martes, 20 de abril de 2010

La OEA comienza a preocupar a Hugo Chávez

Mientras Venezuela se hunde de la mano del "socialismo del Siglo XXI" que no puede disminuir la pobreza, Chile y Perú...

Emilio Cárdenas


Hace pocos días, en uno de sus habituales shows mediáticos, durante un Consejo de Ministros transmitido por la televisión venezolana, Hugo Chávez la emprendió -una vez más- contra el exitoso presidente del Perú, Alan García. La clásica retórica difamatoria apuntó también al Canciller peruano, José Antonio García Belaúnde, a quien Chávez acusó de ser “una pieza del imperio”.

¿Cuál fue el pecado de García Belaúnde? ¿O el del Perú? Haberse animado a afirmar, en el Consejo Permanente de la OEA, que Hugo Chávez ha sido “irresponsable al haber demonizado la integración comercial”, apuntando además que Chávez se dedicó a trabar el avance de los foros y reuniones regionales. Todo lo cual es meridianamente cierto. Chávez ha demonizado a las economías abiertas, predicando el aislacionismo.

Durante la misma reunión televisada, Hugo Chávez advirtió a sus partidarios que en la próxima Asamblea General de la OEA, que se celebrará en Lima, Perú, durante el mes de junio “se prepara una emboscada diplomática contra Venezuela”.

El caribeño no precisó cuales serían la estructura y el contenido de la “emboscada” que le quita el sueño. Conociendo el lamentable estado de la democracia venezolana, puede presumirse que sus fundados temores se relacionen con la posibilidad de que la OEA comience -de una buena vez- a señalar que el autoritario Chávez ha deformado la esencia democrática del gobierno de su país, a su gusto y paladar. Si eso empezara a suceder y Chávez no modificara sus actitudes, el final de la historia que preocupa a Chávez puede ser el aislamiento de Venezuela en la OEA o, peor aún, su eventual separación del organismo regional, a la manera de Cuba que continúa excluida del mismo.

Que la región comience a denunciar la verdad respecto de lo que sucede en Venezuela, saliendo de la mora que la afecta en ese capítulo, es un riesgo muy serio para Chávez, que podría estar -por ello- preparando biombos y escenarios, denunciando la “emboscada” a la que nos hemos referido. El tiempo dirá.

Cubanos entrometidos.

Mientras esto sucede, en Venezuela la oposición acaba de denunciar, por boca de Julio Borges, presidente del Partido Primero Justicia, que -disfrazados detrás de presuntos acuerdos de cooperación- muchos cubanos, lejos de cumplir funciones de asesoría, están ocupando cargos claves en Ministerios y organismos de la administración pública venezolana, incluyendo altas posiciones en el sector militar.

En una conferencia de prensa, Borges afirmó que la mayoría de los cubanos que están en Venezuela ya no son ni médicos, ni entrenadores deportivos, sino asesores que ejercen altos cargos, utilizando a manera de ejemplo el caso del cubano que insólitamente ocupa el cargo de Viceministro de Sanidad de Venezuela.

Para Borges, de los 35.000 cubanos que hay en Venezuela, sólo 15.000 son médicos o entrenadores deportivos. Otros creen que los cubanos en Venezuela superan ya los 50.000.

Ni Cuba, ni Venezuela, respondieron a la denuncia de Borges, lo que es muy sintomático. Desde el 2000 Cuba y Venezuela han suscripto nada menos que 175 acuerdos bilaterales, conformando así una multitud de cortinas de humo, detrás de las cuales los regímenes de Cuba y Venezuela parecen haberse integrado en el manejo del segundo de esos países. El analista Carlos Romero, de la Universidad Central de Venezuela, ha denunciado, pública y explícitamente, la presencia de cubanos en los más altos niveles del Ministerio de Electricidad venezolano, de Petróleos de Venezuela SA, del Servicio Bolivariano de Inteligencia, del Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería, del Banco Central de Venezuela, y hasta del “Fuerte Tiuna”, la guarnición militar más importante del país, emplazada en Caracas, donde presta servicios el General de Brigada cubano, Frank Yánez, que encabeza un grupo de 20 altos oficiales militares cubanos, con capacidad de mando.

La contracara del crecimiento.

En contrapartida el Perú, contra el que dirige sus dardos Hugo Chávez, sigue creciendo. La fórmula de Alan García es simple: “ser como Chile”.

Esto quiere decir estructurar una economía abierta al comercio internacional y a la inversión extranjera.

En el 2009 Perú fue el tercer destino de las inversiones mineras en el mundo, superando hasta a los Estados Unidos. Detrás de Canadá y Australia, Perú recibió el 25% de la inversión minera en América Latina, que fue del orden de los 2.000 millones de dólares, lo que equivale al 7% de la inversión minera total en el mundo.

En paralelo, las exportaciones peruanas también siguen creciendo. En febrero pasado ellas aumentaron por quinto mes consecutivo. Comparadas con las de febrero de 2009, crecieron un fabuloso 42%.

Los rubros que registraron mayores incrementos fueron el petróleo crudo, los productos agrícolas, el zinc, el cobre, y los derivados del petróleo. En todos los casos, esas exportaciones reciben el “viento a favor” del aumento generalizado de los precios de las materias primas al que estamos asistiendo.

Las exportaciones a Asia crecieron un 61%. Las que concretamente fueron al Japón, aumentaron un 282% y las que tuvieron por destino a la cada vez más floreciente Corea del Sur, un 196%.

A modo de conclusión.

La moraleja de esta historia parece clara. Mientras Venezuela se hunde de la mano del “socialismo del Siglo XXI” que no puede disminuir la pobreza, Chile y Perú, con un modelo económico abierto están sacando a muchos de sus ciudadanos del inhumano pantano de la miseria. Esto es ya tan visible, que ni las bravatas o engaños de Hugo Chávez pueden disimularlo.

De allí sus temores a lo que llama “la emboscada de Lima”. No hay tal cosa. Lo que sucede es que lo que está “emboscando” al caribeño es nada menos que la realidad. La verdad, entonces, que deja al desnudo su previsible (e inevitable) fracaso.

Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

No hay comentarios: