La Alianza Bolivariana de las Américas – El atrevido plan de Hugo Chávez
JOEL D. HIRST | EL UNIVERSAL
domingo 31 de octubre de 2010 04:10 PM
"De esta manera, todos concordamos en que el ALBA no se convertirá en una realidad bajo el criterio mercantilista o basada en los egoístas intereses del lucro privado; o para el beneficio de una nación a expensas de otras…"

Con esta declaración y la rúbrica de sus plumas, el 14 de Diciembre del 2004, el presidente venezolano Hugo Chávez y el presidente de Cuba Fidel Castro, firmaron un nuevo y atrevido mecanismo de integración para Latinoamérica y el Caribe. Así comenzó la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), "… una organización geopolítica, geoeconómica, social, cultural e ideológica". Inicialmente una reacción al Tratado de Libre Comercio de las Américas, un plan de la era de Clinton para un pacto de comercio amplio en el hemisferio, el ALBA fue fundada para servir como un contrapeso geopolítico a Estados Unidos.

Mientras el ALBA toma forma, sus principios fundamentales se hacen más claros. Es un acuerdo entre Estados, llamado a facilitar la interacción gobierno-gobierno, basada en los principios de la solidaridad, la cooperación, el comercio justo, la lucha contra la pobreza y los problemas sociales, y el desarrollo conjunto de los países miembros. La propuesta busca abrir espacio para la intervención gubernamental, permitiendo al Estado moverse más allá de las regulaciones y el arbitraje, hacia la generación directa de "justicia social" para la mayorías pobres de sus países.

Lo que comenzó como un simple acuerdo para compartir bienes y servicios entre los gobiernos de La Habana y Caracas, ha evolucionado con pasmosa rapidez para convertirse en un importante actor en el día a día de millones de personas a lo largo de los países miembros, y un poderoso bloque político. Luego de solo seis años, el ALBA se jacta de tener una membrecía de 8 países: Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Dominica, Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas -con Irán, Siria y Haití como observadores. Juntos, los países miembros reúnen un territorio de 2.5 millones de millas cuadradas, 70 millones de personas y un PIB de más de 600 billones de dólares. En su corta historia, el ALBA ha llevado a cabo diez reuniones presidenciales. Han firmado docenas de declaraciones conjuntas y acuerdos, y ha establecido consejos sociales, políticos y económicos y un secretariado para supervisar y evaluar sus logros. Los países del ALBA han comenzado a trabajar en doce proyectos "Gran Nacionales" en áreas prioritarias. Estos proyectos, y sus correspondientes compañías "Gran Nacionales" están apoyando el intercambio de conocimiento tecnológico y fomentando el comercio de bienes y servicios básicos entre los países.

Así como el éxito ha sido relativo, son notables los avances que se han realizado, incluyendo el establecimiento de un banco del ALBA, con un billón de dólares de capital, la creación de un moneda de intercambio regional llamada el SUCRE, y el inicio de 17 proyectos de desarrollo a gran escala a lo largo de la región. A través del ALBA-Comunicaciones, estos países de Suramérica han adquirido un satélite chino, al costo de más de 400 millones de dólares, y están colocando un cable de fibra óptica de La Habana a Caracas. Han adquirido un grupo de importantes estaciones de televisión dentro de los países miembros y han establecido cientos de estaciones de radio, con un servicio de noticias en línea para bajar documentales, nuevas historias y videos; y fundaron TeleSur, una herramienta de noticias de la región en español incrementalmente importante. ALBA-Salud ha creado una escuela dentro del Ministerio de Salud en La Habana, ha realizado más de 1 millón de cirugías de ojos, ha enviado 75.000 trabajadores de la salud a más de dos millones de hogares, y está actualmente manejando cinco campos de desplazados en Haití, con más de 17.000 víctimas del terremoto. ALBA-Cultura ha llevado a cabo tres juegos Olímpicos al estilo ALBA, en La Habana, con participantes de más de 30 países, financiando ferias de turismo, competencias de literatura, y producido películas. Y todo esto representa tan solo una muestra de los avances de los proyectos del ALBA.

Más aun, los líderes de los países del ALBA unen esfuerzos para apoyarse los unos a los otros en momentos de inestabilidad, producidos entre otras cosas por sus vigorosos esfuerzos por dar inicio al "Socialismo del siglo XXI", un modelo económico y político basado en ideas marxistas. En Bolivia durante los conflictos con los prefectos regionales, Venezuela proveyó al presidente Evo Morales ingenieros y financiamiento para construir una base militar para suavizar las pasiones de los militares descontentos. Durante el reciente descontento policial en Ecuador, el ALBA centralizó el respaldo político regional del presidente Correa. Después de las fraudulentas elecciones en Nicaragua en 2008, el ALBA proveyó 50 millones de dólares más que el austero paquete de asistencia de Estados Unidos. Y en Honduras, el ALBA ofrece financiamiento continuo, apoyo moral y organizacional al ex presidente Mel Zelaya, después de que fuera sacado del poder por intentar llevar a cabo un referéndum de cuestionable legalidad.

El presidente Hugo Chávez ha asumido la principal responsabilidad en el apoyo financiero al ALBA Esta asistencia lleva asociada influencia política e ideológica, trabajo de inteligencia, cooperación técnica, y por supuesto el saqueo de las ganancias petroleras de su país. De acuerdo con CIECA, un instituto de investigación venezolano, la administración Chávez ha comprometido 62 billones de dólares en cinco anos del ALBA (2005-2010). La unidad de inteligencia del partido político Primero Justicia (PJ) coloca el total de asistencia al exterior en el mismo nivel de gasto -si bien es cierto, para todo el mundo (no solo el ALBA). Si bien es imposible dar con la cifra exacta de financiamiento de Venezuela al ALBA, solo estadísticas oficiales de venta de petróleo preferencial colocan la cifra sobre los 20 billones de dólares. Estos obsequios parecerían insostenibles, especialmente con una economía venezolana que espera una contracción del 2.1% y una inflación del 29% para el 2010. Sin embargo, con una deuda externa de 46,4 billones de dólares, un déficit comercial de solo 10 billones de dólares, y reservas extranjeras sobre los 30 billones de dólares, Venezuela podría ser capaz de continuar subsidiando este proceso al menos en el corto plazo. Con la nacionalización del sector de gas natural boliviano, la adición de Ecuador en la OPEP y el descubrimiento de un estimado de 5 billones de barriles de petróleo en aguas territoriales cubanas -aunado al crecimiento económico sostenido de estos países (excepto por Cuba)- la necesidad de financiamiento para apoyar la sostenibilidad política del ALBA podría haber superado sus más significativos obstáculos.

