sábado, 16 de enero de 2010

EDUARDO FREI Candidato presidencial de la Concertación


"La Concertación tiene que hacer una renovación generacional"
J. MARIRRODRIGA / M. DÉLANO 16/01/2010

Satisfecho y muy confiado tras su espectacular remontada en las encuestas, Eduardo Frei (Santiago de Chile, 1942) considera que su rival, Sebastián Piñera, al ser un hombre de negocios tendrá conflictos de intereses de llegar a la presidencia. El ex presidente chileno, que confía en volver a ocupar el Palacio de La Moneda tras las elecciones de mañana, recibe a EL PAÍS en su domicilio de Santiago, donde asegura que derogará la Ley de Amnistía que deja impunes crímenes de la dictadura militar.


"El reto de Piñera es crear la nueva derecha"

Eduardo Frei Ruiz-Tagle


Pregunta. ¿La Concertación sigue teniendo sentido 20 años después, con la democracia asentada y Pinochet fallecido?

Respuesta. Chile ha tenido históricamente un movimiento de centro-izquierda muy fuerte. Y uno de los grandes éxitos de la Concertación ha sido saber construir ese movimiento. Eso sí, tiene que modernizarse y hacerse más transparente. Pero sobre todo tiene que hacer una renovación generacional. Igual que la presidenta Bachelet ha implantado la paridad de género, nosotros tenemos que hacer un proceso especial para incorporar a gente de 30, 35 y 40 años para que asuman responsabilidades.

P. ¿Y usted, que ya ha ocupado el cargo, por qué vuelve?

R. Tomé la decisión en un momento que veía una coalición cansada, muchas veces con pesadumbre, que creía que iba a perder. Lo hice en la campaña municipal, fui nominado y me la jugué por lo que creo.

P. Después de que el candidato de izquierdas Marco Enríquez-Ominami obtuviera el 20% en la primera vuelta, usted dijo que había entendido el mensaje de la ciudadanía. ¿Cuál es ese mensaje?

R. Hay una reclamación muy fuerte contra el sistema político. No sólo de personas, sino también de la forma en que se trabaja, para tener una renovación de verdad, con una política mucho más transparente. El sistema de elección binominal molesta a todo el mundo. Además, la gente, en especial de clases medias y sectores marginados, sienten que el mercado regula todo y no es capaz de resolver sus problemas.

P. Su rival Sebastián Piñera es un conocido hombre de negocios. ¿Tendrá conflictos de intereses si gana?

R. La gente ha entendido lo que se define en esta elección: dos maneras de llevar el país. Y como dice la canción, "no es lo mismo". Somos muy distintos: en temas laborales, en la relación entre el dinero y la política o en temas de derechos humanos. Sobre el conflicto de interés, ha quedado clarísimo. Por ejemplo, en marzo se discutirá la televisión digital. No sé cómo se puede resolver eso. La televisión digital abre muchas posibilidades para la televisión pública, regional, educativa, cultural. Pero él es dueño de un canal de televisión. No tengo ninguna confianza en cómo se resolverá el tema si se actúa sobre la base del mercado.

P. El periodo de mandato es muy corto, cuatro años y sin reelección. ¿Lastra esto cualquier programa de Gobierno?

R. Yo siempre dije que no permite desarrollar políticas a largo plazo, pero la ventaja que hemos tenido es que la Concertación lleva 20 años aplicando las mismas políticas. Por ejemplo, el plan de hospitales de Ricardo Lagos no hubiera sido posible sin esa continuidad anterior y posterior. Pero hay muchas cosas por hacer. Los ciudadanos se sienten indefensos ante el sector privado y el público, y eso afecta principalmente a las clases medias. Somos un país que se ha modernizado en muchos campos, pero no en la política. Seguimos con un sistema de elección binominal que destruye la democracia. Ese cambio es fundamental.

P. Hace cuatro años, la entonces presidenta electa, Michelle Bachelet, dijo a estos mismos periodistas que iba a cambiar el sistema binominal. ¿Lo hará usted?

R. La derecha se ha opuesto a cambiarlo cada vez que lo hemos propuesto. Si no hay voluntad para cambiar, habrá que buscar otros caminos y modificar la forma de reelección de un parlamentario, modificar la forma de elección de las autoridades de los partidos. De continuar el sistema binominal, lo que se está desprestigiando es la autoridad, el poder y el sistema político.

P. Piñera ha dicho que no piensa variar las grandes líneas de gobierno que ha tenido Chile hasta ahora.

R. Ya, pero lo dice en los últimos días. Cuando la presidenta Bachelet ha propuesto importantes reformas, la derecha la ha acusado de populista y de querer destruir el país. Nunca han apoyado una reforma laboral en 20,años, y han presentado permanentemente proyectos de ley de punto final.

