lunes, 11 de enero de 2010

Chile y la OCDE


ANÁLISIS

ÁNGEL GURRÍA 11/01/2010
Chile ha trabajado arduamente para cumplir con los requisitos de la OCDE. Con esta adhesión, se une a una organización cuyos miembros trabajan al unísono para encontrar soluciones comunes a problemas globales, desde los desafíos de la política económica hasta la respuesta al cambio climático. La OCDE funciona como un club de países comprometidos con la mayor eficacia en todos los renglones de la política pública. Su propósito es ofrecer a nuestros ciudadanos las mejores oportunidades de educación, de salud y de empleo, así como ayudar a que otros países puedan hacer lo mismo.

Pertenecer a la OCDE significa estar en el centro del diseño y de la implementación de las reglas que moldearán la economía y la sociedad de mañana. La OCDE establece normas comunes en áreas tan cruciales como la buena gobernanza y la responsabilidad corporativa. Orienta a los Gobiernos en su búsqueda de la excelencia educativa. Propone estrategias que permitan al mayor número de personas posible encontrar un empleo dignamente remunerado. Somos líderes en la lucha contra la corrupción gracias a la convención de la OCDE contra el cohecho, la cual proscribe el soborno de funcionarios públicos en transacciones de comercio internacionales. En todos estos rubros estamos sentando las bases para una economía global justa y abierta.

A medida que salimos de la crisis, se va haciendo cada vez más claro que las economías emergentes, en desarrollo y avanzadas deben trabajar en conjunto. Atacar el cambio climático, mejorar el manejo de flujos migratorios, crear un sistema de comercio justo y abierto o combatir la evasión fiscal son retos a los cuales los países no pueden responder eficazmente de manera aislada. Divididos, somos débiles. Unidos, podremos lograr el cambio.

Desde que mi propio país, México, se unió a la OCDE en 1994, se ha beneficiado extensamente de las orientaciones y recomendaciones de la OCDE. También ha podido contribuir a los trabajos de la organización, aportando sus propias perspectivas y su experiencia en cuestiones como la biodiversidad y la migración. A medida que nuevos miembros se adhieren a la OCDE, ésta se va volviendo más inclusiva y considerada hacia los problemas no solamente de los países desarrollados, sino también de los países en desarrollo, fijándose cada vez más en temas de política social, además de económica.

En su proceso de ampliación, la organización se hace cada vez más consciente de la necesidad de fortalecer los vínculos con otros países del mundo. En los próximos meses, esperamos que se unan a Chile tres nuevos miembros: Eslovenia, Estonia e Israel. Más adelante, la OCDE espera también dar la bienvenida a Rusia. Paralelamente, la organización continúa estrechando los lazos con Brasil, China, India, Indonesia y Suráfrica. Todos estos países, junto a los ya pertenecientes a la OCDE, sumarían un total de 40 y representarían cerca del 80% de la economía mundial.

Chile, con una economía que ha crecido en más de un 5% anual durante los últimos 20 años, es un ejemplo para América Latina. Ha avanzado en la reducción de la pobreza. Ha sabido reformar su sistema de pensiones, dotándose de un sistema privado que sirve como modelo para muchos otros países. Frente a la crisis, sus prudentes políticas impositivas, incluyendo la decisión previa de ahorrar los ingresos generados por el auge de los precios del cobre, le dieron el margen financiero necesario para implementar medidas de estímulo que apoyaran la demanda y el empleo.

Desde que comenzaron las discusiones para el proceso de adhesión a la OCDE, en mayo de 2007, Chile ha dado otros pasos significativos. Ha introducido nuevas leyes para terminar con el secreto bancario y para procesar a las compañías supuestamente culpables de actos de corrupción. Las leyes de competencia y protección al consumidor se han fortalecido. La cobertura de las pensiones públicas se ha extendido a un número mayor de beneficiarios.

La nueva legislación ha establecido una separación clara entre el Estado y el consejo directivo de la empresa minera Codelco, la empresa propiedad del Estado más grande de Chile. En el sector privado, una nueva ley fomentará la transparencia al requerir una divulgación más extensa de información para los mercados financieros, combatiendo el mal uso de información privilegiada y reforzando los requisitos para los auditores externos. Una nueva Política Nacional sobre Seguridad Química forma parte del plan para alcanzar los estándares de la OCDE en materia de protección medioambiental.

Estas medidas requieren dedicación y una firme voluntad política, y Chile ha demostrado contar con ambas. No obstante, el camino apenas comienza, tanto para Chile como para la OCDE. El acceso de Chile es el primero de una serie de pasos que ampliarán el alcance global de la OCDE, su relevancia y su eficacia. Nuestra aspiración es contribuir a la mejora del bienestar de la gente, no solamente en nuestros países miembros, sino en todos los países del mundo.


Ángel Gurría es secretario general de la OCDE

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