Nada de esto son buenas noticias para Washington (y por extensión a los países del oeste). Venezuela, alguna vez un socio para la energía natural -y de hecho nuestro "rompedor de cuota" de OPEP por muchos años, ha caído del 3ro al 5to lugar, con importaciones de menos de 1 millón de barriles por día. Venezuela le ha lanzado un salvavidas económico a Cuba (y quizás demorado reformas democráticas), y ha nutrido una cada vez más hostil relación entre la región de Washington con sus aliados. Más preocupante aún, esta tensa relación ha causado que la cooperación en áreas como la lucha internacional antidrogas caiga a su más bajo punto en décadas -con Venezuela y Bolivia expulsando a la DEA y Ecuador expulsando a personal americano contranarcóticos de la base área MANTA; mientras Venezuela misma se ha convertido en el más importante país de tránsito de droga en el mundo. En otras áreas, los países del ALBA consistentemente se oponen a las sanciones de la ONU contra Irán, complican las discusiones entre Israel y Palestina, y hasta sirven como un obstáculo a los acuerdos en materia de cambio climático.

Estados Unidos, por su parte, parece haber hecho su mayor esfuerzo para exacerbar una situación complicada. Washington ha expulsado a Bolivia de un importante Pacto Andino de Comercio (ATPDEA, por sus siglas en inglés), afectando negativamente a campesinos pobres y empujando a Morales a una relación más cercana con al ALBA. Similarmente, luego de las elecciones fraudulentas en Nicaragua, la suspensión de Washington de la asistencia proveniente de la Corporación del Reto del Milenio, empujó al desesperado y ansioso Ortega directo hacia el ALBA. La fuerte postura del Fondo Monetario Internacional hacia la negociación con Zelaya permitió al ALBA ganar terreno. Esto está socavando la habilidad de Washington para comprometerse en cualquier nivel -incluso con las fuerzas promercado dentro del ALBA. Mientras tanto, el compromiso poco entusiasta de Washington con la región, como la inhabilidad del Congreso a tan siquiera pasar lo previamente acordado sobre Tratados de Libre Comercio como los relacionados con Panamá y Colombia, está haciendo más fuerte al ALBA, al mismo tiempo que ayudando a la impresión de que Estados Unidos no es un socio confiable para la región.

Lo más preocupante, mientras Washington vacila, China, Irán y Rusia están realmente ocupados explotando lo que podría ser visto como una debilidad en la armadura estadounidense, profundizando el comercio, las relaciones diplomáticas y de defensa con los países del ALBA; en el caso de China, trabajando sin descanso para asegurar los recursos naturales necesarios para energizar su rápido crecimiento económico y político. Washington y sus aliados necesitan urgentemente una nueva estrategia para acercarse a las naciones del ALBA, trayéndolas de vuelta bajo el manto de la legitimidad internacional y ayudándolas a convertirse en mejores actores productivos en áreas de interés internacional.

Investigador del Consejo de Relaciones Exteriores en Washington, estudiando a Venezuela y el ALBA. Lo puedes ubicar en jhirst@cfr.org, www.twitter.com/joelhirst, www.joelhirst.com y su página pública en www.facebook.com

jueves, 28 de octubre de 2010

Sin miedo al pasado -Fernando Henrique Cardoso



Miércoles, 27 de octubre de 2010


Lula se olvidó de su responsabilidad y la de su partido por el temor que dio cuenta de los mercados en 2002 cuando fuimos obligados a pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional


El presidente Luiz Inácio Lula da Silva pasa por momentos de euforia que le hacen inventar enemigos y enunciar mentiras. Para ganar su guerra imaginaria, distorsiona lo ocurrido en el gobierno de su antecesor, se vanagloria en la comparación y sugiere que si ganara la oposición sería el caos.

Detrás de esas bravatas está el personalismo y el fantasma de la intolerancia: Sólo yo y los míos somos capaces de tanta gloria. Hubo quien dijo: "El estado soy yo". Lula diría: "Brasil soy yo". Ecos de un autoritarismo más apegado a la derecha.

Lamento que Lula se deje contaminar por impulsos tan toscos y peligrosos. El posee méritos de sobra para defender la candidatura que quiera. Dos pasos adelante en lo que fuera plantado por sus antecesores. ¿Para qué, entonces, bajar al nivel de la política del disimulo y la mentira?

La estrategia del petismo lulista es simple: destruir al enemigo principal, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y a Fernando Henrique Cardoso (mucha honra para un pobre marqués).

¿Por qué seríamos el enemigo principal? Porque podemos ganar las elecciones (presidenciales, en octubre).

ESTRATEGIA ANTE EL ENEMIGO

¿Cómo destruir al enemigo? Negando lo que éste haya hecho de bueno y apoderándose de todo lo que se haya heredado de él, como si siempre hubiera sido propio.

¿Dónde está la política más consciente y benéfica para todos? Esta escasea.

En la campaña habrá un lema -el gobierno del Partido de la Social-Democracia Brasileña (PSDB) fue "neoliberal"- y dos objetivos principales: la privatización de las empresas estatales y la supuesta inacción en el área social. Los datos dicen otra cosa.

Pero los datos, ahora bien, los datos... Lo que importa es repetir la versión conveniente. Hace tres semanas, Lula dijo que recibió un país estancado, sin plan de desarrollo.

Se olvidó de la estabilidad de la moneda, de la ley de responsabilidad fiscal, de la recuperación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, de la modernización de Petrobrás, que triplicó su producción desde el fin del monopolio y, presionada por la competencia y beneficiada por la flexibilidad, llegó al descubrimiento del manto presalino.

Se olvidó del fortalecimiento del Banco de Brasil, capitalizado con más de 6.000 millones de reales y, junto con la Caja Económica, liberado de la politiquería y recuperado para la ejecución de las políticas del Estado.

Se olvidó de las inversiones del programa Brasil Avanza que, con menos alarde y más eficiencia que el Programa de Aceleración del Crecimiento, permitió concluir un número mayor de obras esenciales para el país.