P. ¿Usted pedirá derogar la ley de amnistía?

R. Sí, estoy comprometido con eso. Chile ha hecho un gran aporte al proceso de reconciliación nacional, con largos años de sacrificios, con mucho esfuerzo para ir conociendo los casos a través de tribunales. Hay que mantener esto. Fue en mi Gobierno que se detuvo y procesó al ex jefe de la policía secreta [general Manuel Contreras]. No conozco otro caso semejante en América Latina.

P. Su padre, el ex presidente Eduardo Frei Montalva, fue envenenado por la dictadura de Pinochet ¿Esta experiencia le ha hecho ver de otra manera el tema de derechos humanos?

R. El tema general de derechos humanos, no. Desde fines del 74 comenzamos a conocer las historias [de violaciones a los derechos humanos]. Pero Chile no ha internalizado suficientemente que aquí hubo una organización para fabricar productos químicos, botulímicos, para eliminar personas. Muy pocas dictaduras, al menos en América Latina, lo hicieron.


Sistema binominal
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El sistema binominal es un sistema de elecciones populares destinado a la formación de un sistema bipartidista en torno a dos grandes partidos políticos o coaliciones.

El sistema binominal fue inventado en la República Popular de Polonia tras la llegada al poder de Wojciech Jaruzelski, con el objetivo de promover la participación de partidos minoritarios en el Sejm, pero sin que se perdiera la preeminencia del Partido Obrero Unificado. En la actualidad, es utilizado en las elecciones legislativas de Chile.


Características [editar]Este sistema está basado en la elección de representantes según votaciones en divisiones electorales (como distritos y circunscripciones en el caso chileno), sin importar el resultado de las agrupaciones políticas a nivel nacional, eligiéndose en cada división dos miembros para la respectiva cámara. Conforme a esto último, en el sistema chileno, las declaraciones de candidaturas a Senadores o Diputados que presenten los partidos políticos o los pactos electorales, pueden incluir hasta dos candidatos por circunscripción senatorial o distrito según corresponda, y en el caso de las candidaturas independientes, un candidato.[1] Concluida la votación y resueltas las reclamaciones que tuvieran lugar, el Tribunal Calificador de Elecciones realiza la suma total de votos emitidos en favor de los candidatos de una misma lista o nómina, resultado que determinará los votos de la lista o nómina, procediendo a proclamar elegidos Senadores o Diputados a los dos candidatos de una misma lista, cuando esta alcanzare el mayor número de votos y tuviese un total de votos que excediese el doble de los que alcanzase la lista o nómina que le siguiese en número de sufragios.[2]

En el caso que ninguna lista obtuviere los dos cargos, elegirá un cargo cada una de las listas o nóminas que obtengan las dos más altas mayorías de votos totales de lista o nómina, debiendo el Tribunal proclamar elegidos Senadores o Diputados a aquellos candidatos que, dentro de cada lista o nómina, hubieren obtenido las más altas mayorías.[3]

En Chile, el sistema binominal fue diseñado por Jaime Guzmán entre otros, a pedido de Augusto Pinochet. La Constitución Política de 1980 entrega la regulación del sistema electoral a una ley orgánica constitucional,[4] materias hoy reguladas por la Ley N° 18.556 sobre sistema de inscripciones electorales y servicio electoral de 1986, y por la Ley N° 18.700 sobre votaciones populares y escrutinios, dictada por la Junta Militar en 1988. Esta última ley rige la elección del Senado y de la Cámara de Diputados de la República, además de la de Presidente de la República.

Ejemplo [editar] Caso 1 Caso 2 Caso 3
Pacto 1 40% 50% 60%
Candidato A 30% 30% 50%
Candidato B 10% 20% 10%
Pacto 2 40% 30% 30%
Candidato C 22% 18% 18%
Candidato D 18% 12% 12%
Pacto 3 20% 20% 10%
Candidato E 11% 11% 6%
Candidato F 9% 9% 4%
El caso 1 es probablemente el más común durante las elecciones legislativas. Existen dos candidatos con las dos primeras mayorías en listas contrarias. En este caso, son electos los candidatos A y C.

En el caso 2, el Pacto 1 tiene la mitad del electorado a su favor y sus dos candidatos corresponden a las dos primeras mayorías. Sin embargo, la votación del Pacto 1 no logra duplicar a la votación del segundo pacto más votado (el Pacto 2) por lo que son electos los dos candidatos con más votación de cada uno de los pactos, en este caso, los candidatos A y C.

El caso 3, el Pacto 1 logra el 60% de los votos debido a la alta votación del Candidato A. Aunque el Candidato C tiene más votos que B, este último es arrastrado por el alto porcentaje a favor del Candidato A. En este caso, el Pacto 1 logra elegir a sus dos representantes al obtener el doble de la votación del Pacto 2.