Se olvidó de las ganancias que representó para el pueblo brasileño la privatización del sistema Telebrás, con la democratización del acceso a Internet y a la telefonía celular, del hecho de que Vale privatizada le paga al gobierno más impuestos de lo que éste llegó a recibir en dividendos cuando esa empresa era estatal; de que Embraer, actual orgullo nacional, sólo pudo dar el salto después de ser privatizada, de que esas empresas continúan en manos brasileñas, generando empleos y desarrollo para el país.

Se olvidó de que el país pagó un costo muy alto por los años de "bravatas" del Partido de los Trabajadores y de él mismo.

Se olvidó de su responsabilidad y la de su partido por el temor que dio cuenta de los mercados en 2002 cuando fuimos obligados a pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional -con el aval de Lula, hay que decirlo- para que hubiera un colchón de reserva para el gobierno siguiente.

Se olvidó de que fue ese temor lo que atizó la inflación y obligó a su gobierno a elevar por las nubes el superávit primario y las tasas de interés en 2003, para comprar la confianza de los mercados, incluso en contra de todo lo que habían pregonado él y su partido en años anteriores.

CAE EL ESPANTAPAJAROS

Son innumerables los ejemplos para desmontar el espantapájaros petista sobre el supuesto "neoliberalismo" del PSDB. Algunos ejemplos vienen del mismo campo petista. Vean lo que dice el actual presidente del partido, José Eduardo Dutra, ex presidente de Petrobrás, citado por Adriano Pires en Brasil Económico en su edición del 13 de enero de 2010.

"Si yo regresara al parlamento y hubiera una enmienda que propusiera la situación anterior (el monopolio), votaría en contra. Cuando se rompió el monopolio, Petrobrás producía 600,000 barriles al día y tenía 6 millones de barriles en reservas. Diez años después, produce 1.8 millones de barriles al día y tiene reservas por 13,000 millones. Venció la realidad, que muchas veces es muy diferente de la idealización que se hace de ella".

El otro objeto de la distorsión petista se refiere a la insensibilidad social de quien supuestamente sólo se preocupó de la economía. Los hechos son diferentes: con el real, la población pobre disminuyó en 35 por ciento para ser 28 por ciento del total.

MENOS POBREZA

La pobreza siguió reduciéndose, con algunas oscilaciones, hasta llegar a 18 por ciento en 2007, fruto del efecto acumulado de las políticas sociales y económicas, entre ellas el aumento del salario mínimo. De 1995 a 2002 hubo un aumento real de 47.4 por ciento; de 2003 a 2009, de 49.5 por ciento. El rendimiento medio mensual de los trabajadores, descontada la inflación, no creció espectacularmente en el período, salvo de 1993 a 1997, cuando saltó de 800 reales hasta aproximadamente 1,200 reales. Hoy se encuentra por debajo del nivel alcanzado en los años iniciales del Plan Real.

Por último, los programas de transferencia directa de renta (hoy Bolsa Familiar), que son presentados como una exclusiva de este gobierno. La verdad es que éstos empezaron en un municipio (Campinas) y en el Distrito Federal, se extendieron hacia los estados (Goiás) y lograron alcance nacional durante mi gobierno. La Bolsa Escolar llegó a cerca de 5 millones de familias, a las cuales el gobierno actual agregó otros 6 millones, ya con el nombre de Bolsa Familiar, englobando en uno solo los programas anteriores.

Es mentira, pues, decir que el PSDB "no contempló lo social".

No sólo vio sino que hizo mucho en esa área: El Sistema Unico de Salud saltó del papel a la realidad; el programa del SIDA se convirtió en referencia mundial; viabilizamos los medicamentos genéricos sin temor a las multinacionales; los equipos de Salud de la Familia, poco más de 300 en 1994, se convirtieron en 16,000 en 2002; el programa Todos los Niños a la Escuela llevó la enseñanza fundamental casi al 100 por ciento de los niños de 7 a 14 años de edad. Fue también el gobierno del PSDB el que puso en práctica la política que hoy ayuda a más de 3 millones de ancianos y discapacitados (en 1996 eran apenas 300,000).

Las elecciones no se ganan con retrovisor. El elector vota por quien confía y le abre un horizonte de esperanzas. Pero si el lulismo quisiera comparar sin mentir ni descontextualizar, bienvenida la lucha. No hay nada que temer.

(*) Fernando Henrique Cardoso, sociólogo y escritor, fue presidente de Brasil del 1º de enero de 1995 al 1º de enero de 2003

viernes, 22 de octubre de 2010

Estados Unidos se mantendrá vigilante de los acuerdos firmados entre Venezuela e Irán


Estados Unidos se mantendrá vigilante de los acuerdos firmados entre Venezuela e Irán para constatar si estos violan las sanciones contra Teherán, afirmó este jueves el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.

“Estaremos atentos para constatar si estos acuerdos llegan a algo, y si lo hacen, de si constituyen una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y las sanciones contra Irán”, indicó Crowley a periodistas.

“Es difícil para mí poder ver la actual gira que adelanta el presidente Chávez como constructiva”
El mandatario venezolano, Hugo Chávez, firmó el miércoles en Teherán con su homólogo iraní, Mahmud Ahmadinejad, una serie de memorandos de acuerdos, sobre todo para avanzar en la coperación bilateral en materia energética.

El portavoz indicó que Washington no ha podido conocer aún los detalles de los acuerdos, que según información de Teherán incluyen la creación de una compañía petrolera común, la participación de la estatal Petróleos de Venezuela en un yacimiento de gas iraní y la construcción de una refinería en Siria.

“Venezuela como todos los países tiene claras responsabilidades”, dijo Crowley.

“Es difícil para mí poder ver la actual gira que adelanta el presidente Chávez como constructiva”, subrayó.

La gira de Chávez por Asia y Medio Oriente lo ha llevado a países antagónicos de Washington, como Irán, Siria y Belarús.

En Rusia, Chávez firmó un acuerdo con el presidente ruso, Dimitri Medvedev, para construir una central nuclear en Venezuela, una iniciativa que fue recibida con recelo por Estados Unidos.

“Venezuela tiene derecho a procurar energía nuclear civil pero también tiene la responsabilidad de asegurar que cualquier programa nuclear no represente un riesgo de proliferación”, dijo Crowley.

El portavoz afirmó que Washington sigue buscando maneras de “bajar la tensión en la relación bilateral” con Venezuela.

domingo, 17 de octubre de 2010

ENTREVISTA: Arnaldo Otegi, líder de la izquierda 'abertzale'


"La estrategia independentista es incompatible con la violencia armada"
El dirigente abertzale responde desde la cárcel a las preguntas de EL PAÍS
JOHN CARLIN 17/10/2010
Especial: El alto el fuego de ETA Comenta la entrevista en Eskup
El líder de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi considera que el recurso a la violencia armada es incompatible con la estrategia independentista. En sus respuestas a un extenso cuestionario, Otegi rechaza la violencia como instrumento de presión política; pide a ETA que declare un alto al fuego "unilateral, permanente y verificable"; rechaza la extorsión a los empresarios vascos; se desmarca de la kale borroka y expresa su convicción de que para lograr el objetivo de la independencia vasca sólo existe un camino "irreversible": el de la paz y la democracia. "Las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca". Y en caso de atentado de ETA, afirma que la izquierda abertzale se opondría, pero no habla de condena.
"Las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca"
Si ETA matara mañana, ¿Batasuna lo condenaría? "Si tales hechos sucedieran, la izquierda 'abertzale' se opondría"
¿Qué le diría a la dirección de ETA? "Que decrete una tregua unilateral, permanente y verificable"
¿Y el 'impuesto revolucionario'? "Son hechos que deben desaparecer. Nadie puede ser indiferente"
"Coincidimos con ETA solamente en los objetivos estratégicos: la independencia y el socialismo"
"La liberación de los presos sólo es posible en un escenario de fin definitivo de la lucha armada de ETA"
"Nuestra posición respecto a una solución pacífica y democrática del conflicto es irreversible"
El dirigente abertzale contesta desde la cárcel de Navalcarnero (Madrid). Está preso desde el 16 de octubre de 2009, imputado por intentar reorganizar la cúpula directiva de la ilegalizada Batasuna. Afirma que el atentado de ETA en la Terminal 4 de Barajas que acabó con la vida de dos personas -y a su vez con el proceso de negociaciones iniciado con el Gobierno en 2006-, le provocó "angustia y decepción". Pero al mismo tiempo, se niega a contestar la pregunta que le ofrece la posibilidad de hacer una condena retrospectiva al terrorismo de ETA, como tampoco responde cuando se le interpela por el dirigente etarra Josu Ternera o al ser interrogado sobre sus antiguos cometidos en ETA. De las 52 preguntas formuladas, responde a 46.
En sus contestaciones explica que el movimiento que lidera ha vivido un proceso de "maduración" y que si se hubiera llegado con anterioridad a la posición actual de rechazo unilateral de la violencia, sin precondiciones, es "muy probable" que "el proceso de paz" iniciado en 2006 no hubiera fracasado. En esta línea, sostiene: "La decisión (de ETA) de suspensión temporal o definitiva de su lucha armada no debe ni puede estar sujeta a la existencia de acuerdos de naturaleza política".
Las respuestas de Otegi se obtuvieron a través de un cuestionario que se le hizo llegar y que él contestó por escrito a EL PAÍS. Con anterioridad, este diario intentó dos veces conseguir una entrevista cara a cara en la cárcel con él, pero en ambos casos fue denegada por el Ministerio del Interior. Otro intento de entrevistar a Otegi antes de que fuera hecho preso fue rechazado por la cúpula de la izquierda abertzale. La entrevista a Otegi se produce en un momento en el que la izquierda abertzale ha pedido a ETA el "abandono definitivo de las armas", lo que ha alimentado la percepción -especialmente dentro del País Vasco- de que el entorno político tradicional de ETA ha decidido poner punto final a la violencia.
En la entrevista, Otegi admite haber "influido" en decisiones de la banda "que permitan abrir una nueva fase con la desaparición de la violencia política y la consolidación de un escenario de diálogo y negociación hacia soluciones definitivas". "Nuestra coincidencia con ETA", agrega, "se limita exclusivamente a compartir objetivos estratégicos: la independencia y el socialismo para Euskal Herria".
Otegi, que considera su estancia en la cárcel como una cuestión no judicial sino de "persecución", opina que tanto el PSOE como el PP están en contra de la participación de la izquierda abertzale en las elecciones del País Vasco, el año que viene, para impedir la llegada al poder "de un bloque popular mayoritario" nacionalista.
Pregunta. ¿Habla en nombre suyo o como dirigente de la llamada izquierda abertzale?
Respuesta. Respondo a sus preguntas desde una cárcel española, como miembro de la dirección de la izquierda abertzale y, por tanto, le traslado mi posición en el marco y en consonancia con las conclusiones de nuestro debate interno y de los compromisos adquiridos tanto con la comunidad internacional como con diferentes agentes políticos, sociales y sindicales de Euskal Herria.
P. ¿Por qué siempre ha justificado la violencia terrorista de ETA?
R. Mi posición y la del conjunto de la izquierda abertzale ha sido la consecuencia lógica de entender que la existencia y persistencia de la violencia política en nuestro país obedece a razones de estricta naturaleza política. Sin querer de ningún modo trazar paralelismos, en términos absolutos nuestra posición ha sido similar a la mantenida durante décadas por el Sinn Féin en Irlanda o por el propio Nelson Mandela en Sudáfrica. Lo que ha caracterizado a nuestra posición en este tema ha sido la insistencia en la necesidad de superación definitiva de la violencia y el conflicto político a través del diálogo y la negociación. Nuestro compromiso ha sido y es sincero: las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca.
P. ¿Rechaza usted las extorsiones a empresarios, el denominado impuesto revolucionario?
R. Son hechos que deben desaparecer. Toda amenaza y persecución por motivaciones políticas, toda vulneración de derechos tiene que desaparecer. Y en ese objetivo nadie puede ser indiferente ni sentirse interpelado. Yo tampoco.
P. ¿Cree usted que matar a un guardia civil o a un concejal es el camino para lograr la independencia de Euskal Herria?
R. No existe más camino hacia la independencia que el que se desarrolle por vías pacíficas y democráticas. No contemplamos compatible con la estrategia independentista el recurso a la violencia armada. Esa es una de las conclusiones a la que hemos llegado y la expresamos sin ambigüedades. Dicho esto, espero y deseo que el pueblo español, sus poderes públicos, sus agentes sociales, políticos, su Gobierno, acepten con la misma rotundidad que la utilización de la coacción, tortura, ilegalización de partidos, cierre de medios de comunicación... no pueden ni deben formar parte de su estrategia para tratar de impedir el proyecto independentista.
P. ¿Si ETA matara mañana, lo condenaría? ¿Y el resto de Batasuna?