Cabe destacar la situación del Pacto 3. Debido a su baja votación, no logra elegir ningún candidato en este distrito. Si esta situación se repitiese a lo largo de todo el país, el Pacto 3, aun cuando logra entre el 20% y el 10% de los votos, no tendría ningún representante en el Parlamento.

Críticas y defensas del sistema binominal en Chile [editar] Críticas al sistema [editar]Debido a este sistema, en muchas oportunidades el candidato con la segunda mayoría no es electo siendo reemplazado por uno con la tercera o, inclusive, la cuarta mayoría. De igual forma, diversas colectividades políticas de menor representatividad dicen ser excluidas del parlamento (por ejemplo, el Partido Comunista de Chile ha logrado cifras cercanas al 5% total de los votos, pero nunca ha conseguido un escaño durante el desarrollo de este sistema electoral). Esto ha provocado fuertes críticas por parte de la izquierda extraparlamentaria, representada por el Juntos Podemos Más, y de los sectores socialdemócratas, representados en la Concertación, que consideran a este sistema excluyente y poco democrático, a pesar que a esta última coalición también le es favorable el sistema. Por otro lado, la coalición de derecha, la Alianza por Chile, que también ha sido beneficiada por el sistema, plantea que este mecanismo permite alcanzar una mayor estabilidad política al promover la creación de dos bloques fuertes (oficialista y opositor), evitando de este modo una crisis política como la ocurrida durante el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende en 1970.

A pesar que el sistema binominal sólo favorece a los dos grandes conglomerados políticos, han ocurrido casos excepcionales como en las elecciones parlamentarias de 2005, el Partido de Acción Regionalista, representado por la candidata a diputada Marta Isasi, logró quebrar el sistema binominal en el 2º distrito de Iquique; de igual manera, en el Senado, el independiente Carlos Bianchi logró ser electo por la XII Región de Magallanes y de la Antártica Chilena.

Durante el período de la Transición, el oficialismo ha propuesto en siete oportunidades la derogación del binominalismo. Estos intentos han naufragado debido a la completa oposición de la bancada de la Alianza (la cual ostentaba la mayoría del Parlamento o la mitad de éste, debido al binominalismo y a la presencia de senadores designados). El único paso importante ocurrió como parte de las reformas constitucionales del año 2005, en que el sistema electoral fue trasladado desde la Constitución a una Ley Orgánica, la que aún necesita de quórum cualificado para ser modificada.

A fines de diciembre del 2005, días después de las elecciones presidenciales de ese año, el gobierno de Ricardo Lagos envió a la Cámara de Diputados un proyecto de ley de carácer urgente para reformar el sistema binominal, que constaba de tres reformas a la Constitución para eliminar el número fijo de diputados (120 en la actualidad) y que comprometía al Congreso Nacional a buscar un nuevo sistema electoral en el período de un año. Este proyecto fue rechazado por la Alianza por Chile a través de la abstención de sus parlamentarios en la votación (a excepción del diputado de la UDI, Iván Moreira, quien votó en contra), argumentando que era un proyecto vacío y que no era correcto discutir el tema en tiempo electoral, ya que habría sido utilizado por el Gobierno como forma de apoyar la candidatura de Michelle Bachelet, mientras que el oficialismo reclamó que el candidato de la Alianza, Sebastián Piñera, quien había manifestado con anterioridad su deseo de reformar el sistema electoral, habría sido manipulado por la UDI y que no habría logrado «cuadrar» a sus parlamentarios.

Algunos días luego de haber asumido como Presidenta, Michelle Bachelet conformó una comisión especial para estudiar las modificaciones al sistema binominal. Esta comisión, compuesta por personas de diferentes partidos políticos (a excepción de la Alianza por Chile que prefirió automarginarse) fue liderada por Edgardo Boeninger. Sin embargo, su propuesta fue rechazada por sectores tanto de oposición como de la propia Concertación.
Los intentos de reforma serían retomados cuando en abril de 2007, el ministro José Antonio Viera-Gallo anunciara una propuesta con cambios menores al sistema electoral, el cual se mantendría vigente pero se agregarían 20 diputados a la Cámara, los cuales corresponderían a los candidatos que estuvieron más cerca de ser electos diputados y dentro de los cuales se integrarían hasta 5 escaños a las coaliciones que hubieran alcanzado un umbral de 5% de los votos. La propuesta ha sido aceptada por gran parte de la Concertación y del Juntos Podemos Más, pero sería rechazada de inmediato por la UDI mientras RN ha condicionado su apoyo, lo que dejaría la propuesta sin posibilidad de alcanzar el quórum requerido para ser aprobada.

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