R. Usted me plantea una hipótesis para mí imposible, o altamente improbable por cuanto ETA ha anunciado el cese de sus acciones armadas, pero no quiero eludir la pregunta. Si tales hechos sucedieran, la izquierda abertzale, en virtud de su propia reflexión y de los compromisos adquiridos con la comunidad internacional y en aplicación de los Principios Mitchell, se opondría a tales hechos. El desmarque realizado por la izquierda abertzale ante supuestos hechos de la kale borroka determina con claridad ese compromiso por las vías políticas y democráticas.
P. ¿Por qué no la ha condenado ya?
(Sin respuesta).
P. ¿Por qué no lo hace antes de que muera alguien?
(Sin respuesta).
P. ¿Por qué no se pudo llegar a ese punto hace 3, 4, 5 años?
R. Mantener una posición autocrítica permanente en torno a la estrategia es una de nuestras señas de identidad como organización política. Nuestras actuales posiciones son fruto de un largo proceso de maduración que no ha estado ni está exento de complicaciones. El cambio demuestra la madurez de nuestra amplia base social, que ha sabido hacerlo en condiciones extremas y sin renuncia alguna a lo que hemos sido y somos, a nuestros principios y a nuestros objetivos. Si este cambio pudo haber sido posible o no hace 4 o 5 años puede ser objeto de interpretaciones diversas, lo importante es que se ha producido a pesar de que poderosos agentes en el Estado han tratado de impedirlo a través de la represión; nuestro encarcelamiento no tenía otro objetivo. Pues bien, no lo han conseguido.
P. ¿Por qué se ha de confiar en ustedes o en ETA después de lo ocurrido en la T-4 y después de tantas treguas fallidas?
R. Quiero manifestarle que somos receptivos y respetuosos con los sectores que se manifiestan "escépticos" sobre la sinceridad de nuestras posiciones y lo hacen desde la buena fe, pero somos especialmente críticos con otros sectores, especialmente de la clase política, que utilizan el escepticismo como supuesto argumento para mantenerse en posiciones absolutamente "inmovilistas" porque se encuentran cómodos en la actual situación de bloqueo. Bien, todos tenemos razones para desconfiar de nuestros adversarios, para desconfiar de sus intenciones presentes o futuras. Pero necesitamos avanzar. Frente a esta realidad de desconfianza multidireccional hemos adoptado una posición de principio que nos permite avanzar: el adoptar decisiones y desarrollarlas de forma unilateral depositando en nuestro pueblo y en la comunidad internacional la confianza y garantía única de la evolución del proceso democrático. El proceso democrático en esta fase no depende, pues, de la existencia de compromisos previos, ni de la confianza en determinado Gobierno. Hemos dado por absolutamente superado ese esquema. Es evidente que en fases más avanzadas el proceso exigirá de dinámicas, acuerdos y compromisos de carácter multilateral, pero solo alcanzaremos esa fase si somos capaces de generar las condiciones necesarias desde la movilización de la sociedad, la complicidad de la comunidad internacional por una solución democrática y la materialización de gestos y acciones de carácter unilateral.
P. ¿Es usted de los que consideran que la lucha armada de ETA no tiene futuro? ¿Cuándo llegó a esa conclusión?
R. Quiero plantear mi respuesta en dos ámbitos diferenciados. En primer lugar, si hablamos del futuro en términos estrictamente operativos, creo que ETA podría seguir prolongando su actividad armada, con mayor o menor intensidad, durante muchos años, manteniéndola además con un cierto apoyo social. Esa organización ha demostrado a lo largo de cincuenta años que es capaz de regenerarse y mantenerse operativa a pesar de la represión que se ejerce sobre ella. No estamos pues frente a una organización que haya sido derrotada policialmente.
En el ámbito político, sin embargo, y es un fenómeno que se da a escala internacional, se observa con claridad el tránsito de la gran mayoría de organizaciones de carácter político-militar, con identidades y naturalezas socialistas y transformadoras, desde posiciones insurgentes a posiciones de carácter y estrategias democrático-populares. Bolivia, El Salvador, Nicaragua, Uruguay son un buen ejemplo de lo que digo. En definitiva, creo que una estrategia eficaz para la consecución de nuestros objetivos debe descansar sobre nuestra capacidad exclusiva de seducción democrática. La izquierda abertzale (...) lo ha interiorizado así, y lo ha puesto blanco sobre negro en su documento de conclusiones. (...) No es sustancial el conocer cuándo llegué yo a dicha conclusión, lo relevante para el futuro es que nuestras bases de manera abrumadora la han hecho suya en el debate que acabamos de realizar.
P. ¿En qué ha cambiado desde su discurso de Anoeta su percepción sobre la posibilidad de superación de la violencia?
R. Mis convicciones son hoy más sólidas de las que eran entonces. Créame si le digo una cosa con absoluta certeza y rotundidad: si el debate que hemos realizado ahora se hubiera realizado con anterioridad a la declaración de Anoeta es muy probable que el proceso de paz anterior no se habría frustrado.
P. ¿Cree que ETA estará alguna vez dispuesta a dejar de matar sin contrapartidas políticas?
R. Desde la declaración de Lizarra-Garazi y con mayor claridad desde la declaración de Anoeta -que ha vuelto a ser aceptada por ETA en su reciente entrevista- el ámbito para la negociación y el acuerdo político corresponde en exclusividad a las formaciones políticas. A ETA le corresponde alcanzar acuerdos en el ámbito de las consecuencias del conflicto: presos, víctimas, desmilitari-zación... La decisión de suspensión temporal o definitiva de su lucha armada no deben ni pueden estar sujetas a la existencia de acuerdos de naturaleza política entre fuerzas políticas, aunque es evidente que un clima de diálogo incluyente, junto con medidas perfectamente aplicables desde el respeto a la legalidad (presos enfermos, libertad de los presos que han cumplido sus condenas...), favorecerían indudablemente la toma de decisiones por parte de ETA.
P. ¿Están ustedes presionando a ETA para que declare un fin definitivo y también irreversible a la violencia?
R. Créame si le digo que ETA no es una organización que adopte sus decisiones en función de la mucha o poca presión a la que se le someta. En cualquier caso puedo confirmarle que llevamos años utilizando nuestro pensamiento político para influir en decisiones que permitan abrir una nueva fase con la desaparición de la violencia política y la consolidación de un escenario de diálogo y negociación hacia soluciones definitivas.
P. Tras el fracaso de ese proceso, el actual Gobierno ve imposible reanudar una negociación si no se produce antes un abandono definitivo de la violencia ¿Cree que hay otra alternativa?
R. Me parece que situar el escenario final como punto de partida no nos permite avanzar. Pienso no obstante que esa petición puede estar motivada por las frustraciones habidas en procesos anteriores. En este sentido, creo que la garantía para superar los graves errores cometidos -por todos- pudiera encontrarse en el compromiso con los Principios Mitchell y en una adecuada monitorización del conjunto del proceso por parte de agentes internacionales que cuenten con la confianza de todas las partes.
P. ¿En qué puede haber cambiado la actual dirección de ETA para que sea diferente de otras que también hablaron de tregua y acabaron matando?
R. Fundamentalmente en que existe un mandato de las bases de la izquierda abertzale que no admite ambigüedades y que debe ser asentido.
P. ¿Qué propósito tiene ETA en proponer la mediación de figuras internacionales? ¿Están al tanto esas figuras? ¿Comparte usted el plan? ¿Qué ventajas le ve?
(Sin respuesta).
P. ¿Qué le diría ahora a la dirección de ETA si estuviera frente a ella?
R. Que decrete una tregua unilateral, permanente y verificable por la comunidad internacional, siendo coherente con la caracterización unilateral de esta fase del proceso, y haciéndose eco tanto de la petición expresada por la declaración de Bruselas como la expresada y suscrita por el conjunto de organizaciones de la izquierda abertzale con otras fuerzas políticas, sociales y sindicales.
P. ¿Cuál es el calendario concreto que usted augura en estos momentos para ETA? ¿Y para la llamada izquierda abertzale?
R. Estamos al inicio del camino, para nosotros, los objetivos en esta primera fase, paralelamente a la progresiva articulación del espacio independentista, son los recogidos en la declaración de Gernika, que consistirían en alcanzar un escenario de no violencia con garantías y normalización política progresiva, que permitiría al proceso entrar en una fase de diálogo y negociación hacia acuerdos políticos.
P. Los presos de ETA ¿son considerados parte legítima de ETA, con voz en las decisiones, por los que siguen libres?
R. No soy militante de ETA, no puedo responder a su pregunta.
P. Si ETA anunciara el fin definitivo de la violencia, ¿cuál cree que debiera ser en el futuro la salida para los presos de la organización? ¿Establecería diferencias entre aquellos con delitos de sangre y los que no? ¿Cuáles?
R. La salida del conjunto de presas y presos políticos vascos debe encauzarse en el contexto del desarrollo de un proceso de diálogo y negociación. Es prematuro hacer conjeturas o introducir matices al respecto en la actual fase. Sin embargo, y en mi opinión, cualquier acuerdo en torno a la salida escalonada de los presos y las presas debe ser abordado sin más demora por parte de ETA y del Gobierno. En este sentido, me parece reseñable el que ETA en su última entrevista manifieste su disposición a abordar este tema con urgencia y sin condicionarlo a la existencia o no de acuerdos políticos de carácter resolutivo. El Gobierno debería explorar esta disposición exigiendo las garantías que estime oportunas; eso nos acercaría a un escenario de soluciones sin lugar a dudas.
P. ¿Por qué habrían de aceptar las víctimas de ETA la salida de la cárcel de los asesinos de sus familiares?
R. Siempre hemos manifestado nuestro respeto por las opiniones de las víctimas, que queremos volver a reseñar existen en todas las partes. Sus opiniones, sus preocupaciones, sus miedos... deben ser escuchados, atendidos y resarcidos en la medida de nuestras posibilidades. Desde el mutuo reconocimiento y el respeto debemos ser capaces, sin que quepa el olvido, de construir un futuro mejor para las siguientes generaciones tanto de Euskal Herria como del conjunto del Estado español.
P. ¿Qué les diría a las víctimas de los atentados que usted no ha condenado para que confiasen en sus palabras?
R. Creo que en este momento el que yo me propusiera ganarme la confianza de esas personas con palabras y gestos no sería un objetivo plausible. Me limitaré a señalarles que en el acuerdo suscrito en Gernika se recoge "la necesidad del reconocimiento, reconciliación y reparación de todas las víctimas". En esa dirección estamos dispuestos a recorrer el camino que sea necesario.
P. ¿Qué es ETA hoy para usted? ¿Cómo la definiría?
R. En la actualidad, ETA es la organización que ha suspendido sus acciones armadas, que está dispuesta a declarar un alto el fuego permanente y verificable, que expresa su voluntad de superación definitiva de la violencia y renuncia a cualquier injerencia en el desarrollo de las conversaciones que desarrollen los agentes políticos, y que se compromete a respetar los acuerdos que se alcancen.
P. ¿Cuál es el vínculo de la izquierda abertzale con ETA?
R. No existen vínculos de carácter orgánico, si es a eso a lo que se refiere
P. Dirigentes de la izquierda abertzale aseguran que ya no hay interlocución directa, que no hay conexión directa entre ETA y la izquierda abertzale. ¿Es cierto? ¿Cuándo y por qué se produjo ese distanciamiento, esa separación?
R. La izquierda independentista contemporánea surge durante el franquismo de la mano del nacimiento de ETA como organización antifascista y abertzale. Nuestra coincidencia con ETA se limita exclusivamente a compartir objetivos estratégicos: la independencia y el socialismo para Euskal Herria
P. ¿Qué opina de la kale borroka? ¿Tienen los dirigentes de la izquierda abertzale capacidad y autoridad para controlarla?
R. (...) La posición de la izquierda abertzale es coherente con la estrategia política que ha adoptado y así ese tipo de actos no solo se sitúan fuera de la estrategia y la reflexión que han decidido las bases de la izquierda abertzale, sino que van directamente en su contra y, por tanto, merecen el rechazo en términos políticos.
P. ¿Cree factible una ruptura definitiva entre ETA y la llamada izquierda abertzale? ¿Se puede convertir ETA en una especie de "Real IRA" disidente, marginada y condenada por el resto de la izquierda abertzale?
R. Tengo la impresión y constancia de que existen en el Estado sectores poderosos que apuestan decididamente por un escenario de mantenimiento de la violencia armada -lo más residual posible-, acompañado de nuestro distanciamiento definitivo de la misma, por encima de un escenario de superación integral de la misma. Esto es, la versión española de los "securócratas" británicos. La hipótesis de una "ETA-Auténtica" es altamente improbable, por no decir imposible. No contemplamos ese escenario y nuestro esfuerzo está encaminado hacia una superación justa, estable y democrática del conflicto en términos globales.
P. La nueva postura de la izquierda abertzale es vista como un simple movimiento táctico para conseguir la legalización y presentarse a las elecciones ¿Por qué se ha de pensar lo contrario?
R. (...) Mire, quienes están realmente obsesionados con las próximas elecciones son, fundamentalmente -también hay otros-, el PSOE y el PP, que consideran nuestra presencia o no en las mismas, los unos, como la prueba del algodón de la existencia o no de negociaciones, y los otros, como el ejercicio que hacen de exhibir "músculo" frente al PP. Permítame reseñarle que la única y verdadera razón para intentar no legalizarnos e impedir nuestra presencia en las elecciones es sencillamente porque nuestra sola presencia en los comicios provocaría el derrumbe y caída como un castillo de naipes de toda la realidad virtual que se ha construido en torno al "cambio" en la comunidad autónoma vasca. Simplemente porque volvería a quedar en evidencia una vez más la existencia de un bloque popular mayoritario en claves nacionales vascas y autodeterministas. Además, nuestra fortaleza electoral volvería a demostrar la absoluta falsedad de las soflamas en torno a una supuesta debilidad o incluso derrota política. Así que el avestruz prefiere seguir con su cabeza bajo tierra. La izquierda abertzale no ha renovado su apuesta pensando en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones.
P. ¿Si no consiguen la legalización, no están condenados a desaparecer?
R. Rotundamente no, y la prueba más evidente es que tras largos años de persecución, detenciones e ilegalizaciones hoy seguimos estando no solo presentes sino que además estamos marcando, en buena medida, la agenda política de nuestro país.
P. ¿No deberían incorporar en sus estatutos una condena expresa a la violencia terrorista de ETA para ser creíbles si quieren concurrir a las elecciones?
R. En primer lugar, señalar que nuestra apuesta busca un escenario donde tal condena o similar no sea necesaria por la desaparición de la violencia política. Y dicho eso, a la izquierda abertzale se le deben exigir exactamente las mismas garantías y condiciones que a cualquier otra formación política a la hora de registrarnos como partido o movimiento político. Si no es así, seguiremos siendo víctimas de la aplicación arbitraria y antidemocrática de auténticas leyes de excepción. En este sentido, y como anécdota, le citaré cómo Eduardo Punset, en su libro El poder de la mente, manifiesta su asombro con ciertos sectores políticos en España que van exigiendo a otros el carné de demócrata cuando ellos jamás lo han sido.
P. ¿Sus palabras en busca de una solución política pacífica al problema vasco son irreversibles? ¿O existen hipotéticas circunstancias en las cuales volvería usted a apoyar la violencia como instrumento político?
R. Nuestra posición con respecto a una solución pacífica y democrática del conflicto es irreversible y no contemplamos ningún horizonte ni hipotéticas circunstancias que vayan a hacer variar esta posición.
P. ¿Qué pensó y qué hizo al conocer el atentado de la T-4? ¿Llamó a sus interlocutores de Loiola? ¿Qué les dijo?
R. Lo primero que hice es interesarme por conocer si se habían producido daños de carácter personal como consecuencia del atentado, cosa que desgraciadamente se confirmó. A continuación pensé que años de esfuerzo por abrir vías de solución dialogadas al conflicto habían sido desaprovechadas otra vez. Compartí, creo, con el conjunto de la sociedad vasca y española un sentimiento de angustia y decepción. Aquella misma mañana me reuní con Jesús Eguiguren , ambos estábamos realmente impactados con la noticia. Intenté convencerle -creo que en vano- de que debíamos hacer algo para intentar salvar el proceso de diálogo, le insistí en que no debíamos tirar la toalla y me comprometí a hacer algún gesto por nuestra parte. Al día siguiente, en rueda de prensa exigimos a ETA que volviera a la situación de tregua permanente. ETA lo aceptó, pero a esas alturas el nivel de confianza mutuo que tanto esfuerzo nos había costado alcanzar estaba roto.
P. ¿Cuál fue su papel en la anterior negociación?
R. Fui yo el que, a nivel personal, inició los contactos informales con diferentes personas cercanas al PSOE, en un momento en el que ni siquiera podíamos atisbar que podríamos alcanzar algún día un escenario de diálogo y negociación a nivel oficial y público. Aquellos contactos que duraron años nos permitieron estar preparados para cuando la oportunidad se produjese. En las conversaciones y negociaciones de Loiola o Ginebra fui el responsable de la delegación por parte la izquierda abertzale.
P. Tras el tiempo transcurrido, ¿cuál cree que fue la clave de la ruptura del proceso?
R. Existen diferentes claves para entender el fracaso (relativo en cualquier caso, puesto que, por ejemplo, nuestra posición actual no puede entenderse sin tener en cuenta la profunda autocrítica que hemos hecho en torno a nuestra posición y actitud en el proceso de diálogo), como el deterioro de las confianzas, los incumplimientos de los acuerdos -incluido mi encarcelamiento, por ejemplo- o la prohibición de manifestaciones de la mano de la Audiencia Nacional, hecho que no es casual. Y que se ha vuelto a repetir ahora. Sin embargo, la clave fundamental es que el Gobierno, y en buena medida ETA, se manejaban frente a las dificultades inherentes a todo proceso de diálogo y negociación con un esquema que pivotaba en la creencia que la amenaza de la represión o de la reanulación de los atentados eran una fórmula eficaz para hacer variar las posiciones de la otra parte y desbloquear los atascos que se producían a la hora de llegar a acuerdos. Este esquema ha demostrado que lejos de solucionar los bloqueos no hace sino provocar bloqueos mayores, enquistando las diferencias en lugar de superarlas. Este esquema no sirve para avanzar, y desde nuestro punto de vista es un esquema superado y que no debe ser utilizado por ninguna de las partes.
P. Se han publicado numerosas informaciones sobre su militancia en ETA. ¿Cuál ha sido o fue su cometido dentro de la organización?
(Sin respuesta).
R. ¿Qué cosas cambiaría en su vida?
(Sin respuesta).
P. Está usted en la cárcel y una mayoría le considera un extremista incapaz de apostar por la paz y condenar a los violentos ¿No ha pensado en abandonar la política, la vida pública?
R. No me considero una persona "extremista"; esta etiqueta ha sido fabricada por determinados medios de comunicación que beben de fuentes muy próximas a los servicios policiales y de la inteligencia españolas. Le aseguro que quienes han compartido conmigo tareas políticas de diversa índole a nivel nacional o internacional no comparten de ningún modo esa afirmación. Por otro lado, le aseguro que nunca he pensado abandonar mi compromiso militante, que me acompañará hasta el final de mis días.
P. ¿Cree que volverá a la política democrática, a sentarse en el Parlamento vasco alguna vez?
R. Sin lugar a dudas, y déjeme hacerle una predicción: me sentaré en la bancada del grupo mayoritario en la Cámara, el de los independentistas de izquierda. Esto sucederá probablemente más tarde de lo que nosotros desearíamos, pero mucho antes de lo que desearían nuestros adversarios.
P. ¿Qué piensa de Josu Ternera?
(Sin respuesta)
P. ¿Y de Patxi López?
R. Patxi López es el lehendakari de la CAV y sabe que no representa a la mayoría social en esa comunidad. Es rehén del PP, y en parte del cargo institucional que ocupa. Quiero trasmitirle un mensaje: además de calificar de "insuficientes" nuestros pasos, que sea valiente y dé alguno, por muy insuficiente que sea; por ejemplo, que diga, como su compañero Montilla, que Euskal Herria es una nación y tiene derecho a decidir su futuro libre y democráticamente.
P. ¿Y de Eguiguren?
R. Jesús es una persona muy comprometida con la búsqueda de una solución justa y democrática al conflicto. Por encima de muchas diferencias, después de la larga e intensa relación que hemos mantenido siento aprecio por él. Cuando se alcance un escenario de solución, los que ahora le critican en su propio partido y mantienen una posición de "campeones de la firmeza" y quienes apostamos por una salida democrática nos sentaremos a charlar alrededor de un buen café.

martes, 12 de octubre de 2010

Un ágora para Venezuela

Vladimir Villegas


Martes, 12 de octubre de 2010


Tengo muy claro que el llamado a diálogo es un planteamiento que se estrella contra la realidad de la polarización, pero al menos le queda a uno el consuelo de no estar hablando en solitario



Tuve la oportunidad de participar junto a un grupo de compatriotas de diversas corrientes políticas venezolanas en el Àgora América Latina, evento realizado en Madrid, en el cual participaron representantes de toda la región bajo el lema “cien voces diferentes, un compromiso común”, un evento auspiciado por la Fundación Internacional para Iberoamérica de Políticas Públicas con el objetivo de fomentar el diálogo entre las voces latinoamericanas más diversas sobre los grandes temas de la política, la economía, la agenda social, la democracia y el rol de los medios de comunicación.

Fíjense que la diversidad ideológica y política de los participantes no fue un obstáculo sino un buen motivo para entrarle al debate de ideas, sin descalificaciones ni prejuicios, y con la plena disposición a escuchar los enfoques en torno a tantas preocupaciones comunes que tenemos con respecto al presente y al futuro de nuestros países, y, sobre todo, de nuestros ciudadanos.

Por Venezuela asistimos, entre otros, Leopolo López, Aurora Morales, Calixto Ortega, los recién electos diputados Marcos Figueroa y Hernán Núñez, la historiadora Margarita López Maya, Johan Perozo, ahora dedicado a las lides periodísticas, Jesús María Casal, de la UCAB y quien les escribe. De igual manera hubo representación diversa de las otras naciones de la región, incluida Cuba.

La discusión giró en torno a la necesidad de construir un nuevo relato para Latinoamérica, el rol del Estado y el mercado frente a la desigualdad, el liderazgo que se necesita en tiempos de cambio, el poder y los medios de comunicación social, y la cultura y la identidad en la región. Por supuesto que en tan corto tiempo es imposible abordar con toda profundidad la agenda pendiente en cada uno de nuestros países por separado y en conjunto, Pero la señal que se envía desde Âgora América Latina no puede ser màs clara, en cuanto a que el diálogo es el camino idóneo para encontrar las salidas que hoy por hoy lucen cerradas en medio de tantas dificultades.

Venezuela es el mejor ejemplo del no diálogo y de la pertinencia de crear espacios para que nuestras voces más diversas puedan intercambiar opiniones, enfoques, propuestas y experiencias. Tengo muy claro que el llamado a diálogo es un planteamiento que se estrella contra la realidad de la polarización, pero al menos le queda a uno el consuelo de no estar hablando en solitario, como los locos. Tanto en nuestro país como en otras naciones este planteamiento tiene pertinencia y más apoyo del que algunos creen.

Luego de las elecciones del pasado 26, el diálogo no es sólo pertinente sino urgente. El gobierno no puede seguir desconociendo la realidad política surgida de esos comicios. La mitad del país, poco más, poco menos, votó porque está desencantada, porque se siente excluida, porque reclama soluciones que no llegan y está hastiada de la prepotencia con la cual se conducen quienes hoy tienen el poder. Insistir en el camino de la confrontación, del no diálogo , del “se la calan o se van” es sumamente peligroso y termina siendo totalmente antidemocrático.

Ojalá en nuestro país pudiera convocarse un evento similar, sin otro ánimo que el de confrontarnos pero en el plano de las ideas, en el terreno de proyectos de país, de soluciones a problemas específicos como la inseguridad, la crisis habitacional o el deterioro de los servicios públicos. En principio, la nueva Asamblea Nacional debería ser uno de esos espacios. Pero en la bancada roja rojita, la que se va y la que llega sigue imperando el deseo de pasar aplanadora, de cambiar las reglas del juego para manejar el Parlamento como si no hubiera allí otros diputados nacidos del voto popular.

Pese a ese cuadro, insistimos en el diálogo. De la confrontación a ultranza sólo quedarán escombros de país.



hvil46@hotmail.com